Una caja de luz y una persona inimputable: a cinco años del incendio más grande de la historia de Mar del Plata

Las llamas se desataron minutos después de las 22 del 15 de diciembre de 2019. Por la causa hubo un solo acusado que fue absuelto por su condición psiquiátrica. Hoy en el predio funciona un playón de estacionamiento.

El incendio de Torres y Liva es el más grande del que hay registro en Mar del Plata

15 de Diciembre de 2024 08:21

Incendio de gran, gran magnitud ahora, negra”, con este mensaje y un video tomado desde el balcón de un departamento de Falucho y Dorrego, a las 22:30 del domingo 15 de diciembre de 2019, la redacción de 0223 tomaba conocimiento del incendio dantesco que arrasaba con la distribuidora Torres Y Liva y se propagaba a casas y departamentos linderos.

Las llamas daban por tierra a la empresa fundada en 1951 que funcionaba en Rivadavia 3663 con un salón de ventas y centro logístico de más de 6.000 metros cuadrados para la atención de comerciantes, hoteles, restaurantes, entre otros clientes.

Con casi 70 años de historia en la ciudad, la firma comercializaba productos de bazar, decoración, ferretería, camping, playa, regalería, limpieza y perfumería y brindaba un servicio integral y abastecía con su propia red de vendedores y flota de vehículos a distintas ciudades ubicadas en el centro y sur del país.

El causante del caos y una confesión “nunca vista”

Néstor Gustavo Arrativel, era una persona en situación de calle con graves problemas psiquiátricos. A las 22:15 comenzó a merodear las inmediaciones de la distribuidora y 10 minutos después los bomberos recibirían el llamado que daba cuenta del siniestro.

Por su condición -fue diagnosticado con psicosis crónica con ideación delirante y psicosis esquizofrénica tipo residual-crónica y de tipo paranoide- la Justicia decidió absolverlo y dictar una medida de seguridad y abrigo por quince años.  Arrativel, había sido sindicado como el autor del incendio de Torres y Liva y se le había formado una causa por "incendio agravado por peligro de muerte para las personas y daño".

En un principio, las autoridades barajaban la posibilidad de llevarlo a juicio pero, por el diagnóstico de Arrativel suspendieron la instancia del debate. Juan Manuel Sueyro, el juez que intervino en el caso, aseguró que el hombre no tuvo posibilidad de comprender la criminalidad de su acto.

“Arrativel reconoció haber dañado medidores de energía eléctrica y que se valió de dispositivos como el que se halló semicombustionado dentro de la caja. En la justificación de su conducta dijo que la empresa dedicada al suministro eléctrico no había cambiado esas antiguas cajas, que tal omisión defraudaba a los usuarios y él actuó para revertir la situación”, señaló el magistrado, en un fallo.

En diálogo con 0223, el juez confesó que en sus catorce años de magistratura "jamás" había escuchado un reconocimiento semejante. Es que Arrativel manifestó su conformidad con el encierro en el Penal de Batán y se presentó a escuchar la sentencia aseado, con prendas limpias y arregladas, con una imagen muy distinta a la que aparece en las fotografías que se agregaron a la causa.

Los profesionales médicos que trataron a Arrativel indicaron que las patologías que presenta le impiden comprender actos. Pero como se advirtió que se trata de una persona que reviste peligrosidad para sí y especialmente para terceros, la Justicia finalmente decidió dictar una medida de seguridad para evitar otra tragedia.

Fuego y después….

Los vecinos de la zona que vivían en las inmediaciones de la distribuidora aún recuerdan los primeros minutos de la tragedia. A las 22:15 empezaron a ver humo y, en cuestión de minutos, las llamas “arrasaron con todo”.

Además con el primer piso del edificio que se erigía en esa esquina y alcanzaron las viviendas del segundo, tercer y cuarto piso. 

La crónica de aquella noche y el posterior informe pericial dan cuenta que las llamas provocaron daños totales en los departamentos "E" de planta baja, primero, segundo, tercer y cuarto piso del edificio de calle San Martín 3660; mientras que los departamentos "F" también resultaron con importantes daños ya que compartían pulmón de manzana con el depósito.

Del otro lado de la manzana, sobre la calle 14 de Julio 1744, el fuego alcanzó a los departamentos “C” de la planta baja. En total, fueron unos 47 departamentos y 150 familias las que se vieron afectadas por el incendio en el que trabajaron sin tregua 11 dotaciones de bomberos.

Los comerciantes de la zona, aunque no sufrieron daños materiales directos, también vivieron en carne propia las consecuencias del incendio. Durante meses, el tránsito por la zona se vio fuertemente restringido para evitar algún accidente o desprendimiento hasta que en febrero el Grupo Mitre SA avanzó con la demolición del esqueleto de la distribuidora. Las ventas en el sector experimentaron una caída de hasta el 70%. 

La demolición finalizó en menos de una semana, y por el trabajo realizado la firma que intervino quedó seleccionada entre los finalistas de los World Demolition Awards, un premio que se realiza todos los años y que premia a las mejores empresas en el rubro del mundo. De los escombros, fue posible recuperar arriba de mil objetos personales y regresarlos a sus dueños. También se recicló el 95% de los materiales.

Hoy, a cinco años de la tragedia que marcó a Mar del Plata y puso en discusión el manejo de la siniestralidad en Mar del Plata, el predio en el que funcionaba la histórica distribuidora hay un playón de estacionamiento y no quedan rastros de aquel incendio dantesco que solo permanece en la memoria de los vecinos y comerciantes de la zona como "un mal trago".