"Paco” Mayorca: “La natación me fue abriendo puertas”

Es una de la figuras de este deporte en el país, en el que cumplió muchos roles. De San Isidro, pero radicado en Mar del Plata desde hace 40 años, repasa las alegrías y los sinsabores de una extensa trayectoria.

22 de Julio de 2020 19:12

Gerardo Mayorca es una figura de la natación Argentina. Pasó por (casi) todos los roles dentro del deporte: se desempeñó como nadador, entrenador, guardavidas y organizador de múltiples carreras, todo en base a mucha pasión, esfuerzo y una modestia característica. Desde el living de su casa, con mates de por medio, se acomoda para llevar a cabo la entrevista. 

No se lo ve nervioso, está suelto y se desenvuelve con naturalidad frente a las cámaras y micrófonos. Muy querido en el ambiente, todos lo conocen como “Paco”, apodo que le pusieron en un campeonato sudamericano en Río de Janeiro, Brasil.

Nacido en Beccar, partido de San Isidro, describe su infancia como "muy feliz", con recuerdos entre deportes, amigos y el club que había fundado su abuelo. Hace 40 años vive en Mar del Plata junto a su mujer e hijos.

-¿A qué edad comenzaste a nadar?

-Empecé a los 5, 6 años y, paralelamente, jugaba al básquet. A los 12 años, tuve que elegir. Mi entrenador me dijo: “natación o basquet”, opté por la natación y seguí por ese camino.

-¿Desde un primer momento sabías que querías dedicarte de manera profesional o era solo un hobby?

-No, lo seguía como un hobby y me seguía gustando el básquet, de hecho fui Selección de Buenos Aires en minibásquet. Pero con la natación se me fueron abriendo puertas y me permitió clasificar para diferentes juegos.

-¿Cuándo comenzaste a competir y ver buenos resultados?

-La primera vez que salí campeón de la República fue a los 12 años y ahí clasifiqué para el Sudamericano de Menores en Río de Janeiro, Brasil, en 1973. Luego viajé a Arica en Chile, a un Sudamericano donde obtuve el 3er puesto, a Perú, Colombia. Recorrí casi toda Sudamérica con diferentes campeonatos sudamericanos, y en varios de ellos conseguí medallas. Fui múltiple campeón Argentino de los 12 a 18 años, en todas las categorías, y formaba parte de la selección.

-¿Cómo eran tus entrenamientos cuando te preparabas para un torneo importante? 

-Eran durísimos, sobre todo cuando me pase al club San Fernando con Juan Carlos Martín. Los entrenamientos eran de 5 ó 6 horas diarias, nadábamos entre 15 y 20 km por día… muy duro. Entrenabamos en la pileta y en la isla del Club San Fernando. Hacíamos gimnasio todos los días 1 hora durante la etapa más fuerte de la preparación que era 1 ó 2 meses antes de las competencias y la alimentación era lo que se conocía en ese momento. Estamos hablando de la época del '70, donde no había demasiada información o nutricionistas conocidos como ahora, por lo cual seguíamos lo que decía el deportólogo del club.

-¿Te perdiste cosas de tu infancia por tener que entrenar o competir? ¿Te arrepentís?

-De la infancia no porque el Club Social Beccar era mi segunda casa, practicaba todo tipo de deporte y me la pasaba ahí. Después en el secundario sí, sacrifique salidas con mis compañeros de curso, no pude ir de viaje de egresados porque tuve que ir a los primeros Juegos Cruz del Sur de 1977 en Bolivia. Entonces bueno, algunas cosas se postergaron pero en la balanza siempre me quedo con la natación por todo el aporte que me dio en cuanto al desarrollo de la voluntad, al optimismo, a la seguridad y a plantearme un objetivo y poder cumplirlo.

-¿Siempre nadaste o tuviste un momento de descanso?

-A los 18 años dejé de nadar cuando me sacaron de los Panamericanos de Puerto Rico injustamente, la dirigencia fue muy dura conmigo. En ese momento empecé a estudiar el profesorado de Educación Física y paralelamente hice el curso de guardavidas. Nunca lo había pensado, pero cuando me mudé a Mar del Plata me dijeron: “vos que nadas tenes que hacerlo” y lo hice, tuve la suerte de terminar con las mejores notas, por lo que me dieron a elegir playa para comenzar a trabajar. Ahí fue cuando empecé a desarrollar más aguas abiertas que también me iba muy bien.

-¿En aguas abiertas competiste?

