Juan Carrá y una lógica de la perturbación que atraviesa personajes e historia

Lógica de la perturbación es el nuevo libro de cuentos de Juan Carrá. Si bien se confiesa más cercano a la novela, sus cuentos transitan un buen camino literario.

El periodista y escritor marplatense Juan Carrá.

24 de Julio de 2022 09:15

Pensemos a la perturbación como aquella alteración o trastorno que se produce en el orden de una situación dada. Y si pensamos la lógica como un método para que los hechos se desarrollen en una forma coherente, la mixtura de ambas puede ser extraordinaria, literariamente hablando, si se logra la combinación justa. Los once cuentos de Juan Carrá siguen esa línea. Uno tras otro te sorprenden, te fuerzan al extrañamiento y, por supuesto, te golpean.

Lógica de la perturbación (salta el pez ediciones – 2022) es el segundo libro cuentos del escritor y periodista marplatense. En cada uno de ellos, la mirada detallista y curiosa de Carrá se mete en la vida de otros. El lector comparte así ese asombro del autor ante los demás. ¿Cuándo aparece esa mirada en Juan Carrá? Es la pregunta para arrancar.

-Me parece que es algo que viene del yo cronista. Hay algo de la construcción del texto narrativo de la crónica que hace de la observación como una caja de herramientas fundamental. Y la idea del viaje al detalle como la posibilidad de construcción del texto diferente a otros textos. Son pocos los temas sobre los que uno puede escribir, entonces la diferencia está en dónde uno pone la mirada, en el punto de vista que construye y su posibilidad. A mí, como cronista, en su momento me interesaba la particularidad y desde ahí contar una generalidad. Eso después me quedó y en la vida cotidiana es como una especie curiosa sobre lo particular, sobre el detalle, y me queda en la cabeza como una caja de herramientas infinitas para la construcción de lo que venga. Con eso entrenado, después uno puede, en algún punto: imaginar a partir de un detalle…

-Pero ese que escribe ¿es el mismo que el que mira o es otro? ¿O quizás deba ser otro para poder llevarlo al texto?

-No. Creo que en realidad es el mismo. Solo hay que entender que lo que está en juego es una voz ficcional. Lo primero que hay que construir es una voz narrativa que empuje el relato. Realmente hay algo ahí de la meta-literatura donde es el autor el que mira el mundo con un recorte, con una ideología, y a partir de eso puede mirar detalles que le interesa del recorte del mundo que eligió. No necesariamente ponemos la mirada en lo mismo. Esos detalles están plenamente teñidos de ese cristal con que miro el mundo, que es lo ideológico. A mí lo que me interesa son las vidas particulares que en algún punto cuentan algo social, desde lo íntimo y desde lo público.

La perturbación del título atraviesa los personajes y la historia. Pero también cruzan al lector. Los protagonistas te movilizan, te modifican el ecosistema de lo “normal”, desde la historia misma, desde el recuerdo o desde los finales, como en el caso de La enfermedad o aquello de “no hablo del fuego, hablo de las cenizas”. Según el propio autor, “Muchos de los que leen los primeros cuentos me dicen: ‘Hasta ahora no me perturbé’, hasta que llegan a La enfermedad. Pasa que la perturbación es una cosa no tan intensa, pero que está en todos los cuentos. Por ejemplo, Apuestas (un cuento que iba a ser parte de un homenaje a Juan Román Riquelme) es un cuento clasista, la perturbación está en la relación de clase y en la idea de venganza simbólica de ese peón con ese patrón”.

Lógica de la perturbación es el último libro de Juan Carrá.

-La reivindicación del que menos poder tiene. Ahí está Juan Carrá parado, ahí está el autor de toda su obra en el centro del texto…

-Claro, eso es muy transversal a toda mi obra.

