¿Salud pública o actividad económica?

El Coronavirus es sin duda un cisne negro para la economía de todos los países del mundo, incluida la Argentina. En economía un “cisne negro” es un hecho sorpresivo e impredecible que tiene un fuerte impacto socioeconómico; y que una vez finalizado se analiza por retrospección, pero mientras sucede, se reacciona y acciona como se puede y se cree conveniente para el bien común.

Al día de hoy (16 de abril de 2020), las consecuencias en términos de infectados y muertos por países es la siguiente (se analizan los principales países afectados del mundo y de nuestra región).

 

 


 

Repetir los datos que vemos en las tablas no tiene mucho sentido. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Lo único que quiero resaltar; y en comparación a los presentados en mi último artículo del mes pasado, es el incremento en la tasa de mortalidad, tanto a nivel mundial (pasó del 4% al 6,68%) como en la mayoría de los países. Por ejemplo en Estados Unidos (5,10% vs. 1,86%), España (10,46% vs. 4,61%), Italia (13,12% vs. 8,30%), Francia (10,86% vs. 3,38%) y Reino Unido (13,32% vs. 4,41%), entre otros. Esto nos demuestra que a medida que crece el número de infectados se torna más difícil la atención médica, y esto da como resultado mayor número de víctimas. Es por este motivo que muchos países insisten tanto en el aplanamiento de la curva de contagio, pues si algunos países latinoamericanos alcanzaran los números de infectados de los países europeos, las consecuencias en términos de mortalidad serían similares o peores que en los primeros. Es por esto que los presidentes deben elegir entre Salud pública (interpretada como menor número de fallecidos) o actividad económica. Ningún Presidente responsable y con sensibilidad social quiere cargar en su espalda con miles de muertos, excepto Jair Bolsonaro y Donald Trump, claro está.

Aun así, mantener y respetar la cuarentena solo nos da tiempo y nos permite atender de mejor manera a los infectados de hoy en día, pero el problema sigue latente y mientras no salga una vacuna o un tratamiento, considero que la cuarentena sólo aplaza el problema para el futuro. Los especialistas, los sociólogos y los filósofos deberán interpretar cuál es la mejor salida para el bien común. Pues como dije al principio la acción ante estos “cisnes negros” no está preestablecida de antemano. Hay que ir “inventando” soluciones, adaptarse. Esta situación desconcierta mucho a la gente, acostumbrada a que la televisión les cuente las verdades y les de las soluciones a todos los problemas. También me pregunto y cuestiono hasta donde la gente (no es conveniente generalizar, pues cada persona es diferente) soporta el confinamiento y el no poder trabajar y generar ingresos para sostener su existencia y la de su familia. Los que tienen ingresos asegurados no cuestionarán demasiado la cuarentena, pero los que dependen de su actividad privada independiente poco a poco verán su economía diezmada y les surgirán profundos cuestionamientos. Y esto último es totalmente entendible.

Los gobernantes de los distintos países debieron tomar medidas ante la aparición del Covid-19. La decisión parece tomar dos caminos divergentes: Salud pública o Actividad económica. La preservación de la Salud Pública, implementando “cuarentenas” y “supresión de actividades” deteriora la actividad económica fuertemente, pero intentar mantener la economía en funcionamiento como antes de la pandemia, sin duda genera que el COVID-19 siga avanzando, elevando la curva de contagio y el número de muertes. Brasil, Estados Unidos e Inglaterra son claros ejemplos de la elección de la actividad económica por sobre la Salud pública. Las consecuencias de sus elecciones pueden verse en la tabla confeccionada. Recién ahora están empezando a reconocer que se equivocaron y torciendo un poco el rumbo ante la presión de la prensa y la opinión pública. En nuestro país, las autoridades han elegido la Salud pública en detrimento de la actividad económica. Sin duda ha sido una decisión valiente, especialmente en un país que arrastraba una crisis social y económica grave y que intentaba torcer el rumbo. No podemos esperar que en esta coyuntura la economía del país y de la gente mejore. Por el contrario se buscará que se deteriore lo menos posible y que la gente pueda acceder a cubrir sus necesidades básicas a través de asistencia social. Pero no todo el mundo recibe esas asistencias, así que la liberación parcial de actividades sería también viable, entendible y hasta recomendable. Hablar de números en estos momentos es agobiante y no aporta mucho, pero se cree que la economía argentina puede caer alrededor de 5 puntos en 2020. La recesión será global y afectará a todos los países del mundo.

