Hugo Fattoruso: “El quilate de la música no se mide por la cantidad de público”

El compositor, instrumentista y vocalista uruguayo llega este fin de semana a Mar del Plata para brindar dos presentaciones. En la previa habló con 0223 Radio de su infancia y el estrecho vínculo con la música.

7 de Diciembre de 2019 17:48

Por Redacción 0223

PARA 0223

Invitado nuevamente por Ezequiel Valdez para tocar con su trío, el artista uruguayo Hugo Fattoruso se presentará en doble función este fin de semana en Mar del Plata. La cita se programó para este sábado y domingo en El Argentino Bar de Chacabuco 3627, donde las localidades quedaron prácticamente agotadas.

En el marco del cierre de un 2019 que terminó por convertirse en un gran año para el músico rioplatense -premiado con el Grammy Latino a su trayectoria-, Fattoruso habló con 0223 Radio sobre su arribo a la ciudad. La amena charla durante la emisión del programa Mar del Plata PM derivó en un derrotero por su infancia y en detalles de su entrañable vínculo con la música.

Consultado por su prolífico trabajo musical y la dedicación de su conocimiento al momento de trasladarlo a los instrumentos, Fattoruso analizó: “Cuando hacen algún comentario o me dicen, ustedes los artistas, yo siempre digo: no soy artista, soy artesano. Algunos trabajan con cuero, otros con metal, vidrio y madera. Yo trabajo con notas. Y esto es algo que no tiene fin. Componer letras me encanta, es algo que hago hace muchos años y es una pasión, más que un resultado”, sentenció.

Legado

Sus más de seis décadas de trayectoria le permiten a Fattoruso hablar con autoridad cuando le preguntan por el pasado y la génesis de los músicos más extraordinarios. “El joven siempre va a valorar para toda su vida las palabras, consejos o puntos de vista que le aportó alguien con experiencia, su maestro, tío, padre o abuelo. Después el resto sale de adentro, del corazón, de las tripas, sale ese manantial que no es ni más ni menos que las ganas de vivir. Ahí el joven se va haciendo ducho y se auto alimenta”, detalló en parte sobre su formación y en parte de la de los que vienen.

“Uno pasa por la mano del que lo está armando y del que lo escucha. Imaginemos cuando uno escucha lo que a uno le agrada. Piazzolla por ejemplo: imaginemos a Astor armando una partitura de alguna pieza, debería estar volando por el cielo en ese momento. Ahí vamos nosotros y lo escuchamos y nos hace volar por el cielo también. Es interminable. Es una cosa fantástica”, analizó.

Las coplas, coplas son, cuando las canta el pueblo

En la línea de referencia a Piazzolla y otros grandes compositores, Fattoruso se permitió analizar los alcances de la música. “Hay grupos que pueden tocar en lugares como el Luna Park o en la cancha de River. Piazzolla no podría tocar en la cancha de River. Es para otro tipo de público, no para una masa tan brutal. Es una dimensión que queda explicada por sí sola. Es más sofisticada. Nunca van a ir 20 mil personas a un recital de esa música. El quilate de la música no se mide con la cantidad de público”, aseveró.

De lleno con la música desde los seis años

Compositor, arreglador, multi instrumentista y vocalista uruguayo, considerado referente fundamental dentro de la música de ese país, Fattoruso se brindó al diálogo de brindar algunos detalles vinculados a su primer instrumento.

“Fue todo medio natural. Yo le pedí a mis padres y les dije que quería tocar acordeón, por una coincidencia de que en la manzana en donde vivíamos, a la vuelta, había un grupo donde el dueño de esa casa tocaba acordeón. Había un baterista, un guitarrista, un contrabajista y un cantante. A mí me gustó lo del acordeón, con un sacrificio enorme compraron en cuotas uno y ahí comenzó todo lo mío”, recordó.

Su amplitud de conocimiento también tiene explicación en el pasado. “Lo que pasa es que en casa se escuchaba música de muchas corrientes. Mi madre que trabajaba en una casa de sombreros, ella escuchaba la radio oficial, donde sonaba música clásica. Y a mi padre le gustaba lo que era el jazz, el jazz blanco y el jazz negro. En esa casa siempre había música. Mi tío, que vivió unos cuantos años en casa, era amante de Gardel. Entonces desde niños nos enamoramos de una cantidad de corrientes musicales muy diversas. Y eso caló hondo”, rememoró.

Aunque trabajó como contrabajista mucho tiempo “porque es algo que me apasiona”, Fattoruso reconoció: “No puedo tocar el bajo como hoy en día se toca el bajo, yo toco un bajo antiguo. Y siempre compongo temas con el acordeón”, concluyó.

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