El encierro en la salud emocional: “Salir aunque sean 10 minutos, nos permite equilibrarnos”

El aislamiento obligatorio y preventivo por el coronavirus impacta psicológicamente en las personas. Cómo hacer para sobrellevar este excepcional período. Cuáles son los sectores etarios más afectados.

3 de Mayo de 2020 08:03

Por Redacción 0223

PARA 0223

Hace unos días el presidente Alberto Fernández, abrió la posibilidad de las salidas recreativas a no más de 500 metros del domicilio, tras más de 30 días de cuarentena por el coronavirus. Poco después, la medida no fue aprobada por la mayoría de los gobernadores e intendentes de las regiones más pobladas de la Argentina, debido al latente riesgo de masivos contagios del virus. El tiempo que duró la noticia, generó una breve esperanza en poder salir un tiempo del encierro. Su rechazo, nos volvió a introducir en el confinamiento y en el fuerte impacto -más para unos que otros-en nuestra salud mental y emocional. 

“Entre los quehaceres de la casa, teletrabajo, tareas del colegio de los chicos, ya no sabemos cómo dispersar nuestra mente. Buscamos opciones para poder organizar el día, ya sea hacer alguna actividad física, conectarnos socialmente, cocinar, pintar. Manteniendo un distanciamiento social, lógicamente. Necesitamos a nuestra familia, necesitamos aire”, expresó en diálogo con 0223, la psicóloga María Emilia Mirabete.

Para la profesional, el aislamiento “tiene un impacto fuerte a nivel emocional y psicológico”, que trascienden según ella en fluctuaciones en el estado de ánimo, como la confusión, enojo o el miedo.

“Todo esto aumenta la ansiedad y el estrés lo cual genera una mayor predisposición y aumenta la vulnerabilidad a enfermarse tanto a nivel físico como a nivel emocional y psicológico. Sentimos soledad, extrañamos a nuestros seres queridos, pensamos y reflexionamos sobre nuestra vida en general. En algunas personas tiene mayor impacto que en otras, depende con quien estemos compartiendo este aislamiento, pero en todos los casos aumenta considerablemente la angustia, que nos genera no poder abrazar, no poder conectarnos a nivel físico con quien más queremos, no saber qué va a pasar. El nivel de tolerancia a la incertidumbre cada vez es más bajo”, evaluó Mirabete.

Para la también integrante del Colegio de Psicólogos de Mar del Plata, “el único momento que tenemos un respiro, es cuando salimos a comprar, cuando salimos a pasear al perro enfrente de casa o dando la vuelta manzana, es el único momento donde nos volvemos a conectar con la rutina habitual que teníamos antes del aislamiento y que nos permite equilibrarnos, la que extrañamos, la que necesitamos. Creo que disfrutamos ese momento como nunca lo habíamos hecho, aunque sean 10 minutos”, remarcó.

Ese breve espacio diario de recreación, genera para Mirabete, una pregunta: “¿Es un escape de la rutina del aislamiento o es un momento para conectarse con uno mismo, para cambiar el aire, para pensar y descansar la mente? Considero sumamente necesario ese tiempo, aunque sea esos 10 minutos de ir al almacén, porque trae beneficios y ventajas a nuestro estado de ánimo, a nuestra mente. Nos ayuda a pensar en unos minutos, todo lo que hay a nuestro alrededor y conectarnos con eso, permite renovar la energía mental para seguir adelante, permite tener un espacio diferente en estos momentos que estamos atravesando todos”, dijo.

“El aislamiento seguirá por unos días más y no sabemos cuántos. Entonces tenemos que buscar opciones para paliar este aislamiento, para que no atente contra nuestra salud mental. Tenemos  alternativas como conectarnos con nosotros y los nuestros de una manera diferente, tomándonos nuestro tiempo para hacer cosas que antes no hacíamos,  descargar de una manera adecuada los sentimientos y las emociones que nos provocan las cosas y situaciones, respetar los momentos de angustia y tristeza que nos toca atravesar a todos, no desesperarnos ni ahogarnos en la angustia, Recurrir a un profesional de la salud en el caso de no poder hacerlo, recurrir a nuestros vínculos más cercanos, decirles que sentimos y que nos gustaría. Pensar que no estamos solos, siempre hay alguien con quien contar, a quien recurrir”, reflexionó Mirabete.

Para la decana de la Facultad de Psicología de la Unmdp, Ana Hermosilla, “los adultos mayores y los que están solos, así como las embarazadas y con niños pequeños, son los casos donde se registran mayor cantidad de consultas”.

En ese marco, para la titular del área de Psicología en la universidad pública local, esta situación de encierro, también supone “una tensión entre la libertad del sujeto de la persona en poder realizar una salida y el temor a contagiarse. Dependerá de lo que quiera cada persona y el grado de vulnerabilidad que tenga en relación a la ansiedad. Hay personas que con una estructura ansiosa y con un elevado grado de ansiedad. Lo que se aísla es el virus y no la subjetividad”, razonó.

“En la medida de salir y tomar aire fresco hace bien, en buena hora. Pero hemos percibido que algunas personas que salen, sienten palpitaciones y temor. Podemos decir que es natural, porque ya se cumplieron más de 40 días y esto sigue y no se sabe hasta cuándo, lo que provoca incertidumbre”, reflexionó.