Fue campeón del mundo con Boca Juniors, huyó de una guerra y ahora gana dinero lejos del fútbol

La historia de Roberto Colautti es una de esas que mezclan gloria, drama y reinvención. Campeón con Boca Juniors en el mítico 2003, donde el equipo de Carlos Bianchi levantó la Copa Libertadores y la Intercontinental ante el poderoso Milan, Colautti parecía destinado a una carrera consagrada en el fútbol. Sin embargo, su camino tomó rumbos inesperados que lo alejaron de las canchas y lo llevaron al mundo de las finanzas.

Fue campeón del mundo con Boca, se escapó de una guerra y dejó el fútbol por la plata: de quién se trata. Colautti compartió vestuario con ídolos como el "Pato" Abbondanzieri, Carlos Tevez y Rolando Schiavi. Aunque no fue titular indiscutido, supo aprovechar sus momentos para dejar huella y ganarse el cariño de los hinchas xeneizes.

Tras su paso por Boca, el delantero buscó continuidad en Europa. Primero en Suiza, donde no logró asentarse por los conflictos internos del club, y luego en Banfield, desde donde saltó al Maccabi Haifa de Israel. Allí alcanzó su mejor nivel y hasta fue convocado a la selección israelí tras nacionalizarse, un hito inesperado para un futbolista formado en Argentina.

Pero la guerra le cambió la vida. El estallido del conflicto entre Israel y Líbano en 2006 obligó a Colautti a abandonar el país por seguridad. Su carrera continuó en Alemania y más tarde en Chipre, pero nunca volvió a tener la estabilidad ni el protagonismo de sus años en Israel. Finalmente, decidió colgar los botines con apenas 32 años.

Lejos del fútbol, Colautti encontró una nueva pasión: las finanzas. Radicado en Madrid, fundó y lidera "Bit2Lend", una fintech que busca facilitar las transacciones económicas entre Europa y Sudamérica. Su objetivo es brindar soluciones a emprendedores y empresas en contextos económicos inestables como el argentino.

Así, Roberto Colautti pasó de los aplausos de la Bombonera al silencio de las oficinas financieras, reinventándose como empresario. Su historia demuestra que, incluso después del retiro, hay vida —y éxito— más allá del fútbol.