-Si, gané un Maratón Internacional en São Borja en 1977 y después empecé a correr en mar abierto donde también gané varias carreras.

La sencillez con la que lo dice, hace pensar que era algo fácil conseguir ese tipo de victorias. Pero lejos estaba de serlo, se volvió algo común para él, y trató de usar las palabras justas para no sonar arrogante. 

-¿Cuándo comenzaste a ser entrenador? ¿Estuviste al frente de la selección argentina? 

-En 1980, con 20 años, comencé a entrenar al Club Delfines. Llegue a tener el segundo mejor equipo del país de federados, con muchos campeones argentinos, infanto juveniles, campeones sudamericanos y de primera. En 1987 me nombraron Técnico de la Selección Argentina y viajamos a Paraguay donde ganamos el Campeonato Internacional. Luego, por problemas que habían con los natatorios, tuve que ir cambiando de club hasta que llegué a Swim donde deje de entrenar federados y comencé a entrenar másters, que son los mayores de 25 años.

-Tenías los tiempos para ir a unos Juegos Olímpicos y no te dejaron, ¿qué ocurrió?

-¡Sí, en 1984! En ese año comencé a trabajar en LaFayette y volví  a nadar. Ahí fue cuando tire las marcas mínimas para ir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, pero la Confederación Argentina de Natación me consideró profesional por ser entrenador y me privaron de tirar las marcas, homologarlas y así ir a los JJOO. 

-¿Qué sentiste cuando te dijeron que no podías?

-Mucha frustración. Lo máximo a lo que puede llegar un deportista es un Juego Olímpico y tener todas las condiciones y no poder ir fue una tristeza enorme.

-¿En tu carrera qué títulos obtuviste?¿ Fuiste profesional?

-Profesional nunca fui, porque no me pagaron. Si hubiese sido en esta época hubiese sido más fácil porque hay más medios de nutrición, propagandas, dinero, viajes. Es todo mejor, pero en mi época había sólo 1 ó 2 torneos importantes al año. Llegué a ser campeón Sudamericano y 5to en una Copa Latina. Fui al primer Campeonato Máster en 1986 y logré 3 medallas de bronce y, junto a Brasil, ganamos la posta cuatro estilos, consagrándonos campeones mundiales, y otro oro más en otra posta. Fui a varios Sudamericanos Másters en los que salí campeón, hice récords sudamericanos en diferentes categorías. Un título importante fue en Miami en 1999 donde fui campeón Panamericano máster, con récord en 200m pecho que lo tuve por 10 años.

-¿Cómo fue la experiencia en el Mundial Máster de Japón en 1986?

-Previamente mis papas hicieron una rifa en Buenos Aires y con esa plata conseguí el alojamiento, más los pasajes que me había dado la Secretaria de Turismo de la Nación. La Confederación no me daba bola, siendo que yo era el 4to en el ranking mundial. Me acompañó un periodista deportivo  de Clarín, Fernando Sánchez. Una vez que llegué estuve tres días buscando el estadio porque no sabía hablar ningún idioma, me era muy difícil entender Tokio. Una semana antes comencé a entrenar en el estadio Yoyogi y en otras piletas porque éramos 3600 nadadores. El día de la carrera, viví la primera precompetencia en la que una vez que entrabas no podías levantarte ni nada, solo te ibas adelantando hasta llegar a la pileta. Eran 15 hileras de 10 sillas donde cada una de estas correspondía a cada cancha. Mucha alegría y festejo. También ganamos la posta mixta (2 varones y 2 mujeres) donde salimos campeones mundiales. Esa noche se hizo una fiesta en la embajada argentina de Tokio, y un alto rango militar me invitó y me recibió Raúl Alfonsín. Me acuerdo que me dijo “que honor tan grande que en un país tan lejano, un compatriota salga campeón del mundo”. Eso fue increíble.

-¿Cuáles fueron los momentos que quedaron más grabados? 

-Uno de los momentos más lindos, fue cuando en 1976 me becó un club de Illinois, con la aspiración de poder estudiar en Arizona, pero eso se cayó cuando fui al Sudamericano de Ecuador y me encontré con el entrenador de Springfield que lo había contratado Uruguay. Entre irme con él a Uruguay, quedarme en Argentina o irme a Springfield con el segundo entrenador, elegí quedarme y fue justo en el momento que mi papá tuvo que venir a trabajar a Mar del Plata y nos vinimos todos.

