Su tío murió internado, no les avisaron y siguen sin decirles qué le pasó: la atroz denuncia contra la Clínica Mar del Plata

"Lo ingresamos a la clínica, volvimos a ver cómo estaba y nos dieron su ropa en una bolsa de basura". El relato de Gabriel Ferreyra, sobrino político de Antonio Guzmán (76 años), es estremecedor.

El calvario comenzó el domingo, cuando la familia de la víctima lo encontró en el piso de su vivienda luego de haber sufrido una descompensación. Según señalaron, tenía un stent y una arritmia en el corazón, por lo que fue trasladado por la ambulancia a la Clínica Mar del Plata (exHospital Expañol).

"No tiene mucha familia, sólo a su hermana (mi suegra) y a mi novia (su sobrina). Por eso fuimos hasta el lugar y nos contaron que le iban a empezar a hacer estudios para ver qué tenía. Como no podíamos estar ahí, nos dijeron que volviéramos en horario de visita", narró Gabriel.

A las 16, su médico de cabecera les informó que había tenido una leve mejora por lo que la familia decidió volver en el próximo turno, que era el lunes. Al llegar, su hermana, de 78 años, se encontró con una cama ocupada por otra persona y la peor noticia: había fallecido.

"Dijeron que había muerto a las 4 de la madrugada y le dieron una bolsa de consorcio con sus pertenencias, de mala manera. Al instante le dijeron que se fuera. Lo increíble es que nunca nos avisaron, a pesar de tener los tres números de contacto", lamentó el sobrino.

En shock, sus familiares comenzaron entonces a pedir explicaciones pero poco pudieron decirles. Sólo les respondió una administrativa sin permitirles dialogar con el director de la institución y solicitándoles que fueran el día siguiente, por lo que llamaron a la policía.

"Fuimos a reconocer el cuerpo; lo tenían en un patio tirado. No sólo nos impactó la falta de respeto sino que por el estado de descomposición que tenía, nos hizo pensar que no había fallecido a las 4 de la mañana. Nos trataron sumamente mal y dijimos que nos íbamos a quedar hasta que nos atendiera un responsable y nos explicara qué estaba pasando", agregó Gabriel.

Un médico de guardia los llamó a una habitación privada y les comunicó con el director de la clínica por teléfono quien, una vez más, les dijo que fueran recién al día siguiente a verlo. 

"No sabíamos qué hacer. Tuvimos que salir a buscar una sala velatoria y ahora veremos cómo accionar, porque pasan las horas y todavía no sabemos cómo murió, qué le pasó ni nos atendió algún responsable", manifestó el sobrino, quien admitió aún estar conmocionado como para acercarse a un juzgado.

En los próximos días, la familia buscará avanzar en una denuncia, aunque poco esperan de dicha resolución: "Lo queremos hacer público porque no es la primera vez que pasa algo así en ese hospital. Ese lugar tiene que estar clausurado, no puede funcionar así", pidió la víctima.