¿Qué está pasando?

El título de estas breves reflexiones corresponden a una vieja canción de Marvin Gaye “What´s going on” (1971) y vino a mi memoria a partir de los hechos sucedidos en la ciudad de Washington el pasado 25 de mayo que culminaran con la muerte de John Floyd por asfixia en el marco de un procedimiento realizado por la policía de esa ciudad. La canción habla de la brutalidad y la desigualdad contra la población negra por parte del gobierno de su país.

El racismo en Estados Unidos no es nuevo. Transcurrió la “Guerra de Secesión” (1861/1865) en el siglo XIX, luego la lucha por los derechos civiles en el Siglo XX que tuvo su punto más resonante con el asesinato de Martin Luther King (1968). La Corte Suprema norteamericana fue marcando el camino para acotar esa brecha de desigualdad entre negros y blancos, pudiendo señalar como uno de los más ilustrativos el famosos caso “Brown vs Board of Education” (1954) donde declaró que las leyes estatales que establecían escuelas separadas para estudiantes afroamericanos y blancos negaban la igualdad de oportunidades educativas, suceso que fue risueñamente retratado Tom Hanks en “Forrest Gump” (1994) cuando se inclinó para recoger un pañuelo que se la había caído a una chica negra al suelo frente a la puerta de ingreso a la universidad, todo ello ante la mirada atónita de la juventud blanca que estaban de pie a su alrededor.

Sin embargo, entrados al Siglo XXI el germen del racismo sigue presente en la sociedad norteamericana: no con la forma de esclavitud de siglos pasados, pero si ante la falta de igualdad entendida como la falta de derechos civiles y en especial los sociales. Se trata de una democracia formal pero fuertemente resentida en su sentido material.

Casualmente en el mismo país donde sucedieron los hechos funciona en Washington la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) de la cual Estados Unidos forma parte. Llama la atención que pasados ya semanas desde la muerte de Floyd no se haya pronunciado este organismo respecto a los hechos de violencia, represión y muerte. Como se sabe, Estados Unidos no forma parte del sistema regional protectorio ya que no acepta someterse a la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ni a ninguna otra, como la Corte Penal Internacional.

Culmino esta breve reflexión con un segmento de la canción: “No me castigas con brutalidad, háblame para que puedas ver, que está pasando”.

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