Segunda fase del brutal operativo en Río: policías coparon una favela para capturar a líderes del Comando Vermelho

Se registraron tiroteos en diferentes áreas. La operación movilizó 880 agentes de la Policía Militarizada y 120 de la Policía Civil. 

No informaron muertos, heridos ni detenidos por el momento.

11 de Diciembre de 2025 17:03

Por Redacción 0223

PARA 0223

Unos 1000 policías de Río de Janeiro realizaron este jueves una operación en un conjunto de favelas de la ciudad contra el Comando Vermelho, una de las mayores organizaciones criminales de Brasil, en la segunda fase de la llamada Operación Contención, que dejó 122 muertos en octubre.

Los uniformados ocuparon el Complejo do Salgueiro desde la madrugada para intentar capturar líderes de la organización criminal en ese conjunto de favelas en Sao Gonzalo, municipio del área metropolitana de Río de Janeiro.

A pesar de que los policías fueron recibidos a balazos y se registraron tiroteos en diferentes áreas, hacia al mediodía de este jueves no había informaciones sobre muertos, heridos o detenidos, según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública.

En la primera fase de la operación, a finales de octubre, la acción policial realizada en los complejos de favelas de Penha y Alemao, también controlados por el Comando Vermelho, terminó con 122 muertos, incluyendo cinco policías.

El operativo busca frenar el avance territorial del Comando Vermelho, una organización nacida en las cárceles cariocas en la década de 1970 y que actualmente tiene ramificaciones en la mayoría de los estados de Brasil y en algunos países vecinos.

La primera operación terminó con 122 muertos, incluyendo cinco policías.

Según la Policía, la nueva fase de la operación tenía por objetivo el cumplimiento de 44 órdenes de arresto contra miembros de la organización criminal. El principal blanco es Antonio Ilário Ferreira, un narcotraficante de 61 años conocido como "Barricó" y considerado el principal jefe de los pistoleros del Comando Vermelho en Sao Gonzalo.

Ferreira cumplía una condena a 27 años de prisión en un presidio de máxima seguridad en Mato Grosso do Sul, en la frontera de Brasil con Paraguay, pero fue liberado debido a un beneficio judicial en 2019 y desde entonces está prófugo.

La operación de hoy movilizó 880 agentes de la Policía Militarizada y 120 de la Policía Civil, que contaron con el apoyo de 20 vehículos blindados y dos helicópteros.

Además de los ocasionales tiroteos sin víctimas, la mayor dificultad de los policías fue remover barreras montadas por los narcotraficantes en las calles de acceso a las favelas, a algunas de las cuales las prendieron fuego.