"Ahora se ve la verdad de la unidad": el mensaje de Larreta a JxC ante la embestida judicial del kirchnerismo

En su paso por Mar del Plata, el jefe de Gobierno porteño también ratificó el respaldo a Marcelo D'Alessandro, el ministro de Seguridad y Jusiticia que fue denunciado por el gobierno de Alberto Fernández. "Estoy orgulloso de su trabajo", aseveró a 0223.

El jefe de Gobierno porteño también ratificó el respaldo a Marcelo D'Alessandro.

7 de Enero de 2023 20:03

El 2023 arrancó teñido de fuertes escándalos políticos. En los meses previos a la campaña, el Gobierno parece haber concentrado parte de sus esfuerzos en un único objetivo: Horacio Rodríguez Larreta. Y mientras enfrenta los embates judiciales del kirchnerismo, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aboga, más que nunca, por la unidad y apoyo de todos sus aliados de Juntos por el Cambio para salir airoso de la tormenta preelectoral.

El martes, el referente del PRO sufrió una baja sensible en la gestión, con la licencia obligada que se tomó Marcelo D’alessandro en el Ministerio de Seguridad y Justicia después de los polémicos chats que se filtraron entre él y la mano derecha de Horacio Rosatti en la Corte Suprema de Justicia. Tras ese primer golpe, Alberto Fernández fue por más: en las últimas horas instruyó a su ministro de Justicia, Martín Soria, a que presente una denuncia penal contra el funcionario porteño por supuestos hechos de corrupción.

Ante cada acusación, Rodríguez Larreta se muestra inmutable. Incluso, respalda con convicción a D’alessandro. “Hoy tenemos los niveles de delito más bajos de la historia y eso es responsabilidad de D'alessandro y de todo el equipo del gobierno de la Ciudad. Estoy muy orgulloso de él y de cómo estamos trabajando. Es un ejemplo”, sentencia, en una entrevista que le concede a 0223 en el marco de una apretada agenda que mantiene con recorridas por Mar del Plata y otros distritos de la Costa Atlántica.

Pero no todos piensan lo mismo en la coalición opositora. En el entorno de Patricia Bullrich dejaron trascender fuertes diferencias por la decisión del jefe de Gobierno de mantener en suspenso al ministro hasta tanto se resuelva su situación. “La licencia es la tibieza. Si considerás que el funcionario hizo bien su trabajo y el Gobierno le armó una cama, lo bancás. Y si hizo mal las cosas, lo echás”, fue el reproche que dejó trascender la actual presidenta del PRO a través de voceros.

En tiempos delicados para la gestión, y en un año donde se evita cualquier paso en falso, Rodríguez Larreta no quiere sumar más tensiones. Y el mensaje que deja puertas adentro a Juntos por el Cambio es claro: pide que todos se encolumnen detrás del repudio al juicio político que impulsa el Gobierno contra los miembros de la Corte. "Ahí se ve la verdad de la unidad", apunta.

-¿Cómo le sienta esta recorrida por Mar del Plata y la Costa? ¿Qué le transmiten los vecinos, los turistas?

-Yo te diría que veo una combinación de sentimientos. Hay angustia y frustración por la situación económica. La gente que viene de vacaciones no sabe si le va a alcanzar la plata porque cada semana los precios aumentan y el presupuesto se les va de las manos. El tema de la inflación es terrible y los comerciantes no saben a qué valor venden y si después van a poder reponer. Según la zona, también recibo muchísimo miedo de vecinos por la inseguridad, sobre todo en el conurbano bonaerense o gente que viene de Santa Fe, de Rosario. Pero, por otro lado, también recibo esperanza. Hoy estuve con Luciano, un pescador que hace 50 años está embarcado, con mucha garra y vocación, y eso es muy bueno. Y entre la dicotomía de la frustración y la esperanza, yo me quedo con la esperanza.

Rodríguez Larreta conversó con vecinos en Chauvín.

-Pero si hay esperanza es por algo… ¿por un cambio o por qué?

-Sí, obvio, necesitamos un cambio. Y tiene que ser un cambio grande y profundo. El cambio no tiene que ser de una sola cosa sino que hay que abordarlo de manera integral para que el país pueda ponerse de pie y salir adelante. Estoy convencido que se puede llevar adelante ese cambio. Sin ánimo de comparar una cosa con otra, en la Ciudad de Buenos Aires hicimos un cambio enorme. Lleva tiempo, por supuesto, porque no hay soluciones mágicas ni rápidas. Hay que tener un plan integral y laburarlo y laburarlo, con mucho patriotismo y dejando las peleas y la grieta que tanto fracaso le ha traído a la Argentina a un lado. Y hay que buscar dialogar.

-Y algunas de esas soluciones las conversó hace poco con Macri en Cumelén, ¿no?

-Sí, compartimos justo el lugar de vacaciones, en mi caso fue un fin de semana estirado, pero hubiera sido raro que no nos veamos. Con él hablamos de todo pero porque también compartimos esto mismo: la preocupación por la situación actual y al mismo tiempo la esperanza por sacar adelante el país.

