Salvan a una perra que recibió 4 tiros por comerse un matambre

Los animales no entienden de rencores y la mirada de "Negrita" lo corrobora. Parece decir "gracias" mientras mira con ternura a una de las médicas veterinarias que salvaron su vida luego de ser víctima de un extremo caso de maltrato animal, cuando su propio dueño le disparó cuatro balazos por haberse robado un matambre de la parrilla de su casa, en la localidad de Glew.

Luego de las primeras informaciones -que dieron por muerta a la perra de raza Rottweiler- desde el Municipio de Almirante Brown comunicaron este jueves que, gracias al rápido accionar del Centro Municipal de Sanidad Animal y Zoonosis, se logró salvarla y ponerla a resguardo, luego de ser intervenida de urgencia por la gravedad de las heridas sufridas.

“Estamos orgullosos de nuestro Centro Municipal de Sanidad Animal y Zoonosis que en este caso puso a resguardo a la perra ‘Negrita’, de dos años”, sostuvo Mariano Cascallares que destacó el trabajo del equipo del Municipio. En esa línea, aclaró que la perrita “se recupera satisfactoriamente con los cuidados de los profesionales”, al tiempo que elogió el trabajo de Zoonosis Brown, al que consideró “un verdadero ejemplo de sanidad animal para todo nuestro país”.

En tanto, se conoció que el atacante fue detenido por efectivos policiales tras un llamado al 911. De la casa, salió un hombre de 51 años, empuñando un arma al grito de "el perro me comió el matambre, por eso le disparé". Los uniformados le dieron la voz de alto al sujeto, lo redujeron y lo esposaron.

Al lugar arribó también personal de Zoonosis Brown, que halló a la perra acostada junto a la reja del garaje con heridas de bala, y la trasladó rápidamente hasta la sede ubicada en Martín Fierro N° 33, Burzaco. Allí “Negrita”, de dos años, fue asistida, cuidada y operada exitosamente por los veterinarios de Zoonosis Brown, donde actualmente se recupera favorablemente.

Los disparos quedaron marcados en el portón de la casa del atacante, que también tiene otra perra de la misma raza. Los hijos del hombre, presentes en el lugar- pedían que, una vez que se recupere, la perra vuelva a su hogar.

El hombre intentó justificar su violento accionar diciendo que no estaba en sus cabales, ya que se encontraba bajo los efectos del alcohol: "Estaba mamado". Cuando la policía le pidió los papeles, comprobaron que el hombre no tenía permiso de portación del arma calibre .32. Además, tenía una escopeta de menor calibre.

La policía lo detuvo durante algunas horas, pero ya fue liberado. Quedó imputado por el delito de "tenencia ilegal de arma civil y maltrato animal" a disposición de la Fiscalía 4 de Lomas de Zamora, a cargo de Leonardo Kaszewski.