El Garino de Unión, recordado por sus entrenadores

Juan Lofrano y Norberto De Paz dialogaron en extenso con 0223 para describir al gran jugador marplatense que dirigieron en el "Celeste", y que ahora jugará para San Antonio Spurs con Ginóbili.

Patricio Garino, el segundo de derecha a izquierda arriba, cuando fue campeón argentino de cadetes con Unión.

31 de Julio de 2016 15:34

Patricio Garino vive horas de ensueño. Acaba de firmar un contrato nada menos que con San Antonio Spurs para jugar en la NBA. Y volvió al país para continuar con la preparación de la Selección argentina para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Por estos días, es noticia a nivel nacional e internacional. Y en medio de tamaña alegría, dos de sus entrenadores en el Club Atlético Unión –Juan Lofrano y Norberto De Paz- dialogaron con 0223 para contar anécdotas de aquel “pibe” que se destacó siempre, que pintaba para lo que es hoy, pero que tenía mucho camino por recorrer por delante. 

Ambos entrenadores desbordan de felicidad y emoción, como todo aquel que estuvo o está cerca de este exitoso marplatense. Lofrano y De Paz se conocen desde chicos, han jugado juntos al básquet en Unión, y son como hermanos. Hoy en distintos clubes, pero siempre con el lazo de amistad firme. Con humildad, sienten que acompañaron a Garino y aportaron su granito de arena para este presente, como también lo han hecho Mariano García Galli en Teléfonos; y Federico Ingrassia, en dupla con Lofrano. “Hace un par de horas estamos entrenando en el club y es el tema, no lo podemos creer.  Siempre estuvimos felices de sus logros y ahora  va a la NBA, encima a San Antonio que tiene más importancia, por la presencia de Manu. Es increíble”, dice De Paz, que fue el último entrenador de “Pato” en Mar del Plata, sus últimos tres años en cadetes y donde fueron campeones argentinos de la categoría en 2009.

“La verdad que es una mezcla de orgullo, alegría, satisfacción… hay mucho afecto en juego con él y sus padres, realmente han sido un grupo familiar muy compacto, de acompañar a Pato en todo proceso. Hago extensivo esta alegría a él como jugador y al proyecto familiar que se coronó con esta contratación”, acota Lofrano, que recibió a Garino tras su paso por Teléfonos-New Sport y lo dirigió en pre-mini, mini y U13. 

"Es realmente un hito de la historia del básquet. Es un pibe de Mar del Plata, hecho acá. No es un reclutado que le dimos la última parte de formación como pudo haber sido Facundo (Campazzo). Obvio que Peñarol fue sùper importante y no hay que sacarle el mérito. Pero este pagaba la cuota en pre-mini, viste…vendía la rifa para ir de viaje”, agrega el coach.

Los dos formadores se refirieron a los primeros pasos de Patricio en el básquetbol de Unión, valorando la estatura como un factor inicial determinante. Lofrano expresó: “Siempre fue un poco más alto que todos. Viendo a Oscar y Alicia (sus padres) uno sabía que iba a tener gran estatura. Pero tampoco tuvo crecimientos exageradamente grandes y desproporcionados que lo ponían en desventaja. Siempre fue un chico por encima de la media, un flaco largo, pero que lo acompañó también con mucha coordinación”, detalló. Y su colega De Paz, continuó: “Desde chiquito tenía una de las cosas más difíciles que es el físico. Siempre fue grande y lo que hace ahora muy bien que es defender, la verdad que de chico lo hacía muy mal, pero como todos los chicos, eh. Entre atacar y defender cualquiera prefiere atacar. Pero a partir de ir a las concentraciones en el Cenard, cambió su actitud, comenzó a mejorar y hoy se destaca como un gran defensor”.

Patricio Garino se lucía mucho en ataque, pero como expresó De Paz, fallaba en defensa. Lofrano asiente y agrega: “Siempre tomó responsabilidades de picar la pelota, subirla. No tuvo que hacerse un perimetral porque se le acortó la vida cerca del aro. En ese sentido, cumplió muy apto para jugar de varios roles. Anotaba. Pero cuando lo veo defender me sorprende porque no tenía un apego a la defensa muy grande, le costaba defender el balón porque era un chico muy alto y para su edad no le jugaba a favor. Pero evolucionó físicamente, es muy fuerte, con una capacidad de salto impresionante y un juego defensivo que siempre lo llevó a estar en el quinteto inicial de su división. Eso llama la atención”.

El “Gallego” De Paz, sobre esa faceta del juego que “Pato” todavía no comprendía, contó una anécdota: “Recuerdo que una vez vino de entrenar con la Selección y jugábamos contra un equipo menor de Quilmes. Le tocaba marcar a un jugador que no era bueno, y le hacía goles. Entonces lo senté, le dije algunas cosas a mi manera, y él lo recuerda porque forjar un poco la personalidad del chico, demostrarle lo que está bien y mal, para el ámbito profesional luego sirve”. Su amigo Lofrano destaca el esfuerzo por aprender del marplatense: “Tuvo la capacidad de saber que para ser un jugador de básquet tenía que mejorar tal y cual cosa. Fue muy capaz en darse cuenta que lo que le faltaba era lo que más necesitaba. Y terminó siendo un especialista en algo que de muy chico se le veía como aspecto a mejorar."

“Siempre, a pesar de destacarse en cada categoría, pasaba inadvertido. Era cero arrogancia y pedantería. No había que tener cuidado en cómo manejarse con él, a diferencia de otros chicos que por ahí hay que recordarles que el básquet es un deporte en conjunto, no individual”, afirma Juan Lofrano, que resalta el mensaje familiar para ello: "Era muy dócil para dirigirlo. Pero siempre estuvieron sus padres en el rol de educadores, no de aduladores y de decir `mi hijo es una estrella`. Al contrario.”

La humildad de Garino siempre queda demostrada en cada retorno a su Mar del Plata natal: "Siendo jugador universitario, como no había pase ni contrato, él cuando venía en sus vacaciones jugaba con nosotros. Uno de los últimos recuerdos que tengo de él acá es jugando en primera, y ese año jugamos la final entre primera “A” y primera “B” y él jugó. Fue lo último que hizo en el club", recuerda Norberto De Paz de aquel último paso por el club en 2010.

Y Lofrano se ilusiona con el futuro del marplatense: "Recién está empezando esto. Oveja Hernández le da protagonismo, confía mucho en él. Irá a una franquicia con Manu todavía jugando, tendrá un padrino interesante. Está claro que los jugadores tácticamente disciplinados son bien recibidos, es la característica de Popovich (entrenador histíroco de los Spurs). Es un jugador ideal para el equipo donde cayó”