El Gobierno posterga el aumento del gas hasta enero del 2020

El Gobierno nacional decidió postergar hasta enero del año que viene el incremento en las tarifas de gas que debía regir desde octubre. Esta medida, forma parte de la batería que preparó el Gobierno para compensar el impacto de la devaluación post Paso.

El secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, detalló: “El aumento de octubre no lo vamos a hacer y en diciembre tendrá lugar la audiencia pública para aplicarlo recién en enero”.

En marzo de este año, se realizó una audiencia pública en la que determinó para el gas domiciliario una primera actualización anual del 29%. Sin embargo, para evitar que esa suba se descargara plenamente sobre los consumidores durante el invierno, se acordó escalonar ese aumento.

De modo simultaneó, se aplicó una “tarifa plana” para los usuarios domiciliarios durante los meses de mayor consumo, que van de junio a septiembre. El diferencial de esa tarifa, próximo al 20% del total de las boletas, está previsto que sea abonado por los usuarios a partir de diciembre, cuando las facturas reflejan el menor consumo habitual.

De esta manera, la tarifa se incrementó un 10% en abril; otro 9,5% en mayo; y 7,5% en el mes de junio. Estas subas coincidieron con la aplicación de la tarifa plana para los hogares. El alza así absorbida por el Estado, según estaba previsto, iba a trasladarse en octubre a los consumos familiares de gas.

Además, la audiencia pública también programada para octubre, y que se postergó hasta diciembre, definirá la proporción del segundo aumento de la tarifa en el año. Asimismo, el secretario Lopetegui, recordó: “Hay dos componentes para la tarifa, la cotización del dólar y el precio del gas; hay una diferencia en el dólar, pero algo se va a compensar con el precio del gas”.

Al mismo tiempo, el funcionario expresó que “el precio del gas en teoría debería bajar, ya que está a US$ 4,55 por millón de BTU (unidad térmica británica), mientras el precio del dólar estaba fijado a $41, y ahí si hay diferencia”.

Por último, desde la Nación se había reconocido que la aplicación de la tarifa plana tendría un costo de $2.500 millones a abonarse a las distribuidoras, mientras el escalonamiento demandaría el pago del Estado de otros $2.000 millones.