Miguel Etchecolatz será vecino de una de sus víctimas

La decisión de la Justicia de concederle al represor Miguel Etchecolatz la posibilidad de que termine de cumplir sus penas por cometer múltiples delitos de lesa humanidad en una casa del Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata causó estupor. Y en un vecino del Bosque más: se trata de una de las víctimas del exdirector de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires.

“No estoy aterrado, porque es un viejo. Pero yo no confío en esta gente. Julio López desapareció cuando Etchecolatz estaba preso, pero lo hizo desaparecer su mano de obra. El aparato de esta gente todavía existe”, le dijo la víctima a 0223, quien prefirió mantener su nombre en reserva.

Ante esta situación, la abogada Guadalupe Godoy comenzó a trabajar para presentar en las próximas horas ante la Justicia Federal una medida de protección contra la víctima del represor. “Es para que el genocida Etchecolatz no vaya a vivir a Mar del Plata a la misma calle que una de sus víctimas. Es víctima directa de Etchecolatz en un juicio por el que fue condenado y en otro pendiente”, señaló la abogada.

“Yo no quiero vivir a metros de esta persona. Me gustaría que viva hasta los 140 años en Marcos Paz. Pero si la Justicia le concede el arresto domiciliario que se vaya a algún lugar alejado”, dijo la víctima del hombre condenado por robo de bebés, asesinatos, torturas y desapariciones.

El primero intento fue fallido: el Tribunal Oral Penal Federal 1 de La Plata se negó a recibir el pedido.

Mientras tanto, el Concejo Deliberante de Mar del Plata se prepara para dar un mensaje de repudio a la decisión del TOF 6 que le otorgó la prisión domiciliaria a Etchecolatz y que le permitirá ser un vecino más de Mar del Plata.  En 2002 el cuerpo legislativo de la ciudad lo declaró persona no grata.

No todos los legisladores locales tuvieron la misma actitud. El diputado de Cambiemos, Guillermo Castello escribió en la red social Twitter que “un octogenario en una cárcel común es una pena cruel y degradante y una aplicación indirecta de la pena de muerte que nuestra Constitución prohíbe. Justicia no es venganza”.