La inflación no da tregua: causas y consecuencias

Para solucionar un problema, el primer paso debe ser “admitirlo”. No negarlo, ni esconderlo. La inflación es uno de lo más graves problemas de la economía argentina.

La inflación este año rondará el 46%.

Este artículo será una mezcla de opiniones, conceptos teóricos sobre inflación y datos de la realidad que nos hagan pensar sobre como deberíamos encarar un flagelo tan grande y dañino como ha sido la inflación en nuestro país a lo largo de su historia, y especialmente en la última década. Considero que para solucionar un problema, el primer paso debe ser “admitirlo”. No negarlo, ni esconderlo y mucho menos mentir sobre el mismo como han hecho autoridades de nuestro país en el pasado sobre este tema. Que la inflación es uno de lo más graves problemas de la economía argentina está fuera de discusión. Aunque alguien podría decir que es la consecuencia de otras distorsiones de la economía, no pretendo abordar tal discusión que no conducirá a nada. Admitamos entonces que tenemos un serio problema con la inflación hace décadas y que no ha habido Gobierno que pueda solucionarlo, excepto en los 90´ que se logró estabilizar el nivel general de precios (logro poco valorado por la fuerte crisis en la que desembocó ese período de la historia económica argentina).

Desde la teoría económica, podemos resumir como las principales causas de la inflación a las siguientes:

Por el lado de la demanda podemos mencionar dos causas: una monetaria y otra de “demanda pura”. La primera afirma que cualquier aumento de la cantidad de dinero en la economía (emisión monetaria), por encima del crecimiento del producto, llevará necesariamente a un aumento de los precios en forma proporcional. La segunda causa obedece más a un aumento repentino de la demanda para todos los mercados de la economía, generando incrementos en los precios, si la oferta no acompaña este “shock de demanda”.

Por el lado de la oferta podemos mencionar a la inflación de costos, inflación estructural, inflación importada, inflación cambiaria, e inflación por una puja distributiva de distintos sectores. La inflación de costos hace referencia a que si se incrementan los costos de las empresas (por ejemplo porque deben afrontar mayores impuestos ó salarios) trasladarán estos mayores costos a los precios, en algunos casos para poder subsistir y en otros para intentar mantener sus beneficios. La inflación estructural hace referencia a características de las economías subdesarrolladas o emergentes, tales como la existencia de empresas monopólicas y oligopólicas con capacidad de influir en los precios (poder de mercado) y también a una oferta insuficiente (por falta de inversiones) para afrontar una demanda cada vez mayor.

La inflación importada y cambiaria se relaciona con cuestiones de economía internacional, precios internacionales y tipo de cambio. Sintetizando, la primera hace referencia a una inflación que se genera fuera de la economía nacional por variación en precios internacionales, que se terminan trasladando al mercado local. Por otro lado la inflación cambiaria (muy conocida en nuestro país) se produce por la devaluación o depreciación de la moneda nacional que impacta fuertemente en los precios locales, a veces más de lo que la lógica indicaría.

La teoría de “la puja distributiva”plantea que la inflación se produce por la existencia en la economía de distintos sectores económicos que intentan quedarse con un mayor porcentaje de la renta circulante, incrementando sus precios. Y si un sector de la economía intenta aumentar sus beneficios, subiendo los precios, los demás sectores para no perder su porción de la renta, podrían imitar esa actitud, generando una bola de nieve difícil de detener. Incluso los trabajadores pretenderán la actualización de sus salarios para no perder poder de compra. Quienes tengan mayor capacidad (poder) de incrementar sus precios se quedarán con una porción mayor de la renta de la economía, y los demás, con una menor. Un claro ejemplo de esto es como las actividades económicas con sindicatos fuertes logran mantener mejores ingresos reales que otros sectores con poco menor de mercado.

Finalmente, podemos plantear cuestiones “culturales”, que considero yo son muy importantes en nuestro país:la inflación inercial y las expectativas de inflación. Conceptos similares pero con lógica diferente. La inflación inercial es aquella que es consecuencia de los niveles de inflación del pasados. Ósea, una economía acostumbrada a tener 30% de inflación durante años, motivará a empresarios y comerciantes a remarcar sus precios en por lo menos ese porcentaje, “por inercia”. Lo grave de la inflación inercial es que aún cuando haya desaparecido la causa verdadera de la inflación, esta persiste y se convierte en una causa por sí misma.  Las expectativas de inflación se genera porque los agentes económicos intentan ajustar sus precios a la inflación futura (muchas veces mirando el pasado), pero especialmente sobre sus sensaciones sobre el futuro, que es incierto. A mayor incertidumbre sobre el desenvolvimiento de la economía mayores expectativas de inflación. Las “expectativas” se forman con las experiencias del pasado más las incertidumbres y preocupaciones sobre el futuro.

