Leo Poletto: “El rock es una cierta forma de libertad y también de juventud”
Así se expresa Leo Poletto, líder de la banda Corderos, mientras espera su próxima presentación en el mes de agosto. Desde la Vinoteca del inicio al presente de una banda madura y con experiencia.
“En la primera época empezamos a tocar, obviamente, como todo el mundo, en la Vinoteca. Ese era el lugar para arrancar en el rock. Es un lugar que nos gusta mucho y que tiene mucha historia. Ahí nos dimos cuenta de que la gente se enganchaba con la propuesta, que llevaban sus trapos, que sabían las letras y que se intercambiaban casetes piratas con los temas grabados en vivo, todas cosas que no nos habían pasado en bandas anteriores. Entonces, ahí empezamos a crecer y cambiar de recintos donde tocar, sobre todo por la necesidad de que sean más grandes”, comienza diciendo Leo Poletto, líder de la banda Corderos.
Y agrega, “Nosotros, siempre tuvimos la intención de hacer un espectáculo más que un recital. Es decir, que sume desde lo visual, desde el concepto, lo que nosotros queremos transmitir en la canción, pero a través de lo que pasa arriba del escenario. Nosotros arrancamos en 1997 y Dios los Cría en el 93, creo, y tomamos algo de eso que hacían ellos, porque ellos siempre tuvieron esa convicción de dar algo más que un recital, y nos pareció super interesante. Ellos fueron como la punta de lanza de ese tipo de espectáculos y nosotros, además de por ser amigos, lo tomamos, lo investigamos y nos pareció una idea muy interesante, por supuesto que cada uno con sus conceptos”.
- ¿Y en eso, los cambios de escenarios venían muy bien?
- La Vinoteca, que es un lugar que amamos, es un lugar para presentar una propuesta musical, en especial de rock. Ya después cuando pasamos al Elvis, el querido y extrañado Elvis de Brown, fue mejor. Era un lugar inmenso donde ya hicimos escenografías y llamábamos invitados. También tuvimos bailarinas para hacer una coreo, todo una cosa muy volada y muy moderna. Luces, pantallas, llevábamos de todo y es un concepto que seguimos teniendo hasta hoy en día. El año pasado nos tocó tocar en lo que llaman surround, como una sala de conciertos muy chiquita y que suena muy bien, con una gran pantalla de video, porque de hecho es una sede local del Incaa, y era fantástica para lo que queríamos y poder darle un concepto a cada canción con respecto a lo visual. Para esta próxima presentación estamos pensando otro tipo de espectáculo. Si bien hay visuales, hay luces impresionantes, también queremos desde lo musical salir un poco de ese concepto de: “Este es el tema tal” y tocarlo de corrido. Más bien queremos buscar distintas versiones, distintos espacios, aún dentro del recinto, va a ser una cosa muy distinta a lo que venimos haciendo.
Corderos se presentará este próximo 10 de agosto, desde las 21, en Vorterix Club (Diagonal Pueyrredon 3338). La propuesta contará con la banda Aperitivo D'Intino como soporte.
- Contame un poco sobre la maduración de la banda. ¿En qué notás esa maduración? ¿hay algo particular donde se note?
- Uno irremediablemente va creciendo y ojalá que madurando también. Entonces, una de las cosas que más noto es que en toda la primera etapa de Corderos sus letras eran más de corte social. Es algo que siempre está presente, es algo que siempre nos interesa y le prestamos atención, pero ahora las letras son un poco más introspectivas y hasta un poco más filosóficas. Creo que tiene que ver con madurar y pensar uno de qué manera quiere vivir y cómo quiere madurar. Yo lo veo por ese lado en especial. Debe haber sido gradual, porque llegó un punto donde me di cuenta de lo que había pasado. No me fui dando cuanta en cada etapa. Cuando uno se sienta a escribir no piensa de qué va a escribir y no se puede decir: ‘Bueno, ahora quiero que sea más introspectiva o más filosófica’. Se fue dando y uno va creciendo y se va desencantando y encantando con otras cosas…
- Pero lo que se mantiene es el rock…
- Sí, claro. El rock es una cierta forma de libertad y también de juventud. Mas allá de la edad que uno tenga, creo que tiene esa intención de ser una especie de grito, de tratar de renovar un poco las estructuras, aunque a veces no lo logramos. Yo pienso que el rock que yo amo es un rock que tiene una estructura, la que se mantiene más o menos similar hace muchísimas décadas, pero creo que en el mensaje, y un poco en el sonido, los timbres y en esa fuerza que se imparte a través de la música, a veces esa simpleza que tiene que ver con un enfoque, con ir claramente hacia un punto, en ese sentido sigue siendo joven y sigue siendo una forma de mostrar el estar un poco al margen, si bien uno es parte de la música y del negocio del espectáculo .
- Esa madurez que notás sobre todo en las letras, ¿el público la acompaña? Porque hoy Corderos también tiene mucho público joven y no solo a los que vienen desde el inicio.
- Si bien el público madura junto con nosotros y, como decís, un porcentaje grande es de los que nos seguían hace 20 años atrás (lo que agradecemos porque quiere decir que seguimos dando una propuesta que les puede llegar a gustar) nos sigue gente joven. El otro día me pasó con mi hijo, estábamos en el auto escuchando una playlist y de pronto salió un tema de Corderos y a mí me súper emocionó. Sé también que, quizás, gente que nos seguía y hoy son padres y madres les han transmitido directamente o porque quedó sonando en la casa y lo escucharon y preguntaron qué era, nuestra música a sus hijos. Nosotros tuvimos la suerte de estar en una época de Mar del Plata, hace veintipico de años, donde hubo un movimiento efervescente de la música, con unas bandas increíbles y que fue histórico, con muchos lugares para tocar. Imaginate que a Corderos y a Dios los cría, por ejemplo, en el 2000 nos llaman del sello Sony music para firmar con ellos. Una cosa que era impensada para una banda marplatense y viviendo en Mar del Plata.
A Corderos no les gusta repetir la formula ganadora. El año pasado ganaron su primera Estrella de Mar por el espectáculo que brindaron y, por supuesto, para estas presentaciones se viene algo totalmente distinto. Siempre están pensando algo nuevo y eso los lleva a realizar presentaciones bastantes espaciadas en el tiempo. Pero, en el mientras tanto, van ofreciendo simples que ya fueron producidos como un disco completo con la producción de Fernando Scarcella. “Lo hacemos así porque creemos que cada una se merece el tiempo de escucharlo y de incorporarla a cada uno”, sostiene Leo.
- Por último, el primer disco de Corderos fue del 2001, tiene más de 20 años. ¿Lo agarrarías y los reversionarías todo, lo darías vuelta, como hizo Fito Páez con El amor después del amor, por ejemplo?
- Para nada. No porque crea que es perfecto, porque en veinte años hay muchísimas cosas que uno cambiaría o que pienso que podrían hacerse mejor, pero cada producción es una foto de un momento, un lugar, una situación y merece que sea así. Si no queda como que tengo una foto de los cinco años y no me gusta entonces saco una ahora con 16. No hablamos de lo mismo, son dos fotos distintas. Es una buena pregunta, una que uno se hace cuando escucha material viejo: ‘Uh, mirá tal cosa, tal otra’, pero la realidad es que no es justo. Eso me parece que hacerlo no sería justo.
(*) Corderos se presenta en Vorterix Club el próximo 10 de agosto desde las 21.
Leé también
Temas
Lo más
leído