Cultura de la violación: qué prácticas hacen "cómplices" a los hombres y cómo erradicarlas

La sexóloga y docente de Mar del Plata, Cecilia Cardarelli, insiste que la Educación Sexual Integral es una "herramienta muy potente" para "desterrar todo tipo de violencia" entre géneros en la sociedad.

Para la especialista, la ESI hoy se dicta de manera "insuficiente" en las escuelas. Foto: archivo 0223.

8 de Marzo de 2022 17:09

Por Redacción 0223

PARA 0223

Pasar fotos de mujeres desnudas, viralizar porno, tocar el cuerpo de una chica sin su permiso en la calle o el boliche, son algunas de las prácticas más frecuentes que se ven en el día a día y que construyen la "cultura de la violación" que hace “cómplices” a las masculinidades a la hora de pensar en los ataques sexuales que sufren las mujeres permanentemente.

“Una cultura es una estructura, es un imaginario compuesto por ideas, acciones y valores que legitiman y fomentan determinadas acciones. Y en este caso pasa lo mismo, la cultura de la violación implica una serie de prácticas y no solo la violación: es una legitimación que justifica la violencia sexual en todas sus formas”, explica la sexóloga Cecilia Cardarelli (MP: 45799).

Después de la violación que sufrió una chica de 20 años en el barrio porteño de Palermo en manos de seis jóvenes, la especialista reitera el pedido del movimiento feminista para que los varones puedan “mirarse género adentro” y se interpelen sobre sus propias conductas cotidianas. “Yo puedo hablar con un varón que no es violador pero que desde su simple condición de varón es cómplice de algunas prácticas”, afirma.

Como ejemplos más evidentes de estas prácticas que alimentan la “cultura de la violación”, la profesional menciona que compartir porno o fotos de mujeres desnudas en los chats de las redes “es apostar a seguir poniendo a la mujer en el lugar de objeto para descalificarla y denigrarla”.

“También sigue siendo muy habitual que las chicas digan que no pueden ir al baño en los boliches sin que le toquen la cola, y eso, si bien no es lo mismo que meter a una chica en el auto entre seis y violarla, forma parte de una práctica que construye la estructura la cultura de la violación”, insiste la sexóloga, en una entrevista que le concede a 0223.com.ar.

La ESI, una herramienta clave pero “insuficiente”

Cardarelli, que también dicta clases en diferentes establecimientos educativos de Mar del Plata, considera que la Ley Micaela y, sobre todo, la Educación Sexual Integral (ESI) son “herramientas muy potentes” para tratar de erradicar esta cultura machista y patriarcal que violenta contra las mujeres. “La ESI nos permite repensar los vínculos entre los géneros y desterrar todo tipo de violencia”, asegura.

La importancia de la ESI está dada por su alcance: según la ley 26.150, debe garantizarse desde el ciclo inicial hasta la facultad. “Cuando un nene en el jardín de infantes se le dice ‘anda y dale un besito a la nena que te gusta’, y nadie le dice que no le puede dar un beso si la nena no quiere, que él no puede disponer del cuerpo de ella, ahí empezamos a replicar los componentes de la cultura de la violación”, grafica la docente.

A través de esta política educativa, la sexóloga destaca que se pueden empezar a analizar las raíces de los estereotipos de género que están naturalizados en la sociedad, es decir, lo que “cada cultura enseña sobre cómo la nena debe ser nena y cómo el varón debe ser varón”. “Cuando empezamos a indagar en estos estereotipos, muchas veces encontramos el germen de esta cultura”, apunta, y aclara: “La ESI no se trata solo de una herramienta pedagógica sino que también abre la oportunidad de interpelarse a uno mismo”.

Cardarelli reconoce que hoy la ESI se implementa de manera “insuficiente” en las escuelas aunque señala que se da en las aulas “mucho más de lo que creemos”. “Por acción u omisión, siempre hay ESI circulando pero nosotros lo que queremos es que haya una ESI activa, científica y validada. No se trata de decir lo que yo quiero o lo que me parece”, explica.

La profesional exige mayor compromiso de los equipos directivos de cada escuela y “más presupuesto” para poder garantizar el cumplimiento de la ley en forma plena. “Cuando hablamos de políticas educativas, de la mano va el presupuesto. Y desde que tenemos la ley ha habido distintos fomentos. Hubo un momento de mucha producción de material, de contenidos para implementar, y todo eso ha quedado en una suerte de meseta”, lamenta.