Yamila Rodríguez, la investigadora que busca crear un nuevo producto con desechos pesqueros

19 de Octubre de 2020 10:30

Por Redacción 0223

PARA 0223

Como cada lunes, el Conicet Mar del Plata presenta Selficiencia, una propuesta para conocer a los científicos y científicas de nuestra ciudad en primera persona.

¿Quién sos?

-Me llamo Yamila Rodriguez. Soy becaria posdoctoral del Conicet y mis directoras son la doctora Analía Fernández-Giménez y la doctora Guadalupe Rivero. Hace seis años que formo parte del Grupo de investigación de Fisiología de Organismos Acuáticos y Biotecnología Aplicada perteneciente al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC- CONICET, UNMdP). Sin embargo, mi investigación posdoctoral se realiza en colaboración con la División Polímeros Biomédicos perteneciente al Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA- CONICET,UNMdP). También soy docente de la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Mar del Plata y formo parte del Laboratorio de Acuicultura de dicha institución. En el 2013 me recibí de Lic. en Ciencias Biológicas  y el año pasado de Dra. en Ciencias área Biología, ambas carreras de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Tengo 34 años, convivo con mi compañero Nahuel y estamos esperando a Bruno en la panza que llega en las próximas semanas.

¿Qué hacés?

-Mi objetivo es revalorizar los residuos pesqueros a través de la producción de ingredientes biofuncionales. Es por esto que durante mi tesis doctoral se evaluó el potencial de utilizar diversos desechos del procesamiento de la captura comercial como fuente de enzimas exógenas para la generación de un aditivo enzimático para la acuicultura. Las proteasas provenientes de estos desperdicios pueden ser utilizadas para mejorar la digestión de la fracción proteica en peces de cultivo.  Sin embargo, si bien varias enzimas tienen gran potencial de ser utilizadas como aditivos enzimáticos, se observó que sufren una rápida inactivación o degradación durante su almacenamiento y posterior exposición a las condiciones físico-químicas presentes en los procesos digestivos que ocurren en el estómago de los peces. Por lo tanto, los aditivos enzimáticos pueden ser optimizados si se someten a un procedimiento de encapsulación que evite o ralentice dichos procesos de degradación. Debido a que en el grupo dónde trabajo somos mayormente todas biólogas, surgió la necesidad de interactuar con profesionales de otras ramas como la química o la ciencia de los materiales para poder continuar con el desarrollo tecnológico. Es por esto, que para concretar mi investigación posdoctoral resultó indispensable la incorporación de la Dra. Rivero del INTEMA con quién evaluaremos distintos polímeros para definir cuál es el más adecuado para microencapsular las enzimas recuperadas de los desechos pesqueros.

¿Por qué lo hacés?

-Desde niña me motivó la ciencia. Siempre tuve en claro que cada unx puede aportar un granito de arena para hacer de este un mundo mejor, por eso investigar es mi pasión. Particularmente este proyecto me encanta y por eso decidí continuarlo después de doctorarme. La motivación de este proyecto tiene dos aristas. Primero, contribuye a una gestión sostenible de los residuos del procesamiento pesquero a partir del desarrollo de un nuevo subproducto. En segundo lugar, estos aditivos mejorarían la digestión de los peces de cultivo, lo que incrementa la eficiencia en la digestión del alimento. El objetivo final de esta investigación es revalorizar los desechos del procesamiento pesquero a través del desarrollo de un aditivo enzimático microencapsulado que mejore la nutrición de peces en cultivo.

¿Cuál es el impacto de tu trabajo para la sociedad?

-Uno de los aportes de este proyecto es obviamente a la industria pesquera local, ya que se pretende ampliar el abanico de subproductos generados a partir de desechos pesqueros. Actualmente, la mayor parte es utilizada para la producción de harina y aceite de pescado. Por otro lado, los productores acuícolas nacionales tienen un escaso acceso a los aditivos enzimáticos disponibles en el mercado, ya que son importados y de elevados costos. Una vez concluida la investigación posdoctoral, quedará definido el material de microencapsulación adecuado y la investigación deberá continuar con un bioensayo para determinar si efectivamente estos aditivos mejoran el aprovechamiento del alimento, haciendo de la acuicultura una actividad más rentable. A su vez, al incrementar la eficiencia digestiva, se liberarían menos desechos en forma de heces al medio, minimizando la contaminación asociada con esta actividad productiva.

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