Carrá confiesa que La enfermedad es el primer cuento que escribió en su carrera como escritor. “Ese cuento me ha dado mucha satisfacción, estuvo pensado bajo la idea de la fragmentación, y desde la idea de cómo ponerme en la mente de un criminal, en este caso de un femicida. Pero a la vez la idea de ir construyendo una capa de meta-mensajes que haga que el lector vaya empatizando con ese personaje hasta que en un momento hay un punto de giro, pero sin engañarlo. En todo momento hay un tono o alguna información que te muestra lo que pasa. Porque la cuestión que a mí me interesa mostrar es lo criminal. Lo que se propone como ‘monstruoso’ está más cerca de lo que pensamos. Porque aquel que es un genocida o un femicida puede ser aquel que está a tu lado y no lleva un cartel que dice ‘Soy un hijo de puta’” señala.

Por mi parte pude encontrar una unidad temática vinculada al paso del tiempo. A la preocupación por el paso del tiempo que lleva a la resistencia en distintas formas. Pura tapera (el más “saeriano” de todos), Apuestas, La enfermedad mismo, y ni que hablar de Retazos, muestran algo relacionado a esa resistencia: desde el tiempo para pensar mientras se prepara un mate, alguien que retrasa la llegada (pero que al llegar quiere que pase rápido) o una protagonista que quiere que le quiten el tiempo, que se lo terminen y la maten. Lo más interesante de este juego es que ninguno de ellos fueron pensados para publicarse juntos, lo cual indica que, podríamos decir, es un tópico de Juan Carrá que está siempre por ahí, dando vueltas en sus textos. Él asegura que “Es un libro donde fui juntando textos que tenía ya publicados, muy distantes en el tiempo entre ellos. Pero, claramente, hay algo que a mí me interesa mucho en esa idea del tiempo, del tiempo cronológico, biológico, en los personajes y en mi vida personal. De la revisión del tiempo, de los histórico, de lo personal y, sobre todo, de cómo se construye futuro”.

-Ya son dos libros de cuentos después de muchas novelas, ¿cómo te sentís escribiendo cuentos?

-No es algo que piense en un principio. Me aparece un relato y no me aparece inmediatamente si sale novela o cuento. Sí pienso, en el marco de lo que se va desarrollando, como va a ser la amplitud de la trama o si va a quedar con estructura de cuento. Tampoco considero que soy un cuentista clásico. Me parece que tengo un formato más de cuento abierto, de lo que podía ser más libre. Pero no es algo que piense. Realmente a mí me gusta más la novela como formato, pero la verdad es que los cuentos están teniendo muy buena recepción.

Las últimas obras del autor marplatense.

-¿Más cómodo en la novela por la construcción de personajes, por el desarrollo de subtramas o por qué?

-Me parece que es interesante el proyecto de largo aliento. Me interesa en la escritura, me gusta convivir con un proyecto por mucho tiempo. En el cuento, sí me pasa, que es más corto el tiempo de producción. Al cuento necesito escribirlo ya, trabajarlo y soltarlo enseguida. Con la novela hay una convivencia con el proyecto más largo. Me interesa esa aventura de la escritura que se va expandiendo hasta llegar a la revisión.

-También tiene que ver con una cuestión de tiempos. Tanto de escritura como de lectura…

-Claro, en el cuento me parece que los tiempos de escritura son más ajustados ahora, pensando en los tiempos que uno tiene. Y también me pasa como lector, soy más lector de novela que de cuento. Me interesa más ese mundo de expansión que esa maquinaria perfecta del cuento. Y, por otro lado, siento que en el cuento un error puede desequilibrar todo el material, mientras que en una novela algún error se puede maquillar. Entonces el escritor se siente, quizás, más seguro.

La obra de Juan Carrá toca aquellos límites de la palabra, de los sentimientos, del compromiso. Busca y trabaja para decir lo que hay que decir con la palabra y tensar el lenguaje para que aparezca una nueva capa de sentido. Lógica de la perturbación es la continuidad de un trabajo por la búsqueda de una literatura que esté al alcance de cualquiera.