La emoción de Santiago Silva y la vuelta al gol después de 762 días

Se llevó todos los flashes. Porque Santiago Silva esperó mucho para volver a jugar al fútbol después de una sanción tan injusta como insólita por dóping. Por eso, el golazo de tiro libre se festejó mucho en el Minella, la gente explotó y todos los compañeros del uruguayo, titulares y suplentes, hicieron una montaña humana sobre el "tanque" que no pudo contener el llanto de emoción y desahogo después de 762 días sin convertir (15 de febrero de 2020).

La carrera de Santiago Silva entraba en la última parte, jugaba en Argentinos Juniors y todo iba bien. Sin embargo, un resultado de dóping positivo cambió los planes. Las contrapruebas ratificaron esa primera prueba y empezó la lucha. El uruguayo descubrió rápidamente de dónde venía la sustancia prohibida y tenía que ver con una medicación de un tratamiento de fertilidad. A los del tribunal de penas, poco le importó el descargo y lo castigaron con dos años de suspensión. 

La loca carrera de Silva iba a terminar cerca del banco de suplentes local. (Foto: Diego Berrutti)

Cuando muchos creían que se iba a terminar cansando, pese a su edad, insistió en que se retiraría en una cancha de fútbol. Aldosivi le abrió las puertas y él aceptó. Arrancó de atrás, fue entrando en ritmo de a poco y hace dos partidos que va desde el arranque. Hoy hubo un penal temprano y se lo pidió a Cauteruccio. Tenía ganas, ansiedad, necesidad de sacarse el peso de encima de volver a convertir. Pero su compatriota le dijo que no, se hizo cargo, lo canjeó por gol y Silva fue uno de los más efusivos al saludarlo. ¡Líder positivo!. En el segundo tiempo, apenas cobraron la falta contra Mosquera, agarró la pelota y se supo que nadie se la iba a sacar. El último hombre de la barrera le hizo un guiño, la pelota pasó por ahí y se clavó abajo, contra la base del caño derecho de Mansilla que nada pudo hacer. ¡GOLAZO!

Se arrodilló, pensó en su familia y llegaron todos sus compañeros. Los de adentro y los de afuera, para compartir ese momento. (Foto: Diego Berrutti)

El resto es historia. La explosión de la gente, el festejo de Martín Palermo, todos los jugadores de Aldosivi compartiendo el momento con él, y el "tanque", tipo duro si los hay, sin ocultar su emoción por haber vuelto al gol, su gran amor. 

Abrazo de goleadores uruguayos. Cauteruccio y Silva pagaron su cuota y le dieron el triunfo a Aldosivi. (Foto: Diego Berrutti)

Después del partido, con la emoción a flor de piel, habló en la transmisión televisiva y aseguró que "valió la pena toda la espera. Estoy feliz por la victoria del grupo, de Aldosivi, por el gol mío. Es mucha emoción, prepararme para esto, volver y convertir, es una felicidad para mí y mi familia". A la hora de agradecer, contó que en lo primero que pensó fue "en mi familia, en mis hijas, en la gente que me apoyó siempre, en la gente más cercana que estuvo todo este tiempo". 

Respecto a Aldosivi y la importancia del grupo, resaltó que "estoy feliz, contento, Aldosivi fue el primer equipo que estuvo. Martín (Palermo), la institución, el grupo, un montón de cosas que se le vienen en la cabeza a uno, pero así es la vida, siempre con actitud, para adelante y hoy estamos acá felices, porque ganamos".