Algo también muy marcado fue cuando me sacaron de los Panamericanos con una gran decepción pero bajo el lema de mi madre “no hay mal que por bien no venga”. Seguí luchando, vino la otra desilución cuando la delegación me privó ir a  los JJOO. Pero después tuve mi recompensa y me enorgulleció cuando la Secretaria de Turismo de la Nación me dio los pasajes para ir a Tokio, Taiwán y Los Ángeles, y pude hacer toda la gira con un gran rendimiento. 

De la infancia, me queda el recuerdo de entrar al club Social Beccar a correr y ver que todos los socios estaban pendientes a que corra “Gerardo Mayorca”. Sentir esa adrenalina de verlos a todos en la tribuna, cosa que no vi nunca más ni como entrenador ni como nadador máster, eso de ver cómo cientos de socios me seguían a todos los torneos. Es algo que uno lo cuenta y es difícil de entender, pero fue así. En el club Beccar fueron los mejores recuerdos que tuve como deportista, de que me sigan los socios. Decían “prueba número 8, 200m pecho” y comenzaban  todos a gritar alentando.

-Tenés el segundo mejor equipo de Argentina de natación máster, ¿cómo lográs que perduren por años y sigan avanzando cada vez más?

-Es un equipo que tengo hace mucho tiempo, hace 35 años. La base del equipo sigue siendo la misma, un poquito más grande ahora. La idea para mantener un grupo así es entender que la natación máster tiene tres perfiles u objetivos. El primero es el desarrollo de la actividad propiamente dicha para tener un buen estado físico, el segundo es la amistad que es fundamental y el tercero, el entendimiento entre los pueblos que es un principio máster. 

-¿Cuántas carreras has organizado a lo largo de los años y de qué tipo?

-Organice 30 competencias de rescate y en la número 30 me retiré, que fue cuando me jubilé de guardavidas en 2011.Carreras de aguas abiertas llevó organizadas 76, 14 triatlones por equipo, maratones de 10K y 20K otras 16 y campeonatos de natación en pileta unos 22.

-¿Sentís que sos un referente en la natación?

-Emmm (se toma unos segundos para pensar)... soy un referente por lo menos en lo que es Mar del Plata, también en lo que es organización deportiva porque hemos aprendido a serlo con la experiencia a través de realizar eventos y aprender de los errores. Lo primordial es brindarle excelencia al protagonista, que son los deportistas.

-¿Actualmente das clases en el curso de guardavidas?

-Estoy en la escuela de guardavidas Arístides Hernández desde 1995. Formando guardavidas, en la cátedra de práctica profesionalizante y en la de preparación física.

-¿Cómo sentís que evolucionó la natación a lo largo de estos años? 

-Tuvo un avance, yo siempre digo que estamos cada vez más cerca pero más lejos. Esto es porque hace 40 años capaz que estábamos décimos en el ránking del mundo, dando un ejemplo, pero estábamos a 3 segundos de esa marca. O sea, lejísimo en cuanto a marca, pero en un buen puesto algún nadador de esa época. Ahora tenemos nadadores que están a 8 décimas del récord del mundo, pero en el ranking mundial están número 80. Entonces por eso esa comparación, ahora es mucho más competitivo. 

-Imagino que habrá ayudado mucho el avance de la tecnología.

-Sí, hoy en día a través de las redes sociales, al llegar las comunicaciones más fluidamente, un entrenador puede ver y estar al tanto de lo que se hace en cada entrenamiento del mundo, estilo, técnica de nado, lo cual hace que sea mucho más fácil entrenar a algún nadador. En cuanto al país, hay grandes limitaciones en lo que es el apoyo al deportista, todavía falta un poco más de recursos económicos y de infraestructura para estar a nivel internacional.

-A tus 60 años… ¿seguís nadando?

-Yo tuve un problema cardíaco hace unos años por lo cual paré de nadar por 3, 4 años, hasta que me dieron el alta. Ahora sigo nadando pero no con demasiado esfuerzo. Sigo compitiendo a mi nivel, no como antes, pero eso es parte de la natación máster, disfrutar y hacer lo que más te gusta.

-¿Qué es la natación para vos?

-La natación es un deporte muy lindo, muy grato y sacrificado al ser individual. Te aísla de muchas cosas pero te da una fortaleza interior muy grande. Te enseña a tener una conducta que la llevas adelante en toda tu vida y eso creo que es lo que le transmití a mis hijos. Esa disciplina, conducta, fuerza de voluntad para emprender cosas y luchar por lo que uno se propone.