“Nunca fui socia de Viglione” dijo María Larsen, la otra imputada

Habló más de dos horas y media luego de los últimos testigos. Dijo ser una víctima más y que le "hicieron mierda el nombre". El jueves se ponen en marcha los alegatos.

25 de Junio de 2019 17:20

Por Redacción 0223

PARA 0223

La última jornada de testigos en el juicio que se le sigue al “analista de mercados a futuro” Daniel Viglione y a María Larsen por 87 casos de estafa por un monto cercano a los cuatro millones de dólares tuvo –tras la declaración de cuatro damnificados- la palabra de la imputada que dijo sentirse “una víctima más” y que nunca fue socia del periodista.

Tres minutos después de las once de la mañana la mujer de 65 años le dijo a la Jueza Ana Fernández que esperaba desde hacía tres años la posibilidad de dar su versión de lo sucedido. Antes de hacer un extenso relato de su experiencia laboral previa a conocer a Viglione dijo que nunca fue socia en EconomyGeeks y que era incapaz de hacer algo así que complicara a sus amigos y familiares que también entregaron dinero al imputado.

Larsen señaló que el primer contacto con Viglione fue en un desayuno en la sede de la UCIP en 2004 a partir del cual participó en algunos micros radiales y que no volvió a encontrarlo hasta el 2011 cuando comenzaron a verse más seguido. “Tenía un programa en una radio que era medio socialista y los oyentes llamaban para putearlo”, recordó.

La imputada en 53 casos como partícipe primaria y en 3 como coautora sostuvo que tras un almuerzo en Sierra de los Padres con algunos amigos franceses –que declararon en el juicio como damnificados- Viglione le ofreció ir a trabajar con él dos horas por día para que le “refiriera gente a cambio de una comisión”.

“Lo mío era preguntar que quería tomar la gente”

Ante la mirada de sus abogados Sergio Fernández y Luz Alonso Proto, la imputada dijo que su labor en la primera oficina ubicada en la avenida Luro consistía en preguntarle a la gente que quería tomar y enviar los correos electrónicos a los clientes. “Yo pedía el café, aunque Viglione siempre tomaba té”, dijo al intentar relativizar sus tareas en el lugar.

“En alguna oportunidad me llamo la atención porque yo faltaba y además no podía llevar a nadie para invertir. Me preparó un “speech” para que dijera y de esa manera poder referenciar gente”, y agregó que a fines de 2011 comenzó a percibir un sueldo fijo”.

La mujer dijo que Viglione no la consideraba una buena empleada ya que durante el verano trabajaba en sus proyectos particulares relacionados con la miel y porque viajaba a España a ver a sus hijos. “Cuando volví de uno de los viajes la oficina ya se había mudado”, señaló.

“Yo no tenía ni las llaves de las oficinas”

Casi una hora después de comenzar su extensa alocución Larsen dijo que su trabajo era administrativo aunque estaba en la oficina y que los clientes que llegaban al lugar solamente querían hablar con Viglione porque él era el famoso. “Hablábamos con otra empleada que la gente se enojaba con nosotras y después de hablar con él salían como una seda”, graficó.

Para la mujer “todo estaba muy bien montado” aunque ell tenía solamente un escritorio, tres sillas y una mesa para una impresora porque las operaciones las hacía Viglione de noche. “Creo que ni su familia sabía algo de esto. Todos somos víctimas y nadie de los que hizo tareas para EconomyGeeks sabía de esto”, agregó.

A partir de las primeras declaraciones de la jornada que denunciaron haber sido maltratados cuando fueron a reclamar su dinero reconoció que capaz trató mal a alguien porque estaba cansada. “Vi a mucha gente depositar y sacar, muchos conocidos no y yo me mandé la cagada", señaló.

“Me hicieron mierda el nombre”

A lo largo del mes de debate que se desarrolla en el sexto piso de Tribunales muchos de los damnificados relataron cómo fueron los momentos a partir del comienzo de los reclamos. “No hay físico” dijo Larsen que era una de las frases que el “analista” utilizaba para responderles a los clientes.

Auditorias en los bancos, problemas para ingresar el dinero o para transportarlo, limitación de movimientos eran algunas de las cosas que Viglione les daba a las personas que se acercaban todos los días a reclamar a la oficina de la calle Moreno.

Esos reclamos fueron subiendo de nivel –el periodista contrató meses antes de escapar custodia privada- y Larsen le dijo a la Jueza que en una oportunidad se vomitó encima “del miedo que tenía”.

Si bien en algún tramo de su extensa declaración Larsen habló de “nuestros clientes”, insistió en que hacían las cosas de acuerdo a las directivas de Viglione. El abogado Julio Razona preguntó porque no se firmaban recibos o en los formularios decía que la gente retiraba en lugar de entregar dinero y la imputada dijo que era por orden del periodista.

“Viglione era el que recibía el dinero, yo podía acompañarlo” sostuvo antes de remarcar que “le hicieron mierda el nombre”.

Una vez clausurado el debate, las partes acordaron que el comienzo de la querella a cargo del fiscal Carlos David Bruna y el abogado Julio Razona será el próximo jueves a las nueve de la mañana.