Milagros Menéndez: "Cuando jugás en la Selección no importa si ganás millones o $5"

La marplatense que jugó e hizo un gol en el Mundial de Francia, remarcó la importancia de vestir la camiseta celeste y blanca. Además, contó sus comienzos en el deporte y la satisfacción por el ascenso de su querido Alvarado.

29 de Junio de 2019 11:49

Divertida, entradora, con la mejor cara más allá de estar viviendo horas con un raid mediático y en el que poco puede disfrutar de su familia, Milagros Menéndez disfruta de su estadía en Mar del Plata, del momento que está viviendo con su participación en el Mundial de Francia con la Selección Argentina y del ascenso de Alvarado, el club de sus amores, donde el domingo fue reconocida. "Mili" visitó "ATR" (lunes a viernes de 9 a 12 por 0223 Radio) y habló de todo, de los avances y lo que falta para el crecimiento de un deporte que es furor y que las tiene en boca de todos.

Es la mujer del momento en Mar del Plata. Y ella se hace cargo, aprovecha para difundir la actividad y potencia un impulso que ha llevado a la profesionalización y que significa el comienzo de una nueva carrera para las futbolistas argentinas. Y todavía les cuesta caer de lo que generaron durante su participación en el Mundial: "Hasta ha salido una foto de una esquina de Buenos Aires en la que la gente está atrás de una vidriera de una casa de electrodomésticos mirando un partido. Decíamos 'ah no, mirá lo que estamos causando'. Es hermoso lo que estamos viviendo. Sinceramente no esperábamos algo así, el recibimiento de la gente en Ezeiza, acá en Mar del Plata es increíble las cosas que me están haciendo vivir", cuenta aún sorprendida la "22" de la Selección.

- ¿Por qué te parece que generaron esto?

- La gente se dio cuenta de la lucha que veníamos haciendo nosotras, esto se empezó a dar hace un año y medio en la Copa América y lo estamos logrando de a poco. Sabemos que estamos lejos de la mayor, pero lo vamos a conseguir. Hemo logrado concentraciones en el predio que antes de hacían en hotel, nos han subido el viático de 150 pesos a 300, hemos logrado que la gente mire fútbol femenino, que se conoza la historia de cada jugadora, que se acerquen marcas. Son muchas las cosas que se han conseguido, pero esto tiene que ser cada vez más.

- ¿En qué momento se dieron cuenta lo que se vivía con ustedes en Argentina?

- Nosotras no estábamos concientes de lo que pasaba, pero cuando la familia nos empezó a contar todo, mandaban fotos y no lo podíamos creer. Estamos sorprendidas, la Selección está conformada por chicas de distintos puntos del país y varias de ellas que juegan en Europa. También tuvo repercusión y en el predio hay publicidad de una empresa importante en la que estoy yo con un par de chicas más, y se hizo por el Mundial Femenino, la gente ponía pero si se viene la Copa América, hacían chistes, mucha gente no nos tenía en cuenta y ahora nos empezaron a conocer. Hoy en día la gente me para en la calle, me conoce, me dice que somos un orgullo.

- ¿Cómo es tu historia, cómo empezaste a jugar al fútbol?

- Yo empecé corriendo en karting, el automovilismo es una pasión que me transmitió mi papá, pero a mí me gustaba jugar al fútbol, dormía con la pelota abajo del brazo. Mi hermano me cargaba porque es cero fútbol, dale una moto, un auto y hace desastres, para mí era todo fútbol, me bajaba del karting y me ponía a jugar con el buzo. Hasta que un día les dije quiero jugar al fútbol, mi vieja me apoyó, mi papá me dijo "no puede ser, tenés futuro en el automovilismo, con toda la plata que me hiciste gastar", y hoy fue el primero en ir a verme a Francia. Lo entendió por suerte, y ahí empecé a jugar en "Los Maguitos", la escuelita de fútbol de Racing, que de ahí se iban a jugar a Liga pero yo no podía. El técnico le decía a mi mamá si me podía cortar el pelo. Arranqué en Punto Sur y los Barriales del Emder, después fui a Urquiza de Mar del Plata y de ahí di el salto a la UAI Urquiza a los 17.

