Las tres caras de Montenegro: festejó, se plantó y cedió

12 de Agosto de 2020 23:07

En pocas horas, Guillermo Montenegro mostró tres caras distintas que demuestran lo complejo que es para los gobernantes hacer equilibrio entre las necesidades de los sectores comerciales, el hartazgo de la gente y la preservación de la salud.

El sábado, celebró como un triunfo el hecho de que Mar del Plata se haya mantenido en la fase 4 de la cuarentena. El intendente estaba convencido (y aún lo está) de que la situación sanitaria de la ciudad permite no tener que dar marcha atrás en la apertura de actividades productivas y comerciales.

Este miércoles, sin embargo, dio una muestra de que tampoco quiere quedar alineado a los sectores que se oponen a la cuarentena: bajó de un cachetazo el plan de un grupo de empresarios de balnearios que anunciaron públicamente la realización de una prueba piloto para recibir turistas el fin de semana largo del 12 de octubre.

Este jueves, luego de ese golpe, llegará la caricia: el oficialismo presentará un proyecto alternativo (con menos beneficios) al que impulsó el Frente de Todos para reducir tasas a los sectores más afectados por la pandemia.

Todos los sábados el equipo de epidemiólogos del Ministerio de Salud de la provincia le entrega al jefe de Gabinete, Carlos Bianco, la lista con la fase que le corresponde a cada municipio de acuerdo a la cantidad de casos. General Pueyrredon apareció este sábado en la columna de la fase 3. Con ese panorama, Montenegro inició las negociaciones con Bianco.

Corrieron mensajes de preocupación entre grupos de comerciantes de Mar del Plata quienes se habían enterado de que el retroceso a fase 3 era casi un hecho. Incluso, circuló un “borrador” del archivo que se difunde los lunes con las fases y los municipios.

“Por suerte, no se pone en la balanza solo la opinión de los epidemiólogos sino que se mira el cuadro total”, confió el sábado por la tarde, aliviada, una fuente cercana al intendente. ¿Cuál es el cuadro total? Más allá del crecimiento indisimulable de los contagios en Mar del Plata, desde el gobierno insisten en que el sistema sanitario todavía está lejos del colapso que vaticinan desde algunos sectores.

 

 

En la semana del 29 de julio al 4 de agosto, el promedio de casos diarios fue de 37. En los siete días siguientes, el promedio de contagios por día escaló a los 53. La cifra preocupa, pero en medio de récords de contagios que se baten día a día a nivel nacional no es lo que más alarma.

En el gobierno local miran con mayor detenimiento el número de ocupación de camas de terapias intensivas y de respiradores. El último reporte de la Secretaría de Salud indicaba que el 55% de las camas de terapia estaban ocupadas. “Todavía hay margen”, analizaron desde el Ejecutivo.

La disponibilidad de respiradores es más amplia aún. Solo seis pacientes con Covid están utilizando asistencia respiratoria mecánica. Es cierto que también hay pacientes por otras patologías, pero –pese a la dificultad de conseguir un número exacto- la cantidad de respiradores en General Pueyrredon ronda los 150.

¿Por qué entonces la advertencia del director del Higa Gustavo Galbán sobre una situación "alarmante" del principal hospital de la región? En principio, está claro que los efectores de salud de Nación y Provincia no coinciden con el diagnóstico municipal acerca de la situación sanitaria de la ciudad, especialmente en lo que se refiere a la transmisión comunitaria del virus. Lo dejaron en claro durante la conferencia que dieron la semana pasada cuando sugirieron la necesidad de retroceder de fase.

La definición del gobierno provincial de sostener a Mar del Plata en fase 4 los dejó en una posición incómoda. Sin embargo, desde su entorno aclararon que no buscaban llevar a Mar del Plata a fase 3, sino dejar en evidencia que los controles del municipio para que se cumplan los protocolos escasean.

“Los comercios y los sectores productivos actúan con respeto por los protocolos. Pero cada vez vemos más gente en la calle sin barbijos. La gente sale a correr en cualquier horario y creemos que es el Ejecutivo municipal el que debe redoblar el esfuerzo para evitar que la gente se relaje”, indicaron.

Eso, no obstante, no explica el potencial colapso del hospital regional. El reporte de este miércoles por la mañana informó que en el Higa hay un caso positivo de Covid y seis sospechosos. En el hospital modular, construido especialmente para enfrentar la pandemia, son once (cuatro en terapia intensiva y siete en camas generales).

“¿Puede ser que con 28 casos de Covid el hospital esté cerca del colapso?”, se preguntó una fuente consultada por este medio. Recordó que el año pasado el modular no existía y que todos los especialistas aseguran que por la cuarentena cayeron fuertemente los casos vinculados a otras patologías respiratorias. “Nadie desconoce que la salud arrastra una deuda de años. De la gestión anterior y de las anteriores también”, admitió, pero insistió en que la tensión en el principal hospital de la región es “menor” a lo que se dice.