Basándonos en las explicaciones anteriores, dónde mencionamos casi una decena de causas, no deberíamos negar quela inflación es un fenómeno “multicausal”, especialmente en nuestro país, ya que podemos identificar muchas de esas causas con las persistentes y elevadas tasas de inflación que tenemos año tras año en Argentina. Esta afirmación echaría por tierra tanto las opiniones de los economistas que creen que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, como la opinión de los economistas que bajo el mote de “keynesianos” aún hoy en día siguen afirmando que la emisión monetaria no genera inflación. Imagínense ustedes el peligro que representa un ministro de economía que crea esto y que pretenda financiar los déficits fiscales durante años  con emisión, porque “no genera inflación” (aclaro que no hago referencia al ministro Guzmán, quien de economía entiende mucho). No hace falta ser muy brillante, para rebatir esta opinión. Si así fuera podríamos eliminar los impuestos, y financiar todo el déficit con emisión. Eliminar la pobreza sería sólo cuestión de regalar dinero. Claramente, estoy siendo irónico, pero creo que se ha comprendido la idea.

En fin, creo que en nuestro país han sido los continuos déficits fiscales financiados con emisión, las devaluaciones y los aspectos culturales (inflación inercial y expectativas) las principales causas de las elevadas tasas de inflación. Párrafo aparte merece la necesidad imperiosa de tener un Banco Central independiente, no dominado por los intereses políticos. Recordemos que somos el único país de la región que no ha podido solucionar este tema, junto a Venezuela. Hay que ser conscientes de la gravedad de lo que estamos planteando.

La economía argentina está tan enferma que nos parecería bajo tener una inflación de entre el 20% / 25%. Recordemos que los países desarrollados suelen tener tasas de inflación anuales del 1% - 4%. La inflación promedio de los últimos 11 años (2010-2020) para la Argentina fue del 36%. Este dato nos ubica dentro de los 5 países con más inflación del mundo en la última década. La inflación acumulada de Argentina para los últimos 37 años es la más alta del mundo, excluyendo a Venezuela.

La inflación para los primeros 4 meses del 2021 ascendió al 17,10 %, ascendiendo a 5,8% para el mes de marzo y 4,1% para el mes de abril. En un cuatrimestrequintuplicamos la inflación anual de los países “normales” y prósperos. Hay que darse cuenta del despropósito que estos números significan, y entender que no se puede seguir viviendo bajo estas variables macroeconómicas que tanto daño hacen a la vida de todos los argentinos. Los resultados de estas altas tasasde inflación no han sido otros que el incremento de la pobreza e indigencia en nuestro país en la última década.Nunca está de más explicar que el impuesto inflacionario recae mayormente sobre las capas más bajas de la sociedad que son quienes destinan mayor proporción de su ingreso al consumo de bienes y servicios y cuentan con pocas herramientas financieras para protegerse de la inflación. Paradójicamente, a través de un un discurso de protección y ayuda a los más pobres es como se ha generado mayor pobreza.

Prever la inflación del 2021 no es tan complejo. Lejos estará del 29% manifestado por el Gobierno. Si anualizamos la inflación del primer cuatrimestre nos da una inflación anual del 51% para 2021. Personalmente, estimo que la inflación será de por lo menos el 45% y recemos (al dios que quieran) que no supere el 60%. Una opinión sincera y objetiva podría situar la inflación del 2021 en un 46%. Recordemos que hay dos grandes temas dando vueltas en materia económica que impactarían de lleno en la inflación: una devaluación oficial y el descongelamiento de las tarifas de los servicios públicos. Personalmente, no creo que ninguna medida de este tipo se tome antes de octubre, por razones políticas, pero de octubre en adelante podrían haber noticias al respecto con su respectivo impacto en las tasas de inflación mensuales que disparen la inflación del 2021. Los precios internacionales de la soja, hoy a favor de la Argentina y una negociación exitosa con el FMI, pueden ser buenas noticias para la macroeconomía argentina. Como vemos, muchas variables quedan por definirse para ver que puede pasar en el segundo semestre del 2021 y en el 2022.

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