Se conocieron más estafas de Generación Zoe: "Puse US$4.000, pero hay gente que vendió su casa para entrar"

Lo dijo una mujer cordobesa, que ingresó en septiembre y ahora inicia acciones legales contra la firma. Cómo funcionaba la “Generación Zoe” y quién es Leonardo Cosicorto.

La justicia busca a Leonardo Cosicorto, por los presuntos delitos de asociación ilícita y estafa.

21 de Febrero de 2022 09:28

Por Redacción 0223

PARA 0223

Mientras la justicia sigue en la búsqueda de Leonardo Cosicorto, el CEO de la empresa “Generación Zoe”, acusado de montar una estafa millonaria, en las últimas horas se conocieron más casos de gente que apostó fuerte por el sistema que les prometía grandes ganancias.

Zoe Cash o Generación Zoe es un sistema de estafa conocida como “esquema Ponzi”: se trata de una estafa que convoca a sumar inversores de forma continua para abonar con importantes sumas de dinero las utilidades de los inversores anteriores. Las víctimas se suman a las iniciativa tras la promesa de una alta tasa de rentabilidad anual, sin saber que el beneficio proviene de los nuevos inversores.

Según el relato de alguna de las víctimas, la compañía les prometía ganancias de 7,5% en dólares de la membresía, que alcanzaban al 20% si sumaban más adeptos. 

La particularidad que cobró este negocio es que se presentaba como una "comunidad educativa y creadora de recursos para el desarrollo personal, profesional, financiero y espiritual", fomentada por la acción de pastores religiosos.

En ese aceitado mecanismo, surge la figura de Leonardo Cositorto, que hace más de cinco años en la provincia de Córdoba creó la compañía, a fuerza de acciones de coaching y liderazgo, logrando expandirla a otros países. 

 

Las víctimas tras la estafa millonaria

Una de las personas que fueron víctimas de la estafa contó días atrás al diario Perfil, cómo fue la forma en que fue engañada por el sistema piramidal: invirtió primero en la membresía y luego en el ‘bot’, que gestionaba supuestamente cripto inversiones, en un total de 4.000 dólares. 

La mujer, que prefirió resguardar su identidad, contó que cuando el 20 de enero llegó a las oficinas que Generación Zoe tiene en Alem 246, de la ciudad de Villa María, Córdoba, se encontró con los primeros problemas: “Me atendió una chica que no tenía mucha idea pero sí una orden. Que no podían pagar. Me dijo que no podía pagarme en ese momento, que no le habían dejado caja y empezó con excusas. Se generó una discusión, salió otra de las secretarias, dijo que como había aumentado el dólar los bancos no les vendían. Después vino la madre de Claudio Álvarez, Silvia, la que estaba como encargada ahí. Le hicieron una cara a la chica como que se callara la boca y después me dijeron que pasara por la caja que si no llegaban con los dólares me pagaban en pesos. Cobré en dólares porque me puse firme. Me tocaba cobrar esta semana y ya no pude cobrar más. Ya está todo cerrado. Claudio Álvarez e Ivana Álvarez ya salieron de todos los grupos y no responden. Se fueron de acá seguramente porque la gente los quiere comer vivos”, contó.

Y agregó:  “Yo puse US$4.000, pero tengo conocidos que pusieron US$200 mil. Muchísimo. Están muy mal. Y me consta que hubo gente que vendió la casa para entrar. La casa y el auto. Eso es real. Esto pasó en Villa María. Yo entré hace cinco meses, pero no terminé de recuperar la plata. Cuando vi que se estaba complicando, le dije a mis conocidos que no pongan más plata. En la puerta de la oficina tienen una inscripción de monotributo común. Pero la gente no vio eso. Va, saca la plata y se va. Engancharon a la gente con la ganancia de 7,5% en dólares de la membresía y le daban el 20% si metían gente y después empezaron con los bots, que pagaban también el 20%. Convencían a la gente con neurociencia, con el discurso de un pastor”, lamentó la mujer.

La damnificada remarca que las caras visibles en Villa María y Córdoba, donde estuvieron para la apertura de la oficina, eran Claudio Álvarez, Ivana Álvarez y su madre, Silvia Fermani: “Ellos estaban a cargo acá. Pero se hacía un trabajo muy puntual con los clientes importantes. Los líderes de la zona les mandaban mensajes con audios de Leo Cositorto todos los días, les lavaban la cabeza. A los clientes VIP los bombardearon con mensajes de Cositorto. A un conocido mío, que puso muchísima plata, le mandaban esos mensajes para retenerlo y convencerlo de nuevos negocios”, dice.

“Yo cuando entre al bot les pedí un recibo y nunca me dieron nada. Me dieron un papelito sin ningún tipo de respaldo. El lunes voy a hacer la denuncia. La plata no la voy a recuperar, pero quiero que la gente sepa que esto no es el negocio de las criptomonedas, es otra cosa, hay que advertirle a la gente. Pero hay que decir lo que pasó, acá la gente vendió el auto, un terreno y su casa para entrar. Se aprovecharon de mucha gente laburante que venía de lucharla”, concluyó.