Estudian fósil de un vampiro de 100 mil años hallado cerca de Mar del Sud

La rama mandibular de un murciélago perteneciente a la familia de los desmodóntidos fue recuperada del interior de una madriguera de un perezoso gigante que vivió hace unos 100 mil años.

Una de las piezas de la mandíbula hallada en cercanías del arroyo Ballenera. (Foto https://weekend.perfil.com)

19 de Julio de 2021 11:39

Por Redacción 0223

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El resto fósil de un vampiro que fue recuperado del interior de una madriguera de un perezoso gigante en sedimentos del pleistoceno situados en las inmediaciones del arroyo Ballenera, ubicado entre las ciudades de Miramar y Mar del Sud; fue presentado recientemente a la comunidad científica internacional, que lo atribuye a un vampiro extinto, de tamaño mayor de los conocidos hasta el presente.

Los vampiros en la actualidad son mamíferos que sólo viven en América, pertenecientes a la familia de los desmodóntidos, conocidos por alimentarse de sangre de animales, o sea son hematófagos. Constituye una variedad de murciélagos, que incluye a solo tres especies vivientes, como el vampiro común (Desmodus rotundus), el vampiro de alas blancas (Diaemus
youngi), y el vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata).

“En realidad son animales pacíficos que se alimentan de sangre de animales, y a veces de humanos, por unos breves minutos sin generar molestias, tal es así, que sus falsas víctimas ni lo presienten. Lo único malo, es que pueden transmitir rabia u otras enfermedades si están infectados. Seguramente sus representantes prehistóricos tenían comportamientos similares”, según comentaron los investigadores.

La rama mandibular del vampiro fue identificada como Desmodus draculae, especie encontrada por primera vez en Venezuela en 1988, y su nombre alude al fantasmal personaje de ficción. Vivió en el Cuaternario de América, y tuvo un tamaño mayor que el actual vampiro común (Desmodus rotundus).

“Lo de vampiro gigante es relativo, pues, su envergadura sería de dimensiones algo más grandes que las de un teclado de computadora, pero, significativamente mayor a sus representantes actuales”, comentó Santiago Brizuela, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, uno de los autores del trabajo publicado en la revista de paleontología Ameghiniana, editada por la Asociación Paleontológica Argentina.

En el momento que vivió Desmodus draculae en el sudeste bonaerense, sobre lo que hoy es la costa atlántica de Argentina, la región estaba habitada por enormes perezosos gigantes, como
el megaterio de unos 4,5 metros de altura, por manadas de elefantes sudamericanos extintos, como Notiomastodon, mamíferos acorazados gigantes de más de 4 metros de largo y más de una tonelada de peso conocidos como gliptodontes, o por el emblemático tigre dientes de sable y muchas otras bestias, hoy totalmente extintas, cuyos fósiles se exhiben en el museo miramarense.

Al ser consultado el investigador Daniel Tassara, colaborador del Museo de Ciencias Naturales Pachamama de Santa Clara del Mar y segundo autor de la publicación científica titulada New Record Of The Vampire Desmodus Draculae (Chiroptera) from the late pleistocene of Argentina, comentó: “La rama mandibular de este fósil fue encontrada en el interior de una cueva o madriguera de 1,2 metros de diámetro, atribuida a un perezoso gigante de la familia Mylodontidae, como Scelidotherium. No sabemos si este vampiro ingresaba a la cueva para alimentarse, refugiarse, o fue presa de otro animal”.

Otro detalle importante del descubrimiento de esta mandíbula fósil de vampiro, es que brinda datos paleoambientales y paleoclimáticos para el Pleistoceno superior, pues su pariente más
directo, el vampiro común (Desmodus rotundus) actualmente se encuentra a 400 kilómetros al norte de la ubicación del vampiro fósil. Por lo tanto, las condiciones ambientales del sitio del
arroyo Ballenera habrían sido diferentes a las que hoy podemos observar.

Los únicos antecedentes de vampiros antiguos de Argentina, corresponden a los hallados en esta zona. Uno de ellos, es un canino superior aislado del Holoceno tardío de la vecina localidad de Centinela del Mar, referido a Desmodus cf. D. draculae, que no llego a ser un fósil, pues la datación radio carbónica dio una antigüedad de sólo 300 años.

Lo que indica este nuevo resto fósil y otros hallazgos en varios puntos de Sudamérica, es que Desmodus draculae, fue el último de estos grandes mamíferos voladores, el cual se extinguió en 1820 aproximadamente, posiblemente como consecuencia de la ‘Pequeña Era de Hielo’.

Este hallazgo excepcional forma parte de las colecciones científicas del nuevo Museo de Ciencias Naturales de Miramar, inaugurado en 2019 por el Municipio de General Alvarado y la prestigiosa Fundación Azara, reafirmando la importancia de los yacimientos paleontológicos del área y su vínculo con investigadores de distintas partes de Argentina y del extranjero.