Graves demoras del Ioma ponen en jaque a un centro de equinoterapia de Mar del Plata
"El Alba", ubicado en el barrio El Tejado, tiene sus cuentas en rojo a raíz de las dilaciones burocráticas de la obra social. Por la delicada situación, no descartan cerrar sus puertas.
Con incredulidad y profunda angustia, confiesan que nunca vivieron una situación así. Pero la dura realidad los obliga a estar con la calculadora en mano para tratar de encontrar definiciones en un análisis que no resulta menos determinante y dramático: hoy, los directivos del Centro de Equinoterapia "El Alba" no descartan cerrar sus puertas por los graves problemas económicos que arrastran como consecuencia de la burocracia del Ioma.
La entidad, que está en el barrio El Tejado (Ruta 2, kilómetro 393) y cuenta con 17 años de trayectoria en Mar del Plata, realizó en el último tiempo 14 tratamientos a afiliados de la obra social. Para facturar las prestaciones realizadas, primero deben recibir la autorización correspondiente por parte del instituto bonaerense. Sin embargo, ésas autorizaciones se dilataron durante varios meses e imposibilitaron cualquier pago.
"Siempre en diciembre nosotros presentamos las autorizaciones y, en general, ya estaban listas para abril y algunas veces en febrero. Pero nunca se demoró tanto. Este año recién recibimos las autorizaciones en julio para 9 de las 14 prestaciones. Entonces, recién ahora podemos empezar a facturar y nos perjudica totalmente", explicó Silvina Selser, la directora del centro.
La responsable de "El Alba" dijo que todos los tratamientos que se llevaron adelante por parte de Ioma representan un monto aproximado de 400 mil pesos. "Es tanta la deuda que tiene Ioma con nosotros que ni la podemos facturar así que también estamos con un problema contable. Cuando se presenta la facturación, en general se cobra a los 30 o 60 días y no el año que viene; sabemos que Ioma no efectiviza los pagos en forma inmediata y esa espera nos pone en graves problemas económicos", afirmó.
A la fecha, Selser reconoció que al espacio especializado en la equinoterapia le "está costando cubrir los gastos básicos" para solventar su estructura, que no es menor: cuenta con un equipo interdisciplinario que incluye profesionales en las áreas de salud, educación e hípica, así como instructores de equitación, docentes especiales, psicólogos, terapistas ocupacionales y fonoaudiólogos. "Tenemos 9 caballos y 22 personas en pista y eso hay que sostenerlo para darle una salida al servicio", fundamentó.
"No podemos estar esperando seis meses una autorización para poder facturar las prestaciones porque los caballos tienen que comer todos los días y los profesionales también tienen que cobrar todos los meses", cuestionó, y agregó: "Esos 14 afiliados todavía vienen y no pueden cubrir su tratamiento porque la obra social no los paga en tiempo y forma, y nosotros igualmente tenemos que sustentar los gastos de otro lado. No sabemos hasta dónde lo vamos a poder costear del bolsillo propio".
Frente al adverso panorama, la directora del Centro de Equinoterapia no descartó tomar una medida drástica como el propio cierre de las puertas de la institución, en caso de que la situación no logre revertirse a la brevedad. "La posibilidad del cierre es algo que siempre está en análisis porque no cubrimos los gastos básicos", insistió, en declaraciones formuladas a 0223.
Es que a la burocracia y la falta de pagos del Ioma, se suma otro complejo factor a la ecuación económica de lugar: que cada vez perciben menos ingresos por la desactualización que se acusa en el monto que contempla el nomenclador de discapacidad para los tratamientos. "Nosotros tenemos que facturar en base a lo que dice este nomenclador y la verdad es que hay una gran desvalorización sobre el servicio. Primero aumentó de 475 pesos a 522,50 pesos y después se fue a 585,20 pesos. Es decir, en dos años, sólo aumentó 200 pesos. Es irrisorio", señaló Selser.
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