Ya empezaron los despidos en Compumundo y crece la incertidumbre en Garbarino

Los telegramas de despidos que recibieron dos empleados de Compumundo en Mar del Plata agudizan la preocupación que atraviesa hace meses a los trabajadores de Garbarino, quienes por estas horas definen una nueva movilización en la ciudad en los próximos días para volver a exigir certezas sobre su futuro laboral en la empresa.

Las notificaciones dan un indicio del peor escenario para el personal de la cadena que supo ser líder en venta de electrodomésticos en el país ya que ambas firmas comerciales pertenecen al mismo grupo empresario que administra Carlos Rosales.

"A las dos personas que quedaban con algún vínculo laboral en Compumundo en Mar del Plata, les llegaron este viernes por la tarde los telegramas así que estamos viendo cómo vamos a continuar. Esto se está tornando cada vez más complicado", expresaron fuentes del Sindicato de Empleados de Comercio que consultó 0223.

En los telegramas a los que accedió este medio, el grupo de Rosales responsabilizó al Gobierno y justificó su crisis por la "estrepitosa caída en las ventas" que provocó la irrupción del coronavirus y las diferentes restricciones impuestas a partir de marzo del 2020. "Lamentablemente, la reciente reapertura de las distintas actividades económicas que permitirían normalizar el negocio no tiene la suficiente fuerza para revertir el daño causado", apuntaron.

Las últimas novedades que llegan de Capital Federal no hacen más que tensar una situación de larga agonía: a los empleados de Garbarino, les adeudas por esta fecha el 20% del salario de abril y los sueldos de mayo, junio, julio, agosto y el aguinaldo, entre otros. Y todavía no tienen ninguna certeza de cobro.

En todo el país, hay unas cuatro mil familias directamente afectadas por la crisis que se acentúa en la cadena de electrodomésticos mientras que en Mar de Plata son unas 30 personas, aproximadamente. Las fuentes gremiales confiaron que la próxima protesta en la ciudad sería a fines de esta semana para tratar de visibilizar la problemática.

La única sucursal que le queda a Garbarino en la ciudad, la de Rivadavia 3045, reabrió hace poco más de un mes aunque los trabajadores aseguraron que las ventas resultaron prácticamente nulas en todo este tiempo: en el local, solo pueden comercial mercadería mediante medios electrónicos - y con recargo - y los pocos productos que quedan en depósito son en consignación.

En su momento, la apertura no se decidió con una expectativa comercial sino que el personal se vio obligado a mantener levantada la persiana de la sede bajo la amenaza de no cobrar los sueldos, que de todos modos nunca se hicieron efectivos en las cuentas bancarias. En todo este tiempo, el único ingreso que percibió el personal fue a través de los Repro que hizo llegar el Gobierno nacional.