"Le sostenía la cabeza y le pedía que se quedara conmigo": el relato de la joven que le practicó RCP a Báez Sosa

Se trata de una joven que también había ido al boliche Le Brique y, al salir, fue testigo del ataque al joven de 18 años.

5 de Enero de 2023 18:16

Por Redacción 0223

PARA 0223

Virginia Pérez Antonelli, otra de las testigos que prestó declaración este jueves en la cuarta audiencia en el juicio contra los ocho rugbiers acusados de matar a Fernándo Báez Sosa, rememoró el momento en el que le hizo trabajos de reanimación e intentó salvarle la vida a la víctima en la madrugada del 18 de enero de 2020.

"Pudieron haber sido sólo cinco minutos, pero fue como una hora", dijo acerca de lo que vivió en aquel momento y que durante las tareas de RCP que le efectuó "le hablaba" y le "pedía" que se quedara con ella.

Pérez Antonelli estaba dentro del boliche Le Brique y salió porque había muchísima gente, ahí fue cuando la seguridad del lugar expulsaba por la fuerza a uno de los rugbiers acusados y se trataba de Máximo Thomsen.

La joven vio que un grupo de personas atacaban a Fernando y ella se acercó cuando él ya estaba en el piso. "Si alguien no tiene consciencia y no respira, hay que hacerle RCP", dijo ante pregunta de la fiscalía sobre su conocimiento, ya que ella había hecho un curso al respecto en la Cruz Roja.

Según dijo, un amigo de Fernando gritaba pidiendo ayuda y ella se ofreció a hacerle reanimación cardio pulmonar, lo que hizo unos minutos hasta que llegó personal policial, que fueron tres efectivos que luego iban tomando la posta para seguir con el intento de salvarle la vida al joven.

Virginia Pérez Antonelli rememoró los trabajos de reanimación que le hizo a Fernando Báez Sosa. Foto NA: José Scalzo.

"Yo le sostenía la cabeza a Fernando la cabeza, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo", recordó mientras los policías hacían la reanimación.

La fiscalía le preguntó sobre su conocimiento para hacer RCP y ella explicó cómo debía hacerse y en qué circunstancia, y que a los policías que le hicieron esas tareas a Fernando ella les contaba el ritmo de las compresiones: "Uno, dos, tres, cuatro….".

La joven explicó que ella le hizo apenas unas compresiones a Fernando pero que, al ser "muy menudita" y al llegar policías, les pasó la posta a ellos a quienes les daba indicaciones de cómo hacer las compresiones.

El abogado de los rugbiers, Hugo Tomei, le preguntó nuevamente sobre sus conocimientos de reanimación, y si no había riesgo de hacérselo a una persona a quien podía ocasionarle una lesión al mover el cuerpo: "Es mejor tener a una persona con la costilla rota y viva, que una persona muerta", le respondió la joven. El letrado desistió de seguir preguntando y terminó la declaración.

Antes de dejar la sala, la joven le dio un abrazo primero a Graciela Sosa, la mamá de Fernando, y luego a Silvino Báez, su padre, mientras que, a esa altura, la joven había roto en llanto.