Alejandra Echeverría, la investigadora que descubrió "un pulgar" en el roedor tuco-tuco

28 de Septiembre de 2020 08:59

Por Redacción 0223

PARA 0223

Como cada lunes, el Conicet Mar del Plata presenta Selficiencia, una propuesta para conocer a los científicos y científicas de nuestra ciudad en primera persona.

¿Quién sos?

-Me llamo Alejandra Isabel Echeverría, soy doctora en Ciencias Biológicas egresada de la Unmdp, investigadora Adjunta del Conicet en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC, CONICET-UNMDP). Tengo 41 años, mi familia está compuesta por mi compañero Jose, mi niña Fiore de 8 años y 3 perras divinas.

¿Qué hacés?

-Soy bióloga especializada en morfología funcional y comportamiento animal. Investigo las capacidades funcionales de adaptaciones morfológicas claves en distintos organismos, principalmente en el roedor subterráneo sudamericano perteneciente al género Ctenomys (tuco-tuco) y otros roedores caviomorfos con distinto compromiso con el ambiente subterráneo y hábito locomotor.

¿Por qué lo hacés?

-Lo hago porque desde pequeña me fascina descifrar y conocer de qué son capaces los animales, cuáles son sus adaptaciones morfológicas y conductuales, cuan diferentes son -o no- de nosotres... A mis 11 años, en plena lectura del libro Cosmos de Carl Sagan, decidí que debía canalizar el amor y fascinación que me genera la naturaleza y el mundo que me rodea en una carrera, y supe que quería ser bióloga. Hice el bachillerato con orientación en Ciencias Biológicas, estaba determinada a lograrlo. Me recibí de Licenciada investigando el comportamiento de aves de la región y luego, durante mi doctorado y posdoctorado, comencé a investigar diversos temas relacionados con el desarrollo del comportamiento y adaptaciones morfológicas en Ctenomys, roedor conocido como tuco-tuco.

 

Este roedor posee características únicas relacionadas con su hábito subterráneo. El objetivo de mí investigación es analizar esas características a nivel óseo y musculotendinoso y determinar su funcionalidad en comparación con otros mamíferos relacionados. Por ejemplo, en mi última investigación descubrí que al igual que los osos pandas, los tuco-tucos poseen un pulgar falso que les permite realizar movimientos de manipulación del alimento con bastante destreza, a diferencia de los movimientos rudimentarios descriptos para roedores y a pesar de tener manos robustas adaptadas a la excavación (garras largas, pulgar atrofiado). Este estudio fue publicado en el Journal of Anatomy.

¿Cuál es el impacto de tu trabajo para la sociedad?

-Quienes nos dedicamos a investigar la morfología funcional nos encargamos de estudiar la forma orgánica y los rasgos de los organismos, desde el punto de vista de la función. Este conocimiento puede servir de base o como punto de comparación para las ciencias médicas, deportivas, robótica, entre otras.

Si te interesa conocer más podés escribir a comunicacion@mardelplata-conicet.gob.ar o sumarte a las redes sociales.