Jóvenes con voz, jóvenes con propuesta, jóvenes con futuro

En los últimos días, el eje de las discusiones sociales, televisivas y políticas han sido “las juventudes”. Vinculadas a diferentes temas, parecemos ser hoy el foco de todos los debates. Masculinidades hegemónicas, nocturnidad, consumos, violencia, prácticas deportivas, educación, y sigue la lista. Si hay algo de lo que podemos estar seguros, es que las juventudes parecemos ser hoy los protagonistas de los males de nuestra sociedad, pero paradójicamente somos también quienes, a fin de cuentas, más sufrimos las consecuencias de ello.

También podemos ver, no obstante, diferentes experiencias de jóvenes que buscan aportar a una sociedad más justa, más pacífica, más solidaria. Jóvenes como protagonistas de la lucha contra el cambio climático, jóvenes como protagonistas de la lucha contra las desigualdades de género, jóvenes que son protagonistas de diferentes acciones solidarias que buscan tender esa mano a quien lo necesita. Muchas veces pareciera ser que las cuestiones negativas pesan más que las últimas; y nos encontramos ante reiterados debates públicos donde se oyen todas las voces, menos una: justamente la nuestra, la de las juventudes.



Mar del Plata es una ciudad turística que durante el verano se convierte en un punto de atracción de todos los debates sociales. Nuestra ciudad debiera poder ubicarse a la vanguardia de ellos. Hace unos años, jóvenes de todas las edades y todos los espacios políticos de la ciudad conformamos una “mesa de juventudes”, y la desarrollamos durante muchos meses manteniendo un diálogo horizontal y genuino. No nos quedamos solo ahí: presentamos en el Honorable Concejo Deliberante un proyecto que, con base en uno ya aprobado, conformaba el Consejo de Juventudes como espacio de diálogo, diagnóstico y propuesta  respecto a los problemas que nos atraviesan como jóvenes.  Esta iniciativa  fue acercada al Ejecutivo municipal. La realidad es que hoy, el Consejo de Juventudes sigue siendo una intención, pero también una necesidad. Es imposible pensar en políticas públicas juveniles si no se escucha a quienes somos protagonistas, si no saben qué sentimos, qué vivimos, qué pensamos, qué necesitamos, o qué queremos.

El Consejo de Juventudes puede desarrollar múltiples acciones, puede ser un espacio de consulta del Ejecutivo y del Legislativo, puede ser un espacio de diálogo y reflexión de las juventudes, puede ser un desarrollador de acciones concretas. Desde ese espacio, se debiera trabajar con las juventudes en cómo generar espacios que contribuyan a la deconstrucción de esas masculinidades hegemónicas, a la aplicación efectiva de la ESI, a la prevención del uso abusivo de drogas, a poder tener una nocturnidad más segura, a poder generar espacios culturales, deportivos y de ocio cuidados y atrayentes, a hacer aportes a la generación de herramientas innovadoras para la educación y a mejorar la inserción  en el mundo laboral.

Las juventudes seremos indefectiblemente parte de esta sociedad por varias generaciones, así como también seremos formadores de nuevas juventudes, tan dinámicas como son las de hoy; pero queremos también ser escuchados y aportar a los cambios que nuestra sociedad necesita en el presente, sabiendo que no tenemos las respuestas, pero sí la voluntad irrenunciable de aportar a una sociedad más justa, solidaria y pacífica. Como jóvenes,pensamos que  nuestra voz vale, pero sobre todo, que quiere hacerse valer. Si se dan los espacios, si se escucha y se invita a participar, allí estaremos, miles de jóvenes que todos los días soñamos y construimos una sociedad mejor.

 

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