De la fase Mar del Plata a la cepa Mar del Plata: la pandemia, más politizada que nunca

Montenegro alzó la voz contra la decisión de la provincia de no permitir las clases presenciales en Mar del Plata. Los números no quedan claros. El informe de Zona Sanitaria VIII le da a Villa Gesell una incidencia 

La relación entre la Provincia y el municipio, cada vez más tensa.

16 de Junio de 2021 20:56

Es difícil asegurar que la relación entre la provincia y el municipio atraviesa su peor momento. Ya hubo otras semanas complicadas. Pero como pocas otras veces, Guillermo Montenegro alzó la voz para manifestar su rechazo a una determinación del gobierno provincial: la decisión de mantener a Mar del Plata en fase 2, sin clases presenciales.

El primer indicio del conflicto lo dio el ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán, el viernes, cuando en una entrevista radial anticipó que la provincia evaluaba el retorno de las clases presenciales, a partir de la baja de casos. Sin embargo, Gollan aclaró que la medida se daría en aquellos distritos en los que la incidencia de casos cada 100 mil habitantes fuera menor a 500, el criterio que había fijado el gobierno nacional para salir del estado de alarma epidemiológica (junto con la ocupación de camas de terapia por debajo del 80%).

“Es una zanahoria para mantener la expectativa. La Provincia sabe que la falta de clases presenciales es la principal crítica y con esto trata de dar un panorama distinto”, analizó una alta fuente del Ejecutivo local apenas se conocieron las palabras del ministerio de salud. El análisis respondía directamente a los números de Mar del Plata (y de la mayoría de los distritos de la provincia): aún con una baja de casos que se profundizó en la última semana, la incidencia en la ciudad estaba lejos de romper el piso de 500.

Pocas horas después, el propio Axel Kicillof sorprendió con la confirmación del regreso de las clases presenciales en los 40 distritos del conurbano y tres del interior a partir de este miércoles porque, dijo, en todos esos lugares la incidencia de casos constatada era menor a los 500 casos cada 100 mil habitantes. Y la polémica estalló.

Ese mismo viernes, Montenegro dio una entrevista a Telefé Mar del Plata en la que denunció que la ciudad estaba siendo discriminada por la Gobernación.  A lo largo del fin de semana y hasta hoy, abundaron números y pocas precisiones sobre la determinación.

 

La ciudad ya había dejado de discutir el cambio de norma. El famoso reemplazo de la “o” por la “y” en el decreto presidencial que catapultó a la ciudad en la fase 2 ya había quedado atrás. Más allá de que el intendente volvió a quejarse del “cambio en los criterios objetivos”, había quedado claro que la medida no había sido contra Mar del Plata porque 121 de los 135 distritos de la provincia habían retrocedido a la fase más restrictiva. “Estamos en una pandemia, todo el mundo entiende que esto es muy dinámico y que se van haciendo ajustes en la medida que la situación cambia”, había explicado una fuente del gobierno provincial, sin darle mayor relevancia al reclamo marplatense.

El último anuncio, en cambio, no encuentra explicación en ningún criterio establecido. El jefe de Gabinete Carlos Bianco le respondió ayer a Montenegro y a los otros intendentes que denunciaron discriminación por parte de la provincia y ratificó que los distritos que pasaron a fase 3 fue porque lograron que la incidencia de casos esté por debajo de los 500 contagios cada 100 mil habitantes.

El coordinador de Gabinete de Montenegro, Alejandro Rabinovich, estuvo todo el miércoles contando los casos de los 40 distritos del conurbano bonaerense. Salvo La Matanza (428), en los otros 39 la incidencia de casos entre el 28 de mayo y el 10 de junio da por encima de los 500 casos, algunos de ellos por encima de los 1.000. “¡Todos estos distritos tienen las aulas abiertas y nos parece bien! Pero entonces no hay razón para que en Mar del Plata, con una situación igual o aún mejor que muchas de esas localidades, las escuelas estén cerradas. Es salud + trabajo + educación”, escribió en su Twitter Rabinovich, con un perfil cada vez más alto en las redes sociales.

