Veranear en tiempos de coronavirus: cómo se aplicaría el distanciamiento en las playas

El investigador del Conicet Federico Isla adoptó un estudio que se aplicó en los principales destinos de Europa. Habría que mantener una separación de al menos 2,25 metros. "Podemos tener un problema cuando empiece la temporada", alertó.

Cada verano las playas se colman de marplatenses y turistas. Foto: 0223.

21 de Agosto de 2020 11:36

Por Redacción 0223

PARA 0223

El gobierno nacional ratificó que en 2021 habrá temporada de verano e incluso ya homologó nueve protocolos. Mientras los rebrotes de coronavirus sacuden los principales destinos de Europa, en Mar del Plata ya se planifica cómo se podría aplicar el distanciamiento en las playas de la ciudad.

Federico Isla, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), adoptó un estudio que elaboró el ingenierio español Víctor Yépes para medir el impacto del turismo en medio de la pandemia de coronavirus y cómo afrontar la próxima temporada de verano con los riesgos sanitarios que conlleva. "Lo que hice fue tomar esa información para ver cómo se aplicaría en las playas urbanas y las más alejadas de Mar del Plata. Hay que pensar aforos particulares para cada playa, según cómo se utilice", planteó.

Isla entiende que a las playas urbanas concurre gente que integra los grupos de riesgo por un período de tiempo menor y tiene bañistas en la denominada zona activa desde más temprano que las playas alejadas, a las que asisten en su gran mayoría jóvenes que se movilizan en vehículos y se quedan hasta las últimas horas de la tarde.

Según un censo que data de 2007, el turismo de sol es el más importante en la Argentina y el flujo de turistas que convoca la playa en los primeros dos meses del año es mayor al turismo de huéspedes durante el resto del año en destinos como Cataratas del Iguazú, Salta o Mendoza. Por ello, pese a la falta de certezas los operadores turísticos y concesinoarios de balnearios ya planifican trabajar con cuanto protocolo sea necesario.

Si bien no hay mayores precisiones acerca del comportamiento del coronavirus en el agua, especialmente en la salada - aunque se supone que se muere porque "es un virus humano"-, sí se tiene conocimiento que cuanto menor es el viento más baja la concentración. "El contagio se precipita pero no se dispersa, mientras que cuando el viento es mayor hay más dispersión pero no se precipita", indicó. "Seguimos teniendo problemas en distancias físicas que pueden significar contagios", remarcó.

 

En concreto, según se aplicó en las playas urbanas de España, la distancia entre las personas debería ser de al menos 2,25 metros, que debería extenderse a entre cuatro o cinco metros para ser considerada aceptable, según enseñó a integrantes de la Asociación Civil Marplatenses Conservacionistas.

En el caso de una persona que se recueste sobre la arena con una lona para tomar sol debería necesita una distancia social de sies metros cuadrados, mientras que para colocar sombrillas debe ser de nueve metros cuadrados. Las carpas ya no podrían ser utilizadas por grupos numerosos sino que se reduciría su uso a tres personas como máximo.

Para el investigador del Conicet las autoridades gubernamentales fallaron en la aplicación y monitoreo de los protocolos en hospitales y geriátricos, por eso apunta a que no resurjan en enero y febrero los contagios de Covid-19 como pasó en julio en las playas de Europa. "Quedan tres meses y el coronavirus no se va a ir. Tenemos la posibilidad de agudizar el ingenio y traer información. Tenemos que aprender para que no ocurra lo mismo. España, Italia y Portugal hicieron lo que pudieron. Podemos tener un problema cuando empiece la temporada", avisó.

Isla manifestó a 0223 que el distanciamiento, sea como sea, "va a haber que hacerlo" y resaltó que en los concesionarios privados será más fácil aplicarlo y "sanitariamente mejor". Aunque los pasillos de las playas privadas suelen llenarse a medida que avanza la tarde cuando "empieza a soplar el viento y la gente busca guarecerse del frío".

"Las construcciones van a permitir que sea de una manera administrada. Al final, la playa privada esta temporada va a tener el distancimiento que no hay en el sector público", sostuvo a la vez que adelantó que "los mismos balnearios piensan en poner carpa de por medio". Según el estudio de Yépes, las playas se pueden dividir en tres sectores: zona de servicios, zona de reposo y zona activa. Esta última es donde se concentran los bañistas en la orilla.