El tema para las nenas que les gusta jugar al fútbol es común en Mar del Plata. Pueden disputar torneos amistosos, encuentros de escuelita, pero a la hora de la competencia oficial, el reglamento no se los permite. "A mí me hubiera gustado que me permitan jugar con varones, porque me serviría, es otra dinámica. O al fútbol mixto, que es algo que hoy también pedimos. Nosotros en la Selección tenemos muchos amistosos con equipos masculinos y es bueno, porque es otro ritmo", explicó.

- ¿Cuál es la diferencia que hace a las Selecciones que son potencias?

- La mayoría hace mucho tiempo son profesionales. Yo tengo una compañera que jugó en China, y los sueldos son de 250 mil pesos por mes, y me decía que eso le quedaba libre, porque vivía de los premios que daban por asistencia, por goles. Es profesional en todos lados, pero también hay una lucha, la mejor jugadora del mundo es noruega y le dijo que no a su Selección porque considera que no hay igualdad entre hombres y mujeres, no sólo en salario, porque si concentra el masculino, la femenina se tiene que ir a un hotel, por ejemplo. Y a nosotras acá eso se nos está dando todo ahora.

- El futbolero argentino se siente más identificado con la entrega de ustedes que con un equipo masculino, por momentos apático.

- Sí, igual me han preguntado en Francia, que sentíamos que la Selección Masculina gana millones y nosotras 300 pesos por entrenamiento, pero cuando te ponés la camiseta argentina, la plata no existe, representar los colores de tu país es algo único, ganando millones o ganando 5 pesos, yo voy a dejar la vida en cada pelota. Porque el fútbol lo vivimos diferente, lo notás en la forma en la que se expresa la gente, somos unos enfermos del fútbol. Obviamente desigualdad hay, ellos ganan millones y nosotros nada, pero a la hora de jugar, la plata no importa.

- ¿Qué sigue para la Selección?

- Ahora vienen los Panamericanos de Lima, del 26 de julio al 11 de agosto. Ahí yo creo que vamos a dar un gran salto, nos veo muy bien y vamos a dar más que hablar todavía.

- Argentina está muy atrasado en algunas cosas, en Estados Unidos el fútbol es un deporte más para las chicas y se da en las escuelas, acá no pasa.

- Ahora lo están dudando, viendo los partidos eso empieza a cambiar. El ante último partido que jugamos contra River con la UAI Urquiza, cuando terminó fuimos a comer con dos amigas y eran mesas compartidas. En la misma había dos muchachos, nosotros con el short y las zapatillas, y nos dicen "chicas que juegan al hockey", no al fútbol le contestamos. "Disculpen, para mí el fútbol femenino es aburrido", me dijo uno. Y ahí le empecé a explicar con toda la paciencia, en unos meses vamos a jugar en Francia, en el Mundial, me contó que la hija le dejaba al nieto porque iba a jugar dos o tres veces por semana, entrena en un club. Es tu hija la que te deja lo más preciado que tiene, imaginate el amor que tiene por el fútbol. Y lo invité a que venga al próximo partido, que era la final, en el Monumental. Yo creo que esa persona, hoy me ve por televisión y se da cuenta.

- ¿Contenta con el ascenso de Alvarado?
 
- Fue el mejor año de mi vida con el ascenso de Alvarado. Imaginate lo que significa Alvarado para mí, nosotros quedamos afuera y llamo a mi familia y les digo el sábado a la tarde estoy allá. Mi vieja me decía 'pero llegás a las 7 de la mañana'. El sábado a la tarde estoy allá, juega Alvarado y yo no me voy a perder el ascenso. Me decían que tenía que descansar pero no, bajé en Ezeiza, me fui a mi casa, preparé el bolso y me vine, llegué a la tarde y el domingo disfruté en la cancha.

- ¿De dónde ese amor por el club?

-Toda la familia de mi mamá es de Aldosivi, menos dos tíos que son de Alvarado. Y la de mi papá es de Alva, pero no tan fanáticos. Yo me llevo por mis tíos, los Trubiano, Greco, que tienen un amor bárbaro por Alvarado. Igual la gente de Aldosivi me trata muy bien, muchas amigas mías juegan ahí, he entrenado en el predio, hablo con Pablo Campodónico porque está entrenando a las arqueras y hablamos de cómo es el femenino, lo respeto como gran profesional

- ¿Jugarías en Aldosivi?

No. Lo firmo, por nada del mundo. Los respeto mucho, pero yo soy hincha de Alvarado, el sentimiento que tengo va más allá de todo.