¿Más basura que peces en el mar?

Una tarjeta de crédito es lo que  podrías estar consumiendo por semana. Sí, según un estudio ingerimos semanalmente cinco gramos de plástico aproximadamente. Pero... ¿por qué?

Porque los microplásticos están presentes en más lugares de lo que te imaginas: En el agua, en las comidas de mar, en la cerveza, en la miel, en la sal, azúcar, pastas de dientes, protectores solares y mucho más. Un estudio realizado en Australia, asegura que por semana entran al organismo unas 2.000 pequeñas piezas de plástico, equivalente a 250 gramos al año.  

Se estima que anualmente se producen más de 300 millones de toneladas de plásticos a nivel mundial. Aumentó un 620% desde 1975. Y se calcula que cada año terminan en los océanos del mundo ocho millones de toneladas de residuos plásticos. De hecho, según el Censo Provincial de Basura Costera Marina de 2021 en nuestras costas bonaerenses, casi el 85% de los residuos encontrados en las playas bonaerenses fueron plásticos. Lo que más prevalece en un casi 20% son las colillas de cigarrillo (19,6%).

¿Y de dónde viene el plástico que se encuentra en el océano? En un 80% de las ciudades (desechos tirados directamente en la playa o también en la vía pública porque terminan en el mar por el viento y las tormentas) y en un 20% directamente desde el mar (por los desechos de barcos pesqueros por ejemplo).

Para 2040, los volúmenes de ese material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Y según el Foro Económico Mundial, si no modificamos la situación hoy, para 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos. Se calcula que para ese año habrá 12.000 millones de toneladas de basura plástica en el ambiente.  

Si bien hasta el momento sí sabemos que contienen agentes tóxicos no hay evidencia científica de que los microplásticos representen un riesgo para los humanos. Entonces, ¿me tiene que importar o no?

Primero: cuidar los océanos es fundamental para la vida ya que regulan la temperatura del planeta porque absorben el 90% de los gases de efecto invernadero y purifican el oxígeno. Y si seguimos así, el dioxido de carbono producto del ciclo de vida del plástico aumentará en un 50%.

Segundo: su lentísima degradación daña especies y hábitats marinos muy valiosos, lo que nos causa importantes impactos económicos. Y tercero: los residuos plásticos también pueden enredar y ahorcar a animales como peces, tortugas, ballenas, lobos y aves marinas, delfines y tiburones.  

¿Qué podemos hacer? Disminuir el consumo excesivo de plásticos: evitar sorbetes y cubiertos descartables. Tener bolsas reutilizables siempre a mano.Tirar la basura a los tachos y no en la playa. Tampoco las colillas de cigarrllo. Reciclar y reutilización materiales. Y separar  la basura en origen, que permita recuperar los plásticos para fomentar la economía circular.