Los compañeros de Toti recuerdan la última noche: "Se murió en mis brazos"
Acompañada de su familia, Silvia le contó a 0223 cómo fueron los minutos finales de Jorge Enrique Gómez, el hombre que murió en situación de calle en la madrugada del martes. "Apenas teníamos una o dos mantas para taparnos", lamentó.
Por Redacción 0223
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Entre las decenas de personas que se acercaron el jueves a la noche a la sede de la Asociación de Empleados de Casinos Nacionales en busca de un refugio y un plato de comida caliente llamaba la atención una familia numerosa de siete integrantes. Todavía atravesados por la angustia y el dolor, Silvia, su hermana, su mamá, sus dos sobrinos y sus dos hijos no quisieron quedar esta vez a la intemperie como en la madrugada del martes cuando Jorge Enrique Gómez, más conocido como Toti, falleció por el crudo frío en San Martín y la costa.
"El pibe su murió en mis brazos. No teníamos nada, apenas una o dos mantas para taparnos del frío", expresó Silvia, quien junto a su familia conocía a Toty y compartía hace cuatro semanas el refugio donde ocurrió el desenlace final. Si bien reconoció la ayuda que brindan continuamente desde distintas organizaciones sociales, el Estado estuvo ausente. "Se nos fue un amigo, el frío fue más fuerte. Cuando nos despertamos lo zamarreé y ya estaba muerto", describió sobre esos últimos minutos.
Con más de tres años sobreviviendo en la calle, Silvia y su familia tratan de ganar algunos pesos vendiendo pañuelitos descartables, lapiceras o hasta lavando y cuidando autos. "Nosotros estamos todo el día en la calle, hacemos lo que venga", admitió. Lejos de negarse a recibir ayuda como fácilmente argumentan algunos funcionarios, la mujer de 37 años reconoce que no van a ningún hogar porque el resto de las personas en situación de calle les quitan y les roban la ropa y el poco dinero que alcanzaron a juntar en el día.
"Para andar peleando, preferimos no ir. No nos vamos a agarrar a las piñas en un hogar. Después te ven peleando y te echan. Por eso preferimos quedarnos en la calle, estamos mejor ahí. viene gente que nos ayuda y no nos roban. Además, en los refugios nos dejan afuera a las 6 de la mañana cuando cae la helada y más frío hace", señaló.
Una voz se escucha en el fondo del pasillo: "Ya pueden pasar a merendar", autorizó uno de los organizadores que lleva adelante la campaña solidaria en la Asociación de Empleados de Casinos Nacionales. Sumergidos en la miseria, el olvido y el dolor, Silvia, con su hermana, su mamá, sus hijos y sus sobrinos se retiran en busca de algo caliente para después pasar la noche bajo techo. "Es sobrevivir, hoy estamos mañana no. Como Toti", concluyó.
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