Repintaron las estrellas amarillas que inmortalizan a la familia que mató Juan Carlos Belasco en 2013

Familiares de Eliana Nicuez, la mamá que murió atropellada junto a sus dos hijos por la imprudencia de Juan Carlos Belasco, realizaron este miércoles por la tarde un acto de memoria en Luro y 184, la misma zona donde hace exactamente 10 años se produjo una de las peores tragedias viales de Mar del Plata.

Hermanos, allegados y vecinos formaron parte de la intervención que hizo a partir de las 15, donde se repintaron las estrellas amarillas sobre el asfalto que llevan los nombres de Eliana, Bauti y Lauti. También se colocó un cartel alusivo al fatídico siniestro, que años antes debió ser retirado por los daños que sufrió por otro choque.

La familia decidió realizar el homenaje en esta fecha al cumplirse el décimo aniversario del choque que provocó, a más de 96 kilómetros por hora y a bordo de un Fiat Duna Weekend, Juan Carlos Belasco, quien el 28 de abril de 2015 fue condenado a 8 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº2, integrado por los jueces Néstor Conti, Alexis Simaz y Eduardo Jiménez.

Libre

Al haber cumplido más de las tres cuartas partes de su condena, el 20 de agosto de ese año, el juez de Ejecución Penal N°2 Juan Galarreta le permitió acceder a Belasco a un régimen de libertad condicional, sujeto al cumplimiento de diferentes reglas de conducta, después del fallido arresto domiciliario que intentó tramitar un año antes, a fines del 2020. En este marco, fuentes judiciales consultadas por 0223 adelantaron que a partir del próximo 27 de abril de 2023 ya se dará definitivamente por cumplida la pena.

En la sentencia de 2015, los jueces también inhabilitaron a Belasco a conducir por el término de diez años. Este plazo de inhabilitación recién caducará el 28 de marzo de 2031, según dictaminó el juez de Ejecución Penal N°1, Ricardo Perdichizzi.

La sentencia contra Juan Carlos Belasco marcó la primera vez en que un tribunal de Mar del Plata aplicó el encuadre de “homicidio simple con dolo eventual” para un siniestro vial y significó, al mismo tiempo, la pena más dura para un autor de este tipo de hechos. Hay que tener en cuenta que la figura del “dolo eventual” es de rara y difícil aplicación: en los últimos 6 años, solamente se incorporó cuatro veces en la ciudad.

El sueño que nunca se cumplió

Eliana era la penúltima de nueve hermanos. Había empezado a trabajar como camarera a los 15 años con un objetivo: tener su propia casa y un auto. Su último trabajo fue en la Fonte D’Oro de Alem y Formosa y todos los días se cruzaba la ciudad en colectivo -vivía en la zona donde la atropellaron- para cumplir con su horario.

El último año de su vida, Eliana había trabajado durante toda la temporada y con el dinero que venía ahorrando empezaba a cumplir su sueño. Apenas quince días antes del siniestro fatal se había comprado un Gol y cinco días más tarde había escriturado a su nombre un terreno en el barrio La Florida, en donde proyectaba construir su hogar y una casita del árbol para los chicos. Pero por la imprudencia de Belasco, nada de eso pudo ser realidad.