Finalista: con un Messi de otro planeta, Argentina quedó a 90' de la gloria

El "10" tuvo una actuación descollante, lo abrió de penal, asistió a Julián en el que liquidó el partido y tuvo un equipo atrás. El "9" hizo un gol de Kempes o Batistuta, el resto acompañó y se plantó para ganarle 3 a 0 a Croacia y estar en el partido decisivo del Mundial.

Julián hizo una corrida memorable que quedará en la historia para siempre y empezó a liquidar la historia.

13 de Diciembre de 2022 17:49

Por Redacción 0223

PARA 0223

Es imposible no emocionarse. Esta Selección Argentina contagia, emociona, nos representa. "Señores dejo todo, voy a ver a Argentina, porque los jugadores me van a demostrar que salen a ganar, quieren salir campeón, que lo llevan adentro como lo llevo yo", cantaba casi toda la cancha revoleando las camisetas. Y es así, tal cual. El equipo es parte de nuestro sentimiento y tuvo su mejor actuación colectiva ni más ni menos que en la semifinal de la Copa del Mundo, cocinó a fuego lento a Croacia, lo derrotó por 3 a 0 y jugará la final de Qatar 2022 ante Francia o Marruecos.

El planteo inicial de Lionel Scaloni le dio resultado con el correr de los minutos. En la primera media hora no pasó nada, o sí. Croacia quiso hacerse fuerte a partir de la pelota, pero chocó una y otra vez con esos cuatro mediocampistas que hicieron un trabajo perfecto para tapar espacios y no dejar avanzar a los europeos, con Paredes indicando cuándo presionar y cuándo no, De Paul, Enzo Fernández y Mac Allister cubriendo el ancho del campo de juego y, si la pelota pasaba, una defensa con una solidez envidiable, con Nicolás Otamendi, de un Mundial descomunal como abanderado.

Después de esa media hora, al control del partido, la Selección Nacional le agregó picante. Intentó un par de veces con pases filtrados a Tagliafico que no llegaron a destino por poco. Pero a los 31', se juntaron los exRiver, Enzo encontró un hueco en la defensa croata y asistió a Julián que ganó en la carrera, definió forzado, pero Livakovic en su desesperación se lo terminó llevando por delante y Orsato, con criterio, sancionó el penal que Lionel Messi canjeó por gol con un remate fuerte, arriba. 

Si para Argentina era clave aguantar ese rato después de abrir el marcador, mucho más fue 5' después estirar la cuenta. Fue un unipersonal de Álvarez: de un córner de Croacia, la sacaron atrás y él fue a presionar el envío al área, la amortiguó y salió la contra, Messi punteó y apenas afuera de su área, empezó a correr, se la llevó, jugó con la diagonal de Molina pero no se la dio a nadie, dejó defensores en el camino, se la chocó una vez, dos y metió el puntazo que terminó en el segundo gol y desató la locura total en el Lusail qatarí. Croacia casi que se entregó, y Mac Allister tuvo el tercero de cabeza pero chocó con una notable respuesta de Livakovic. 2 a 0 al descanso, nada mal.

El complemento fue una fiesta. Croacia intentó dejar todo en el arranque, pero enseguida agarró la pelota Argentina y lo controló, la manejó, tocó, buscó, encontró jugadas que pudieron alargar la diferencia, con el corazón de todos, con Lionel Messi en su plenitud a los 35 años. Con "Dibu" Martínez que tuvo un partido tranquilo pero que siempre brindó seguridad cuando lo llamaron a intervenir.

Para no pasar sobresaltos, Scaloni hizo uno de sus cambios preferidos y puso a Lisandro Martínez para sellar aún más la defensa, solto a Molina y Tagliafico que siguieron pasando al ataque, y la frutilla del postre llegó a los 35'. Un lateral por derecha fue rebotado por Álvarez para Messi que parecía cansado, pero no lo estaba. Encaró mano a mano a Gvardiol, se le puso de espalda, le giró, lo rodeó, llegó al fondo y tocó atrás para la llegada de Julián que venía entrando y sólo tuvo que empujarla para terminar de definir la historia y que la fiesta sea más grande, con la cabeza ya puesta en la final del domingo.

Para los minutos finales, Lionel Scaloni también le dio un premio a aquellos jugadores de campo que no habían entrado hasta el momento. Adentro Dybala, Foyth y Ángel Correa, alegría con todos de pie en el banco de suplentes, cantando y alentando a la par de la gente, con una felicidad suprema, que todavía se puede tener guardada una más para el domingo. Que venga Francia, que venga Marruecos, que venga el que venga.

¡Argentina es finalista del mundo!