Joel Carli: "Siempre soñé con esto, pero la realidad lo superó todo"

La semana pasada, el defensor marplatense anotó un gol en tiempo adicional para Botafogo en el mismísimo Maracaná de Río de Janeiro. Luego, en los penales fue campeón del Torneo Carioca. Su palabra ante 0223.

16 de Abril de 2018 16:27

Es un nombre más conocido para los hinchas de Aldosivi y el fútbol marplatense, que para el ciudadano común. Sin embargo, Joel Carli es hoy uno de los futbolistas argentinos con mayor suceso en el exterior. En Brasil, este futbolista de 31 años viene nada menos de anotar un gol en tiempo de descuento (el domingo 8 de abril) para su Botafogo en un mítico estadio Maracaná -escenario de las finales de los mundiales de 1950 y 2014- colmado por 65 mil espectadores. Fue el triunfo 1 a 0 en la final de vuelta ante Vasco Da Gama (en la ida, habían caído por la mínima). Y en los penales, con su equipo se consagró campeón del campeonato estadual Carioca.

Desde la hermosa Río de Janeiro, en un país convulsionado por su presente político, el zaguero de 31 años surgido de Quilmes dialogó con 0223 sobre este presente tan particular: "Sin dudas son mis días más felices como futbolista. Realmente ganar una final como se dio, tan sufrida, pudiendo anotar y terminar festejando con mi familia dentro del  Maracaná fue increíble", relató el hombre del barrio 9 de Julio, y que pasó pasó por Aldosivi entre 2006 y 2011, con un pase a préstamo en el medio por Gimnasia de La Plata. Para el marplatense, este es su primer título oficial como futbolista (con Quilmes Athletic Club ascendió a primera).

Los hinchas lo llaman "O xerife" (el jefe). Desde el año pasado lleva la cinta de capitán. Un fana incluso creó un muñeco en su homenaje. Y el club en el anterior libro de pases lo tasó en 5 millones de dólares. Pero para llegar a este presente en Botafogo, la tuvo que "remar". Carli llegó al fútbol brasilero en silencio, sin mucha expectativa de los torcedores. Comenzó como suplente, fue catalogado como defensor "lento" y tardó en convencer al entrenador Ricardo Gómes, quien se sorprendió por la diferencia entre el Joel que entrenaba con menos intensidad, y el que salía a jugar por los puntos dejando todo. Tras un gol ante Flamengo en el clásico de abril 2016, su historia comenzó a cambiar. El 2017 fue el año decisivo: se asentó como titular y, querido por todo el plantel, tomó la cinta de capitán.

Pero incluso hasta semanas atrás, tuvo que pelearla. La llegada del nuevo entrenador, Alberto Valentim, lo mandó al banco nuevamente. Quería jugar con defensores rápidos. Pero tras esa decisión, la defensa sufrió en el juego aéreo y en medio del reclamo de hinchas en redes sociales, Joel Carli volvió y jugó las dos finales ante Vasco.

- Todos soñamos hacer un gol como el tuyo y en ese estadio. ¿Vos lo imaginaste alguna vez?

- Uno siempre sueña con jugadas...pero la realidad lo superó todo. Y para Botafogo fue algo sumamente especial ganar el campeonato estadual, el cual no conseguía desde hace seis años.

- Pasados los abrazos en el gol miraste al cielo e hiciste un saludo especial... ¿te sentís acompañado por un ángel?. 

- Sí, por mi hermano siempre (Nicolás, fallecido en 2012). Sin importar si estoy dentro o fuera de un estadio. Pero ese momento fue especial, por eso los brazos al cielo. 

- Siempre fuiste un defensor de marcar goles, ¿sentís que tenes intuición para ubicarte en ataque, o que estás `tocado` también? ¡El otro día te quedó el rebote!. 

- No, nada de eso, je. Siempre fui defensor. Me parece que pasa un poco por las ganas y otro poco por la suerte. 

- Tu señora esposa y tus hijos se perdieron el gol, se estaban retirando de su zona, pero pudieron acompañarte al fin y al cabo, ¿como viven ellos este momento, y también la familia y amigos desde aquí?

- Mi familia tuvo que empezar a salir porque ya la gente de Vasco Da Gama estaba festejando y se habían puesto pesados. Mi hija se iba llorando y cuando se enteraron que había marcado el empate, no lo podían creer hasta que volvieron. Fue todo increíble.

- ¿Y cómo lo vivió la familia, los amigos?