Desde los efectores de salud surge otra explicación. En rigor, dos problemas que ponen en jaque al hospital. El primero -que ya se lo plantearon al intendente en la reunión que tuvieron- es que el sistema primario de salud redujo su capacidad de respuesta. “A las 2 de la tarde ya no atienden. Y toda la gente que el año pasado iba a las salitas hoy la tenemos que recibir en el hospital”, señalaron.

Montenegro se comprometió a ampliar el horario del Cema para descomprimir parte de esa demanda, pero hasta el momento la medida no se concretó.

Hay un segundo problema que involucra al sector privado. Las autoridades sanitarias advierten que en muchas clínicas hacen “selección de pacientes”. “Hay personas que por su obra social se podrían atender en clínicas privadas, pero que en esas clínicas les plantean que no tienen especialistas o buscan algún argumento y los derivan al sistema público”, se quejaron. ¿Quién debe controlar eso? “Hay responsabilidad de todos”, reconocieron.

El Inareps aportó un respiro en las últimas horas. El intendente volvió a pedir al Ministerio de Salud que el instituto aporte camas para recibir pacientes y los efectores e salud sellaron el acuerdo en una reunión con Alejandro Collia. Lo concreto es que sumará cerca de 40 camas para recibir a pacientes no Covid que puedan ser tratados con telemedicina.

De ambos sectores admiten que Mar del Plata no tendrá problemas para aislar a personas con síntomas leves o asintomáticas. A la amplia red de hoteles que ya están en marcha (hay más disponibles en caso de ser necesario) se le suma la posibilidad de utilizar los hoteles de Chapadmalal. La atención, entonces, está centrada en las camas de terapia intensiva, que no se pueden “improvisar”.

Con todo, Montenegro sintió como un triunfo haber logrado que Mar del Plata se mantenga en fase 4 el sábado. Sin embargo, el jefe comunal está lejos de pararse en la vereda de los anticuarentena. Y la reacción de este miércoles así lo demuestra.

El martes recibió a representantes de sectores turísticos que se vieron convulsionados a partir de las declaraciones del ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán. Plantear que la temporada era “inimaginable” fue un mazazo para muchos operadores y empresarios que vienen trabajando silenciosamente para que se reactive el turismo en el verano.

El intendente e incluso funcionarios provinciales les plantearon a los empresarios que la frase no era representativa del plan que todos tienen. El propio gobernador Axel Kicillof relativizó los dichos de su ministro pocas horas después.

En ese contexto, Montenegro les pidió a los empresarios dejar que “baje la espuma” por los dichos de Gollán, mientras seguían trabajando en la planificación de una “temporada distinta”. “Ese mismo día salen con un protocolo para el sector y al día siguiente anuncian una prueba piloto para el turismo”, se quejó un funcionario, y agregó: “¡Encima lo hacen en día de récord de casos!”.

En el entorno del intendente entendieron que no despegarse de esos anuncios significaba una provocación al gobierno provincial. “No nos gustó lo que dijo Gollán, pero entendemos que fue su opinión. De hecho salió Teresa (García), el propio Axel a bajarle el tono. Pero de ahí a anunciar una prueba piloto para el turismo hay un abismo”, explicaron.

Más allá del enojo por esa “jugada” de un sector empresarial, desde el gobierno local tendrán un gesto este jueves: presentarán un proyecto para eximir y reducir tasas a los sectores más castigados por la pandemia.

En rigor, la propuesta original la impulsaron los concejales del Frente de Todos, Virginia Sívori y Marcos Gutiérrez. Sin embargo, no tuvieron consenso por parte del oficialismo para avanzar. El principal bloque opositor impulsaba un plan para que los empresarios gastronómicos quedaran eximidos hasta fin de año del pago de la Tasa de Seguridad e Higiene hasta diciembre, y que hoteleros, gimnasios y locales de fiestas no pagaran TSU por el mismo período.

 

“El gobierno nacional y provincial ya hicieron esfuerzos para apoyar a los sectores más castigados por la pandemia. Es hora de que el municipio se ponga en la misma línea y también haga su esfuerzo”, sostuvieron desde el Frente de Todos.

Desde Juntos por el Cambio plantearon que ese proyecto significaba un golpe muy fuerte a las arcas municipales e impidieron que avance en las comisiones. La semana pasada, la respuesta del oficialismo fue un proyecto de Agustín Neme que pidió la reducción de IVA y eximición de Ingresos Brutos (el primero un impuesto nacional y el segundo provincial) para esos sectores.

Sin embargo, en las últimas horas el oficialismo cedió y decidió avanzar en un proyecto propio que incluye una eximición de Seguridad e Higiene para locales gastronómicos (por menos meses que el proyecto original) y una reducción de la TSU para hoteles y salones de fiesta. Además, se estudia algún tipo de reducción en la tarifa de Osse para esos sectores. Es un gesto para un sector que siempre pareció más cerca del intendente que de su principal bloque opositor y que demandaba un gesto de estas características.