Me parece interesante resaltar una oportunidad que puede surgir para la economía argentina en estos tiempos y es la venta de alimentos al resto del mundo. Sin duda en tiempos de conflictos bélicos mundiales la Argentina ha sido proveedora de alimentos a otros países, posicionándose en un lugar de privilegio entre las economías del mundo. Esta pandemia podría presentar oportunidades similares. El Gobierno y las autoridades económicas deben estar alerta y aprovechar esta necesidad que el mundo puede llegar a tener. Podría ser sumamente importante para el sostenimiento de un Estado próspero, si se gestiona de una manera que beneficie a todos los argentinos y no sólo a empresarios exportadores que concentran riquezas. A buen entendedor, pocas palabras.

 

El Coronavirus y sus posibles consecuencias en la geopolítica mundial

Existe la posibilidad que luego de esta pandemia cambie la geopolítica del mundo. Existe la posibilidad que algunos países salgan fortalecidos y otros debilitados. Digo que existe la posibilidad porque quizás en unos meses salga una vacuna o un tratamiento y todo siga igual. Por el momento podemos ver que hay tres presidentes que están siendo cuestionados por haber gestionado la pandemia de una manera poco responsable con el cuidado de sus habitantes. Sea esto o no verdad, ya todos sabemos que hablamos de Jair Bolsonaro, Donald Trump y Boris Johnson. Existe la posibilidad que estos tres personajes importantes de la política mundial carguen con importantes consecuencias en sus respectivos países. En España e Italia la situación política es también incierta.

Los países europeos y por ende la Unión Europea saldrán perjudicados de esta crisis. Europa ha sido junto a Estados Unidos la zona más afectada social y económicamente. Los confinamientos llevados a cabo en España e Italia son extremos y los europeos han empezado a replantearse muchas cosas. Ha habido roces entre algunos países por cuestiones de asistencia de los países menos perjudicados a los más perjudicados. Italianos y españoles están bastante enojados con autoridades alemanas y holandesas, por algunas divergencias en la forma de enfrentar esta crisis. China que empezó siendo la gran perjudicada, ha sabido salir sin demasiados rasguños y su economía empieza a moverse y a crecer, mientras Europa y Estados Unidos están atravesando lo peor de la crisis. A su vez China está asistiendo sanitariamente a muchos países del mundo, mostrando una imagen de líder mundial que Estados Unidos no ha podido adoptar. Apenas está intentando controlar la situación en su propia tierra. Rusia, otro de los gigantes del mundo y líder de los BRICS, es otro de los que parece que saldrán bien parados. Vladimir Putín es visto por muchos como un líder que ha sabido cuidar de su gente, a diferencia de los mencionados anteriormente. Guste o no guste esto que escribo, es real.

Argentina dentro de la región es de los países que mejor está manejando la situación y está siendo elogiado por organizaciones como la OMS, entre otras. Por el contrario, los países más liberales del continente como Brasil y Chile no han quedado bien parados. Ecuador, si bien el número de infectados y muertos no es tan alto (según datos oficiales), ha dado muestras de no poder gestionar este momento. Evidentemente quedó al descubierto su falta de capacidad sanitaria. Los datos oficiales de muertos por COVID-19 en Ecuador ascienden a 403. No es un número que parezca causante de semejante caos con muertos en las calles y sin espacios en los cementerios. Probablemente los datos verdaderos sean mucho más altos, cuestión de tiempo para conocer la realidad del Ecuador. Trabajar con datos oficiales muchas veces no describe la realidad, sólo describe la realidad que los datos muestran.

Como dije al comienzo del artículo y de este párrafo estamos atravesando un fenómeno aún desconocido para nuestros tiempos y las consecuencias económicas, sociales y geopolíticas para nuestro país y para el mundo se irán viendo lentamente, como cartas en un juego de póker. Deseo profundamente que se encuentre una vacuna o un tratamiento lo antes posible, para que nuestras vidas regresen a la normalidad; y podamos disfrutar de todo aquello que quizás no valorábamos un mes atrás.

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