"Beto", papá de Emiliano Martínez: "Me llamó desde el vestuario y me dijo 'Gordo, disfrutalo que es todo tuyo'"

El padre del arquero marplatense, héroe de la Selección en los penales para clasificar a la Copa América, recibió a 0223 en su casa y contó cómo vive la familia el glorioso momento.

Alberto Martínez y una foto de su hijo Emiliano en Arsenal, entre tantas que cubren el living de su hogar. Foto: 0223.

7 de Julio de 2021 18:37

Alberto Martínez está viviendo, como su familia, uno de los días más felices de su vida. Hace pocas horas, su hijo Emiliano fue el héroe en los penales para la clasificación de la Selección argentina a la final de la Copa América al tapar tres remates. El "chico de la tapa" está en todos lados. Las redes sociales con memes, gifs y videos. Los canales de TV con sus resumenes. Son las tres de la tarde en su casa ubicada en el barrio Colinas de Peralta Ramos, y desde que terminó el partido con Colombia que sigue despierto: "No dormí nada. A las seis de la mañana me empezaron a llamar de todas las radios. ¡Si cobrara por las notas estaría contando el dinero!", le dice a 0223 en el living de su hogar, entre risas, frente a una mesa ratona que quedó con el vidrio quebrado por la energía de su festejo solitario. La catarata de medios que lo requirieron, en especial de Capital Federal, lo sobrepasó. Sin embargo, entiende que es parte del momento que está viviendo. 

"Beto" habla de Emiliano y se emociona. Si bien el presente es promisorio hace un tiempo para él y su familia, la humildad se conserva. Fue camionero, trabaja hace 45 años en el sector de la pesca, la cual sigue vinculada con una empresa familiar: "sigo laburando, anoche tenía un barco pero no pude ir porque estaba muy nervioso", contó. En la infancia de sus dos hijos -Alejandro, el más grande, y Emiliano- las cosas no fueron fáciles. "Yo a veces venía con un regalito para los dos, y lo tenía que esconder jugando en qué mano está, porque no había para dos regalos. La hemos peleado. Todo fue muy duro. Y gracias a Dios que fue duro, porque eso es lo que hoy lo lleva a Emiliano a tener ese perfil bajo, sabe dónde nació, de dónde viene, y quién es la familia Martínez. Somos todos humildes", sostuvo quien fue abuelo por cuarta vez: "Hace poco más de una semana 

-¿Cómo vivió el partido?

-La verdad, yo vivo solo, y lo vi ´solito´, me encanta porque lo disfruto en todo momento. Como verás, rompí una mesa ratona, pegándole una ´patadita´ (risas). Es algo emocionante, que nunca lo esperás, ser el arquero de la Selección argentina es tocar el techo con las manos. Ahora es todo de él, tiene que disfrutar, saber que es la Selección. Pero yo lo veo muy tranquilo, muy lúcido, tiene muy buenos compañeros, está bien en el grupo. Scaloni lo apoya mucho, y eso le dio la confianza para estar tranquilo en el arco.

Desborde de pasión. La mesa ratona que "Beto" Martínez rompió en el envión del festejo ante el éxito de su hijo.

-¿Imaginaba que atajaría tres penales en esta semifinal de Copa América?

-Noo...Yo no quería que vayan a penales, sino que ganen el partido. Pero yo sabía que Emi es de volcarse mucho, lo he visto atajar muchos penales, sé que es muy bueno para eso, pero nunca me imaginé que iba a atajar tres penales, más en este nivel, donde te colocan la pelota a un palo y allá arriba. Para mí es un orgullo gigante, lo disfruté, lo viví, lo lloré. Y acá estoy, esperando la final del sábado.

-Se dieron esos cruces intimidatorios con los jugadores de Colombia en los penales, ¿lo llegó a escuchar en el momento? 

-No, nunca pensé que Emi haría eso. Se ve que había algo de ´pica´ en la cancha con los que se cruzó. Con Cuadrado no hizo nada, con Cardona lo habló un poquito, pero a los otros dos los volvió locos. Pasa que Mina (Yerry, defensor) lo había golpeado en el primer tiempo, se ve que le dijo algo y por eso el cruce. Le dio resultado. Y siguió.

-Les hizo una de barrio, ¿no? 

-Exacto. Es que el fútbol, cuando vos te crías en una plaza, tenes todas las picardías. Eso es como andar en bicicleta. No te lo olvidás.

-¿Cómo vivió la familia todo lo vivido una vez consumada la victoria?