- ¡En Mar del Plata estaban más felices que yo! (risas). Es un esfuerzo muy grande el de todos. El fútbol es hermoso, pero yo dejo de hacer cosas que las sufro. Y la gente que está conmigo cerca también.

Celebrando el título en el Maracaná, junto a su esposa Mariela, y sus hijos Valentín y Avril.

- ¿Cómo se explica que hayas pasado de un inicio difícil en Botafogo a ser capitán, referente, campeón y con un gol en el último minuto en el Maracaná? 

- El inicio fue difícil porque es un equipo grande y la competencia es alta. Pero yo sabía que era una oportunidad única, que no podía desaprovechar. Con esfuerzo, las cosas empezaron a cambiar hasta este presente.

- ¿Cómo es Botafogo como club? Dirigencialmente, estructuralmente, la pasión de los hinchas que se notan muy fieles...

- Es un equipo grande pero pasó por problemas económicos hace algún años. Hoy está todo muy ordenado y todos los días se busca mejorar en algo. Los directivos invierten mucho en el club y está bueno.  

- Tuviste propuestas de México, seguramente de aquí también. ¿Las rechazaste en su momento, o no se dieron? ¿cuál es tu deseo a futuro inmediato? Imagino que a esta altura, con todo lo que te costó llegar a un presente así, debe ser difícil cambiar o arriesgar a otra institución.

- Yo acá me gane un lugar dentro y fuera del club. Río es espectacular. Mi familia está adaptada pero el fútbol es muy cambiante. Es difícil proyectar. Pero mi idea es continuar. 

- Justamente sobre Brasil y su presente político, en una ciudad hermosa como Río pero también con problemas, ¿cómo es el clima allí?

- Y...el presente de Brasil no es bueno. Tiene sectores que son muy inseguros y la economía según ellos está muy mal. Pero con precauciones lo disfrutamos igual.

- Por último, ¿vas siguiendo la campaña de Aldosivi, tan cerca de lograr el ascenso?

- Sí, siempre sigo a Aldosivi. Tengo gente muy querida, que al día de hoy me sigo hablando. ¡Desde acá vamos a estar haciendo fuerza para que vuelva a primera!

"Joel ya era un referente a los 16 años"

Por Daniel Abelén, entrenador de Carli en Kimberley (Torneo Regional "C" temporada 2005)

Fue una experiencia maravillosa la vivida junto a Joel. No sólo era un jugador de fútbol que mostraba sus cualidades y condiciones a muy corta edad, sino que es el hijo de un gran amigo que me dio la vida y el fútbol, Hugo (exfutbolista de la Selección marplatense, entrenador), con quien compartimos muchas cosas.

Yo dirigía Kimberley y la gente que lo gerenciaba nos propusieron jugar el Regional "C", tras un trabajo de cuatro años. Empezamos a mirar jugadores de otros equipos, y no tuve que pensar mucho en la elección de Joel Carli junto a Nahuel Roselli, ambos de Quilmes, un club que siempre tuvo buenas divisiones inferiores. Los pedí de refuerzo y se armó un equipo verdaderamente competitivo, interesantísimo.

Ya Joel marcaba su diferencia. En ese torneo, jugamos ante un experimentado San Lorenzo de Villa Gesell. Recuerdo con una sonrisa, que faltaban minutos para terminar el partido y lograr la clasificación invictos. Joel se cayó en una jugada, pegó un grito bárbaro, todos pensamos que se había lesionado, salimos corriendo y él me miró entre el piso y su brazo, abrió esos ojitos delatores y me hizo un guiño como para que me quedara tranquilo. Yo ya había hecho mover a todo el banco para reemplazarlo.

Bueno, a partir de ahí nació una relación muy cercana. A los 16 años ya era un referente y consultábamos con él muchas cosas. ¿Por qué era referente a tan corta edad? Porque tenía la virtud de caer bien en sus compañeros y era muy querido.

Tras separarnos en Kimberley, me vino a buscar Aldosivi para dirigir, pero rechacé la propuesta. De todos modos, Adrián Valastro (hijo de Alberto, empresario que sostuvo al club del puerto a comienzos de la década pasada) me preguntó qué jugadores le podía recomendar de Kimberley. Sin dudarlo le dije de Roselli y Carli, y allí tuvieron su primera experiencia en el fútbol profesional.

Más adelante, cuando coincidió en el equipo con Omar De Felippe en Quilmes, este querido entrenador amigo me agradecía siempre haberle marcado a ese jugador.

Hoy, me siento profundamente orgulloso por lo que le está pasando a Joel y lo que siente su familia. Esto se lo merecían todos. Especialmente, él. Un abrazo muy grande, amigo.

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