El video del choque fatal en Mario Bravo: piden que los conductores de la camioneta y la moto sigan detenidos

Giro a la izquierda no permitido, pero que hace todo el mundo porque de otro modo se “mete en una boca de lobo”.  Así explicó en Tribunales el conductor de la camioneta Toyota Land Cruiser los motivos por los que hizo esa maniobra en Mario Bravo y Fleming que provocó el choque con una moto Honda XR que tenía pedido de secuestro y en el que murió Débora Marilina Pose (31), la joven que viajaba como acompañante en el rodado más pequeño.

Mauro Oscar Santana detalló ante el fiscal Germán Vera Tapia los instantes previos a la colisión, que fue registrada por una cámara de seguridad de la zona que muestra cómo se dio el momento del impacto.

Dijo que circulaba a unos 30 kilómetros por hora y que venía bajando la velocidad, que puso la luz de giro a mitad de cuadra. “Los chicos ya venían en contramano, cuando yo ya estoy un cachito medio metro o un poco más del otro carril, ahí es cuando me pega. Yo nunca doblé así sobre la esquina, a 90 grados, sino que empecé a acercarme para doblar, despacito”, relató.

Al término de la exposición, fue trasladado a la Unidad Penal N°44 de Batán y su defensa, a cargo del abogado Maximiliano Orsini, solicitó la excarcelación. El pedido será resuelto por el Juzgado de Garantías N°2 que también debe resolver los pedidos de conversión de aprehensión en detención de Santana y del conductor de la moto que planteó la fiscalía de Delitos Culposos.

Tal como adelantó este medio, Eduardo Oscar Coñiñao, de 33 años, es el conductor de la moto XR y permanece internado en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) por las heridas recibidas por el terrible impacto. En su caso la aprehensión se da como imputado del delito de homicidio culposo y por el delito de encubrimiento, ya que el rodado registraba un pedido de secuestro activo desde el 31 de enero pasado en jurisdicción de la comisaría segunda.

Santana, que tiene 36 años y conducía con 0.33 gramos de alcohol en sangre, debió ser retirado del lugar por personal de la comisaría quinta ya que los vecinos de la zona intentaron lincharlo tras observar el accidente. “Lo primero que me pidió la Policía era que me quedara al lado de la camioneta. Llegaron familiares, uno me increpó y me dijo que tuve suerte que estaba la policía porque si no me iban a matar. Me subieron un patrullero y me llevaron a la Quinta”, detalló en su declaración.

Ante la consulta del fiscal por el resultado de alcohol en sangre dijo que ese día no había tomado absolutamente nada, pero que la noche anterior había tomado unos fernet con su padre. “Quiero decir que no hay un acto de mala fe ni nada por el estilo y nunca pensé en matar a una persona”, aseguró.

A la espera de la resolución judicial sobre la excarcelación de Santana y de la chance que Coñiñao pueda prestar declaración en el hospital, la fiscalía notificó a las partes que las pericias mecánicas se harán el próximo viernes en la comisaría quinta y que estarán a cargo del perito mecánico en turno de Policía Científica.