La Capital tildó de “mogólicos” a concejales y provocó el repudio del HCD

“La apelación a la falta de presupuesto se enmarca en un criterio casi mogólico como el que en su momento usó el bloque de la UCR”, esas palabras fueron publicadas el pasado martes en el marco de una nota de opinión en el diario La Capital de Florencio Aldrey Iglesias.

Dicha frase provoc el pasado jueves el repudio desde el Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredon.  En declaraciones a 0223, el concejal de la UCR, Mario Rodríguez, explicó que en la última sesión ordinaria del cuerpo legislativo planteó “una cuestión de privilegio ante los comentarios de Gerardo Gómez Muñoz en su columna semanal en el Diario La Capital, en los cuales intenta descalificar a quienes integramos el bloque radical, comparándonos con aquellos que tienen síndrome de Down, en una indignante muestra de discriminación e intolerancia”. 

“La verdad, más que un agravio, lo tomo como un reconocimiento. Ojalá tuviera la pureza, la alegría, la bondad, el amor que ellos tienen, ojalá pudiera parecerme cada día más a ellos en los sentimientos que profesan”, destacó el concejal.

Además, Rodríguez dijo que “más allá de la adjetivación que se puede realizar sobre la conducta de cualquier concejal o un bloque político, en esta columna se están traspasando peligrosamente ciertos límites que tiene la ética periodística”.  “El oficialismo tiene vasos comunicantes con este personaje. Permanente ataca a la oposición y realiza una defensa constante al gobierno municipal”, finalizó.

Esta semana, la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra) recordó que utilizar la palabra “mogólico” a modo de insulto constituye un claro acto de discriminación contra las personas con síndrome de Down.

Además, la entidad que trabaja por las personas con discapacidad desde hace 26 años, se refirió a la campaña nacional “Insultos”, cuyos objetivos son dejar bien asentada la idea de que la utilización del término “mogólico”, a modo de insulto, constituye en sí mismo un acto de discriminación; y en segundo lugar, (in)formar a la opinión pública acerca de cómo el modo en que se emplean las palabras importa –y mucho- en la construcción del lenguaje, ya que a partir de éste se crean escenarios para las relaciones con los semejantes.