Con la llegada de más adultos, la gastronomía se recupera y vive una primera quincena de febrero superadora

El sector gastronómico de Mar del Plata vive con creces la primera quincena de febrero que ya superó los registros de enero, un mes que estuvo marcado por el crecimiento exponencial de los contagios de coronavirus que amesetó la actividad laboral. “La temporada no está siendo todo lo brillante que se anunciaba", habían llegado a plantear.

En el mes más fuerte de la temporada de verano, Mar del Plata estuvo repleta de jóvenes. Sin embargo, en las últimas semanas el perfil del turista mutó a personas más adultas con mayor poder adquisitivo. Esto se trasladó en una recuperación del sector gastronómico en los centros comerciales del centro, Güemes y el Puerto.

Hernán Szkrohal, presidente de la Cámara Gastronómica de Mar del Plata. Foto 0223.

“En esta primera quincena tenemos una mejor distribución de la gente. Los locales vamos recuperando progresivamente al público en la parte interna de los negocios”, explicó Hernán Szkrohal, presidente de la Cámara Gastronómica de Mar del Plata, en diálogo con 0223.

Esta situación, explicó Skrohal, tiene lugar por la caída de los contagios de coronavirus. “Eso genera cierta confianza que en los primeros días de enero no había, la gente trataba de estar más al aire libre. Eso repercute en que la primera quincena de febrero sea mejor que la primera de enero”, reparó.

El sector gastronómico trabaja mejor en la primera quincena de febrero. Foto 0223.

Szkrohal reconoció que en febrero “se empieza a ver gente más grande” en comparación al público del primer mes del año, cuando cerca de la mitad tenía menos de 40 años. “Ahora se está dando esa venta por mostrador que es la que faltó en la primera quincena de enero. Estamos viendo una recuperación de ese público que antes no se acercaba y no salía a cenar por precaución. Hoy con la tercera dosis se sienten más protegidos y contenidos”, consideró.

La temporada de la gastronomía, en parte, está sujeta a la oferta teatral de la ciudad que, con la llegada de turistas más grandes, también se recupera y, en función del horario de salida del público de las salas, mantiene cierto nivel de trabajo en los locales gastronómicos hasta cerca de las 3 de la mañana.