Plazo fijo en dólares o pesos ¿qué me conviene?

Quienes buscan colocar su dinero con el objetivo de resguardar el poder adquisitivo en economías como las nuestras, en general recurren a instrumentos básicos como son los plazos fijos tradicionales o ajustados, es decir, UVA. Claro está que existen cientos de herramientas alternativas pero los plazos fijos son los más demandados por la mayor parte del universo. 

Lo habitual es la colocación del dinero a plazo en pesos, aunque también existe la opción de hacerlo en dólares: ¿qué me conviene?

Por pedido del FMI, el BCRA ha establecido un porcentaje mínimo para los depósitos a plazo fijo a 30 días y mes a mes corrige la tasa que pagan con el objetivo de que siempre sean reales y positiva, es decir que superen el índice de inflación anual y con ello incentivar los depósitos en pesos. Vale aclarar que esto solo aplica para aquellas colocaciones de dinero en moneda nacional, es decir, en peso argentino, por lo que lo primero a saber es que cuando se trata de colocaciones en dólares cada banco puede ofrecer el interés que considere apropiado.

La tasa del plazo fijo en pesos se encuentra en un 53% nominal anual y la efectiva en un 68%. ¿Qué quiere decir esto? Que si renovamos mes a mes la colocación llegaremos a lo largo del año a tener una ganancia pagada en términos de intereses del 68%. ¿Ganancia real? Dependerá de cómo evolucione el índice de precios al consumidor mes a mes, pero sabemos ya que las estimaciones de inflación para este año que se ubican entre el 70% y el 80%, por lo que se estaría perdiendo entre un 2% y un 12% de poder adquisitivo, con el plazo fijo en pesos tradicional. Si nos colocamos en un plazo fijo UVA, la ecuación cambia ya que siempre estaremos “empardados” con el IPC, por ende, en este caso no incurriríamos en pérdidas en pesos.

¿Cómo rinden los plazos fijos en dólares?

El plazo fijo en dólares, como cualquier otro plazo fijo, es una modalidad de ahorro o inversión en el que se congelan los fondos por un determinado tiempo, que en este caso es con un mínimo de 30 días y un máximo de 365 días, y a cambio se obtiene un retorno o interés en la moneda de colocación.

Actualmente el interés en dólares que están ofreciendo las entidades financieras es extremadamente bajo, el cual ronda el 1% y se encuentra muy alejado sobre todo de la inflación del país del norte que ya supera el 8% anual.

Hoy en día en las entidades privadas, la tasa de interés se encuentra cercana al 0,25% mientras que en algunos bancos públicos como el Banco Nación es del 0,5%, en algunos, pocos casos llega al 1%. Esto significa que si colocamos 10.000usd al cabo de un año obtendríamos 25usd o 50usd de interés tomando como referencia banca privada y pública.

Por ende, es una obviedad que la tasa de interés es significativamente baja respecto de la inflación en Estados Unidos, pero, si pensamos en conservar los ahorros en dólares que suelen tenerse en cajas de seguridad o bajo el colchón, la tasa de interés, por más menor que sea, puede considerarse como un incentivo extra.

En este contexto, la abrupta subida de los tipos de cambio está produciendo un efecto de escasez de oferta de dólares. Nadie quiere desprenderse de la divisa norteamericana y “pesificarse”. Hoy cualquier tasa de interés queda por debajo del rendimiento propio de la suba de las cotizaciones. El dólar blue ha escalado en este mes de julio unos 58 pesos, un 25% en tan solo 19 días.