-Con Alejandro, mi otro hijo, no pude hablar nada porque estábamos los dos muy emocionados. Me dijo ´papi, estoy partido, hablamos mañana´ así que lo dejé disfrutar a su manera. Con Emi hablé cuando terminó el partido, con una videollamada que me hizo desde el vestuario, y después nuevamente a las 4 y pico de la mañana jugando a las cartas con los compañeros. Lo dejé que disfrute su parte. Después de cada partido a los jugadores les cuesta dormir, miran televisión, charlan...

-¿Cómo fue esa videollamada desde el vestuario?

-Él después de los partidos siempre me llama. Cuando él ganó la copa con el Arsenal, se puso a un costado del campo de juego, hizo una videollamada y lloramos los dos como nenes. Anoche me envió una nota de voz a las 2 de la mañana y me vio llorisqueando mal, como me ve siempre. En realidad no podía hablar mucho de la emoción. Entonces me dijo ´Gordo, disfrutalo que esto es todo tuyo´, y fue peor, me partió más. Lo dejé tranquilo y yo me quedé viendo todo por televisión, reviviendo los penales. 

-Para el puesto de arquero, que no siempre ataja, más cuando comienza su carrera, es importante el factor psicológico. ¿Emiliano esto lo empezó a trabajar hace poco?

-Emi tiene mucho apoyo de su mujer, de su familia, su hermano, mío, y aparte tiene un psicólogo particular que lo atiende antes de cada partido desde Londres. Se ve que el tipo lo trabaja muy bien. Es inglés, ya tiene una amistad con él. Yo tenía miedo en los primeros partidos, porque si tenía un error, se le escapaba una pelota por los nervios o la ansiedad, lo hubieran matado al ser desconocido para el país. Pero gracias a Dios estaba muy bien de la cabeza, y entró a jugar como si estuviera en el barrio. 

-Se viene la final el sábado, ¿cómo la ve?

-Obvio que estamos para ganarla. Nosotros somos Argentina, no tenemos que achicarnos, ya lo dijo Emi. Futbolísticamente ellos pueden ser potencia pero tenemos muchas posibilidades igual que ellos. Nosotros los vamos a respetar, pero ellos nos van a respetar a nosotros. Después de los penales, esto es una motivación terrible para ellos. Ahora van por todo. A morir. Y van a hacer lo imposible por ganar. Y si no ganan, yo ya estoy satisfecho igual.

"Nació y morirá para el fútbol"

Emiliano Martínez vivió con su familia en el Barrio Jardín, antes del Bosque Peralta Ramos, y comenzó a jugar al fútbol a los seis años. General Urquiza, luego Talleres -cerca del colegio Sagrada Familia al que concurría- y San Isidro, hasta que a los 11 años se fue a Independiente de Avellaneda, tras una prueba en la que quedó observado por Miguel Ángel "Pepe" Santoro, "su segundo padre", dice "Beto" Martínez. Antes, lo habían rechazado de Boca y River. 

-¿Siempre el fútbol fue la pasión de Emiliano?

-Él nació para el fútbol, y va a morir para el fútbol. Desde los seis años. 

-¿Fue difícil dejarlo ir de tan niño a Avellaneda?

-Siempre fue difícil. Emi se me fue a los 11 años y nunca más viví con él. Sí siempre estamos en contacto, viajo dos o tres veces al año, su hermano y su madre también viaja. Es duro, porque siempre seguirá siendo ´Emi´. Ahora lo tengo a tres horas y pico y por esta pandemia no pude viajar. Y sigue siendo difícil.

-Después de tanto tiempo en Arsenal, hace un año su carrera dio un vuelco impresionante...

-A Emi se le abrieron un montón de puertas. Él venía atajando FA Cup, Curling Cup, con un buen récord en Arsenal pero nunca con la oportunidad de mostrarse durante seis, siete u ocho partidos. Cuando la tuvo, la supo aprovechar. Cuando Arteta (Mikel, entrenador español) le dijo que no sabía cuál iba a ser el "1" del equipo, decidió irse a Aston Villa. Gracias a Dios, hizo una gran temporada y llegó esta convocatoria a la Selección argentina"

-¿Usted era futbolero, jugaba?

-Sí, jugaba en Independiente en las inferiores, pero nunca llegué a nada. Mis viejos se jodieron las varices de joven, tuve que salir a laburar y en el trabajo no me dejaban ir a entrenar. 

Por último, Alberto Martínez tiene otro motivo más para festejar con su familia: hace poco más de una semana nació en la ciudad inglesa de Birmingham, Aiba, segunda hija de Emiliano (Santi, el anterior, tiene 3 años), quien la conoció por videollamada. "Es una nietita hermosa, y no veo la hora de ir a conocerla. Él mucho no me comentó, pero sin dudas conocer a tu hija por un teléfono debe haber sido bravo", finalizó.