El origen de la psicología y la psicoterapia en Estados Unidos, la investigación de Catriel Fierro

13 de Julio de 2020 16:03

Por Redacción 0223

PARA 0223

Como cada lunes, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Mar del Plata presenta Selficiencia, una propuesta para conocer a los científicos y científicas de nuestra ciudad en primera persona.

¿Quién sos?

Me llamo Catriel Fierro. Tengo 28 años y soy licenciado en psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata y doctor en psicología por la Universidad Nacional de San Luis. Soy docente en la cátedra de "Historia Social de la Psicología" de la Facultad de Psicología de la UNMDP, y miembro del grupo de investigación "Historia, Enseñanza y Profesionalización de la Psicología en el Cono Sur". Trabajo como investigador: acabo de finalizar una beca doctoral del CONICET y actualmente estoy iniciando mi trabajo con una beca posdoctoral también del CONICET. Y vivo con mi gato, Rust (por Rust Cohle, de True Detective).

¿Qué haces?

Hace unos meses terminé mi investigación doctoral, un estudio empírico y cuantitativo sobre la historia y estado actual de la formación de los psicólogos en universidades públicas y privadas del país. Relevé y analicé estadísticamente contenidos de lectura obligatoria de las materias de las carreras. Me encuentro publicando datos de ese trabajo en revistas extranjeras, y también publicando la tesis en sí en formato libro. Y precisamente ahora estoy comenzando una investigación histórica sobre los debates teóricos y filosóficos que enmarcaron el surgimiento de la psicología clínica y la psicoterapia en Estados Unidos, en particular la psicoterapia de Carl R. Rogers, entre los años 1910 y 1940. Es decir, mi trabajo diario consiste en plantear hipótesis de trabajo, rastrear fuentes históricas y documentos en archivos, comunicarme con bibliotecas extranjeras para comprar escaneos de manuscritos, analizarlos y extraer datos de ellos... 'el oficio del historiador' diría Marc Bloch, pero por suerte hoy en día un oficio muy integrado con lo digital, internet y las bases de datos informáticas.

¿Por qué lo haces?

Bueno, mi pasión es conocer cosas, ¿no? Soy muy curioso, me encanta estar entre papeles, rastrear documentos, debatir y resolver problemas. La investigación científica es una forma socialmente aceptada de canalizar eso. Después, por fuera de gustos personales, me guío por problemas que considero interesantes y de impacto. Mi doctorado buscó aportar datos sobre la situación actual de las carreras de psicología del país, no sólo para diagnosticar la situación sino para servir de base en debates disciplinares o revisiones curriculares, si alguien las considera necesarias y está interesado en llevarlas a cabo, claro. Y mi objetivo actual es reconstruir la teoría y la filosofía de la ciencia de los primeros autores (norteamericanos) que empezaron a aplicar la psicología para resolver problemas o desadaptaciones mentales. Además, el campo en que trabajo (historia de la psicología) se formalizó hace recién 50, 60 años, y aún quedan muchos mitos, errores o preguntas abiertas. Así que otra razón por la que hago esto es para rectificar algunos errores, completar lagunas, y responder cuestiones aún pendientes.

¿Cuál es el impacto de tu trabajo para la sociedad?

Bueno, humildemente creo mi investigación sobre formación de psicólogos aporta datos duros (no opiniones o suposiciones) sobre cuestiones problemáticas sobre el tema en el país (antigüedad de los materiales de lectura, concentración en pocos autores, predominio de una teoría sobre otras, poco contacto con propuestas internacionales); si consideramos que entre muchas otras cosas los psicólogos y psicólogas inciden en la salud de la población y son agentes de acción pública, investigar su formación es una cuestión incluso de salud pública. Así que una razón por la que hago lo que hago es la posibilidad de intervenir y mejorar las cosas. Lo mismo aplica a mi investigación histórica: conocer las ideas epistemológicas implícitas y los orígenes sociales e intelectuales de la psicología clínica, el estudio de la infancia y la psicoterapia y demás creo que primero nos amplía el panorama sobre la cuestión (nos da una 'formación' general y cultural muy útil), después nos permite despejar mitos y errores (lo cual ya de por sí es un avance en el conocimiento) y por último nos permite poner nuestro propio trabajo (como psicólogos aplicados y psicólogos investigadores) en perspectiva. Además está el hecho de que algunas cuestiones que toco desde la historia (las muestras de investigación clínica, el uso de la estadística, la relación entre la conducta observable y los procesos mentales, etc.) hoy le siguen rompiendo la cabeza a los investigadores serios en el área... ¡En una de esas se benefician de lo que encuentro! Al menos es mi humilde intención.

Si te interesa conocer más podés escribir a comunicacion@mardelplata-conicet.gob.ar o sumarte a las redes sociales.