-¿Le entregó una suerte de ‘plan’ de gestión?

-No. Leí algo así en algún otro lado pero nada que ver. Hablamos.

-¿Pero para qué se vieron concretamente?

-Fue una charla más como las que tenemos hace más de veinte años. Ya tenemos una relación de afecto y confianza. Lo natural es encontrarnos.

-¿Y cómo lo notó a Macri?

-Lo veo muy bien, entusiasmado, animado. Obviamente que está enchufado. Los dos estamos trabajando por la unidad de Juntos por el Cambio.

-¿Siente que se pudieron aplacar algunas tensiones que hicieron ruido con la coalición el año pasado?

-Totalmente. En una coalición tan grande, diversa y heterogénea, siempre hay tensiones y posiciones pero hoy estamos más unidos que nunca, y sobre todo en esta defensa contra el juicio político que promueve el Gobierno. Ahí se ve la verdad de la unidad.

-¿Qué tanto le preocupa este embate que acusa del kirchnerismo?

-Me preocupa pero también estoy muy confiado de que esa ley no va a salir. No hay ninguna perspectiva de que se concrete eso. Pero me preocupa que haya un Gobierno que quiera hacerle un juicio político a la Corte por sus propios fallos. No existe eso. Ya mostró antecedentes hace dos semanas cuando el presidente dijo que no iba a  acatar el fallo de la Corte. Lo del juicio político es más grave aún. Se quieren llevar puesto la República y no lo vamos a permitir. De ninguna manera.

-¿Y cómo le cayó la denuncia penal que formuló el presidente contra Marcelo D'alessandro?

-Acá lo grave es el paso anterior, y me sorprende que el Gobierno no se preocupe en eso, es que hubo espionaje ilegal. A D'alessandro le entraron y le espiaron los chats. Es como que a vos te pase y espíen los chats con tus familias, con tus amigos. Es gravísimo que en una democracia pueda haber espionaje ilegal. No hay que distraernos del fondo del problema: acá hubo espionaje ilegal, le tocó a Dalessandro, y ahora hay que investigar quién lo hizo.

-Pero en la era Macri también hubo espionaje ilegal.

-Y hay un juez que lo está investigando.

-Pero lo grave es que también parece que la política argentina, de uno y otro lado, termina naturalizando el uso del espionaje…

-No. Nunca nadie en la vida insinuó que yo hice eso. Naturalizado no quiere decir que todos lo hagan, sino metemos a todos en la misma bolsa. Y lo que sucedió cuando estaba Macri, no hay ninguna prueba ni ningún indicio que haya sido el gobierno de Macri sino que pasó durante su gobierno. No hay forma de incriminarlo a él.

-¿Qué va a pasar con D'alessandro a partir de esta licencia al cargo?

-Sí, se pidió una licencia y es una decisión personal que yo acompañé.

-¿Pero hasta cuándo va a seguir así?

-Y lo vamos a ir viendo con él, no sé exactamente… Mirá, en la misma semana, presentamos los datos de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, que lo tienen a él como principal responsable, y es un orgullo. Hoy Buenos Aires es la capital más segura de todo Latinoamérica. Hoy tenemos los niveles de delito más bajos de la historia y eso es responsabilidad de D'alessandro y de todo el equipo del gobierno de la Ciudad. Estoy muy orgulloso de él y de cómo estamos trabajando. Es un ejemplo.

-¿Y no baraja algún sucesor?

-No, queda en licencia. El cargo no se ocupa. La firma, el monitoreo, lo hace como en todas las áreas el jefe de Gabinete Felipe Miguel.

-¿Lo incomoda haber quedado tan expuesto, en el centro de las críticas del kirchnerismo?

-Yo doy los debates que tengo que dar. Obviamente que acá hay un tema electoral y el presidente por ahí me ve como uno de los referentes de la oposición y se la agarra con la Ciudad de Buenos Aires pero no se da cuenta que en realidad esto es un ataque a todos los argentinos y no a mí personalmente.

-Pero parece que lo ponen casi en rol de enemigo…

-Yo no me engancho en esa. Yo no creo en la política de amigos y enemigos. Puede haber gente que piensa diferente, y yo soy muy claro y firme cuando pienso diferente. Lo hice, por ejemplo, cuando el Gobierno nacional nos quería cerrar las escuelas en la pandemia. En la Ciudad de Buenos Aires no se perdieron clases y la Corte Suprema me dio la razón.  Hay que terminar con la grieta y con pensar que el que está en frente es un enemigo. No sirven estas antinomias y extremos que tanto fracaso le han traído a la Argentina.

-Estos últimos cruces también ponen en duda la calidad institucional a nivel país, ¿estaría dispuesto a sentarse a hablar con Alberto Fernández para tratar de bajar estas fuertes tensiones políticas antes de la campaña?

-La realidad es que no hubo ninguna iniciativa ni existe vocación de diálogo. Y la verdad que un gobierno que va de punta contra las instituciones, que desconoce fallos de la Corte y que quiere hacerle juicio político a todos sus miembros, es el antidiálogo.