 

El coordinador de Gabinete eligió los distritos del Amba para trazar la comparativa porque en el gobierno de Montenegro entienden que la provincia sólo intentó dar respuesta a los populosos distritos del conurbano. “No nos queda duda de que es una decisión política. Decidieron que vuelvan las clases porque la situación no daba para más. Y acomodaron los números”, disparó una fuente del Ejecutivo, que chicaneó a la provincia: “Si no que digan que descubrieron la cepa Mar del Plata del Covid y listo”.

Más allá de la grieta Conurbano vs Interior también hay ejemplos en el interior de la provincia que no son fáciles de explicar. Por caso, Villa Gesell, que volvió a fase 3 este miércoles, pese a que el informe de la Región Sanitaria VIII de este martes le da una incidencia de 575 casos cada 100 mil habitantes durante las últimas dos semanas. El caso de Olavarría también es llamativo: el número de casos por día lo colocaría en fase 2. Sin embargo, este mismo martes la provincia ratificó al distrito en fase 4. Y no hay aquí banderas políticas: Ezequiel Galli, intendente del distrito, es ultramacrista.

 

Las explicaciones que dio Bianco durante la conferencia del martes no terminaron de despejar las incógnitas. Horas antes, en una entrevista con Radio Provincia, había sido más tajante. “No hay discriminación. El sábado estuve 3 horas explicándole a los intendentes de Juntos por el Cambio la normativa, así que no pueden decir que no hay explicaciones”, disparó. Tal vez con los números sobre la mesa de cada uno de los distritos la situación hubiese tenido más transparencia. En medio de una pandemia, con la angustia que genera todo lo vivido, ser preciso y detallista para que la gente que genuinamente tiene dudas ya no las tenga, no está de más.

¿Hay otros indicadores que expliquen estas diferencias? Sí. Gesell, por caso, retrocedió a fase 2 10 días antes que Mar del Plata y la curva de contagios bajó de manera más abrupta allí. El DNU nacional también habla de los dos indicadores (incidencia y ocupación de camas UTI) para los distritos de más de 300 mil habitantes. Para el resto, no queda claro, por lo que bien podría la provincia adoptar parámetros distintos. Sin embargo, no fue eso lo que dijo el jefe de Gabinete: habló claramente de la incidencia como el criterio adoptado.

Desde el Frente de Todos también marcan el cumplimiento de las medidas restrictivas, que no fue el mismo en aquel municipio que aquí. “Montenegro habla de las clases presenciales porque es lo único de la fase 2 que se cumple en Mar del Plata”, le marcan sus opositores. En esa línea, le enrostraron el video que circuló el último fin de semana del descontrol en un local franquiciado de la cervecería Ogham en la zona de Alem. El municipio salió rápidamente a destacar que los controles funcionaron y por eso el bar se clausuró. “Pero lo que no dice es que si se cumpliera la fase 2 ese bar no debiera haber estado abierto”, le reprocharon.

 

 

En medio de la disputa política, el amparo judicial sigue en pie. La Asesoría de Incapaces apeló la resolución del juez Maximiliano Colángelo y se presentó además en representación de todos los niños, niñas y adolescentes de General Pueyrredon. Pero no será lo único. Desde Padres Organizados también preparan un amparo colectivo que impulsarían, en este caso, en la Justicia Federal.

De todos modos, en el municipio confían en que la situación se destrabe antes políticamente. No será ya, sino cuando baje la espuma del conflicto. “Tal vez la semana que viene anuncien que la otra podrían regresar las clases”, dicen. La idea coincide con una baja sostenida de casos que, de mantenerse, sacaría de la ecuación los días en los que Mar del Plata rozó los 500 contagios diarios. Así, la Provincia dirá que el regreso de las clases presenciales será por la baja de casos y el municipio sostendrá que fue una demora arbitraria, en el medio de una pandemia cada vez más politizada.