Usurpaciones SA: el paso previo a cerrar la estafa

Luego de usurpar y crear boletos de compra venta iniciaban demandas para escriturar. Conocé de qué manera lograban sentencia favorable de la Justicia.

2 de Julio de 2015 08:37

Por Redacción 0223

PARA 0223

En la denuncia original que permitió descubrir el accionar de una banda destinada a ocupar, simular la venta y lograr la escrituración de viviendas y lotes desocupados aparecían veinte hechos. La investigación de la fiscalía de Delitos Económicos logró detener 19 de los expedientes antes de que la Justicia Civil y Comercial dictara la sentencia y se consumara la estafa procesal.

La intención de lograr el “blanqueo” del delito a través de una sentencia judicial era una característica repetida y de avanzada en el intento de estafa. Para los investigadores está claro que además de ocupar, simular la transacción de lotes o inmuebles a allegados o terceros, la banda buscaba cerrar el círculo con la realización de juicios de escrituración.

Según los datos recopilados por 0223, en todos los casos se iniciaba una demanda contra dos partes para escriturar: la primera para quien había cedido los derechos de compra venta y la segunda al titular registral del terreno o vivienda. Si bien la Justicia lograba notificar fácilmente a los primeros –actores secundarios de la puesta en escena- la complicación para hallar al nombre que aparecía en el Registro de la Propiedad era “resuelta” por la banda.

Desde el Juzgado Civil y Comercial que fuera –se registraron demandas en diez de los catorce que funcionan en Mar del Plata- se iniciaban los trámites para el dictado de sentencia. Siempre aparecía la misma traba: no se lograba dar con el domicilio del titular registral, por lo que se labraban oficios para que respondiera la Justicia Electoral.

Ese trámite era diligenciado por los denunciantes –integrantes de la banda- que adulteraban los domicilios de los titulares. De esta manera, ellos recibían la notificación de la Justicia, los verdaderos dueños nunca se enteraban del trámite en proceso y el Juez consideraba a las partes como notificadas y podía dar sentencia.

La confianza que tenían en el éxito de la maniobra jugó en contra de sus intereses, ya que colocaron en varias oportunidades el mismo domicilio para recibir las notificaciones. “En al menos tres de las causas que tramitaron en los Juzgados 3, 6 y 13 pusieron como domicilio de notificación un inmueble ubicado en la calle 12 de Octubre al 4200”, contó a 0223 una fuente de la investigación.

Ese paso en falso en el penúltimo escalón y la aparición de una misma mujer cumpliendo distintos roles en tres demandas diferentes, permitió unir cabos y descubrir cómo se cerraba la estafa. Menos en un caso en el que se llegó con la sentencia dictada –y la estafa procesal consumada- el resto de los expedientes quedaron paralizados.