Repudio a la domiciliaria a Etchecolatz: “Hay un monstruo genocida ensuciando estas playas”

Organismos de derechos humanos convocaron a marchar este sábado a las 18 desde el TOF hasta la rambla en repudio a la prisión domiciliaria con la que se benefició al represor Miguel Etchecolatz, que desde hace una semana vive en su casa del Bosque Peralta Ramos.

5 de Enero de 2018 12:50

Por Redacción 0223

PARA 0223

Asesino, violador, ladrón de bebés. Cada uno de esos calificativos le corresponden a Miguel Osvaldo Etchecolatz, un represor condenado en seis oportunidades por crímenes de lesa humanidad y quien desde hace exactamente una semana vive en su casa del Bosque Peralta Ramos tras recibir el beneficio de la prisión domiciliaria.

Etchecolaz está radicado desde el 29 de diciembre en una vivienda ubicada en calle Nuevo Boulevard, entre Tobas y Guaraníes, a poca distancia de donde vive una de sus víctimas. Por eso, los organismos de derechos humanos convocan a marchar este sábado a las 18 desde el Tribunal Oral Federal de Luro y Santiago del Estero hasta la rambla, para expresar su repudio a la medida dictaminada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6.

La convocatoria fue lanzada este viernes durante una conferencia que tuvo lugar en el Concejo Deliberante y de la que participaron Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Lita Boitano (Familiares de detenidos y desaparecidos), Rubén López (hijo de Julio López); además de representantes de organizaciones políticas y gremiales,  víctimas directas, integrantes de historias desobedientes (hijos y familiares de genocidas) y  abogados/as querellantes en los juicios de lesa humanidad.

Taty Almeida fue la encargada de iniciar el acto. "Les traigo un fuerte abrazo solidario de parte de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”, dijo y el cariño y respeto a su lucha se concentró en un aplauso cerrado.

Luego, recordó al testigo clave Julio López, desaparecido desde el 18 de septiembre de 2006 tras declarar en contra de Etchecolatz en el marco de un juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en una veintena de centros clandestinos de detención que funcionaron dentro del circuito Camps. “Es una de las víctimas de este monstruo genocida que por decisión de estos jueces está ensuciando estas playas, a la gente bien que vive acá”, enfatizó.

A su vez, advirtió que “desde que llegó Mauricio Macri” al gobierno “todos los días se están violando los derechos humanos”. “Hemos retrocedido años todo lo que habíamos logrado y pretenden borrarnos pero no lo van a lograr; vamos a seguir luchando y resistiendo”, aseguró.

Por su parte, la titular de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, Leda Barreiro, contó su sensación al enterarse que el genocida podía regresar a su casa. "Fue una trompada en el estómago cuando uno está distraído, eso es la impunidad", definió, al tiempo que reparó en que si bien la justicia "debería ser ciega e independiente, ahora lleva esposas y está sometida". En ese sentido, reclamó que los condenados por crímenes de lesa humanidad cumplan sus penas en "cárceles comunes" y lamentó que, hasta el momento, suman 180 los represores beneficiados con prisión domiciliaria.

En tanto, a través de una carta que hizo llegar al recinto, el premio nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel sumó su repudio a la prisión domiciliaria que le concedió la justicia a Etchecolatz. "Estos sucesos aparecen porque estamos en presencia de un gobierno que está retrocediendo en materia de derechos humanos. Etchecolatz fue juzgado por jueces ecuánimes que lo juzgaron a partir de una justicia seria. Estoy convencido de que Etchecolatz sabe muy bien dónde está Julio López", remarcó.

Etchecolatz fue jefe de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense y estuvo a cargo de al menos 21 centros clandestinos de detención durante el terrorismo de estado. Fue condenado en varias causas judiciales por crímenes de lesa humanidad, incluidas cuatro cadenas perpetuas en las causas  “Etchecolatz”, “Circuito Camps”, “Favero Alvarez”  y “La Cacha”.

Em 2004 también fue condenado por la  apropiación de una menor. Sus condenas alcanzan a más de 440 víctimas de sus crímenes tipificados en el código  penal como privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos y homicidios agravados. Tiene, a su vez, varios procesos judiciales aun abiertos por delitos de lesa humanidad que incluyen por lo menos a 520 víctimas por los mismos delitos. En total, sus víctimas fueron 960 argentinos identificados en los procesos judiciales.