Manual de edición artesanal o cómo editar con el cuerpo

Eric Schierloh es escritor, poeta y traductor; también lleva adelante el proyecto editorial artesanal Barba de Abejas desde hace más de diez años. A lo largo de este camino, no solo logró un catálogo sumamente potente, sino que también compartió, en talleres, los secretos de la edición artesanal.

Presentación de la editorial artesanal Barba de Abejas.

15 de Junio de 2025 09:35

Eric Schierloh, escritor, editor y traductor, ha publicado más de diez libros, divididos entre novelas, poemarios, ensayos y traducciones. Entre ellos podemos nombrar: Formas de Humo (Beatriz Viterbo Editora, 2006), Kilgore o todo vuelve a su cauce más pronto o más tarde (Bajo la Luna, 2010), Los Cueros. Relevamiento topográfico de los últimos 1500 metros del arroyo antes que vaya a morir al mar (La Bola, 2014), Cuaderno de Ornitología (Caleta Olivia, 2018) y M (Eterna Cadencia, 2019). En 2010, comenzó con el proyecto editorial artesanal y taller tipográfico Barba de Abejas. Con este, en distintos momentos y lugares del país, ha compartido tanto libros icónicos como talleres de edición artesanal y autopublicación llamados Publicar con los Cuerpos.

“Es innegable que la edición artesanal tiene ahí su gran aporte. Se habla mucho de la bibliodiversidad, que es la diversidad de miradas y de capacidades de publicar, pero se habla muy poco de la librodiversidad o de la diversidad material de las publicaciones. Creo que, a lo largo de los últimos 30 años, con el surgimiento de la edición independiente, la concentración editorial de los grandes grupos, etc., ha habido un proceso de estandarización del libro y del objeto cultural por excelencia. En cambio, el arte gráfico, el arte impreso y la edición artesanal tienen esta impronta de trabajar con materiales que no son muy habituales, con técnicas de impresión obsoletas y modernas, y con formatos que no son los habituales también. Creo que ahí es donde logramos captar personas que quizás se habían acostumbrado a la estandarización del libro; ahí empieza un diálogo que retroalimenta la lectura, la materialidad, el diseño y las técnicas de impresión, lo que lleva a esos lectores también a percibir, me parece a mí, que hay una comunidad en torno a las editoriales. Entonces, empiezan a sentirse parte de algo más cercano, porque en este tipo de ferias la persona que está del otro lado de la mesa siempre es el editor o la editora, o al menos hace algo en la editorial: puede ser la diseñadora, el impresor, la encuadernadora. Creo que también está, además de la diversidad material, la cuestión de la pequeña comunidad de lectores y potenciales publicadores, porque lo que estas publicaciones les dicen a las personas, más allá del texto, es que ellos también pueden hacerlas”, comparte Eric Schierloh en una charla que combinará el arte de la edición artesanal, el cruce del cuerpo y la piel con un texto y la poesía.

Libros de la editorial Barba de Abejas.

—Contame un poco cómo es esa relación entre la edición artesanal, las manos y el cuerpo. ¿Podés ampliarme aquella frase que dice: “La edición artesanal es la publicación de los textos con los cuerpos en la escritura documentada”?

—Bueno, de ahí el nombre del taller y un intento de definición de qué es la edición artesanal, porque es algo que me preguntan constantemente. Lo central para mí es que el cuerpo está puesto en la gimnasia de la construcción de la publicación. En el sistema industrial de publicación, el escritor escribe el texto, manda un archivo, nunca sabe dónde ni cómo se imprime, ni quiénes son las personas o las caras; entonces, se vuelve una especie de parte del proceso del trabajo capitalista habitual, incluso del trabajo alienante, donde uno simplemente realiza una actividad, vende esa actividad o ese tiempo y, después, con suerte, se construye un capital simbólico. Acá, a diferencia del escritorio de trabajo, hay una mesa de trabajo y debajo de la mesa hay materiales; al costado hay máquinas y un montón de desechos que uno mira con preocupación porque son recortes. Entonces, aparece una publicación de formato más pequeño, para reutilizar; es una especie de retroalimentación entre las potencialidades que tenemos todos, porque todos tenemos algo para decir. Yo creo que todos tenemos algo para hacer con las manos también y, en el terreno específico de la publicación, sin dudas, más. Se puede hacer desde un libro bibliófilo hasta un pequeño fanzine en fotocopia, sin importar las condiciones materiales, el tiempo ni las habilidades, porque todo se cruza y forma un proyecto a medida. Entonces, un poco el desafío, y me parece que la cuestión política que tiene todo esto, es encontrar el proyecto editorial para cada uno. Un objetivo del taller es ese: construir el espacio para que cada uno se vaya con la idea, si es que no la trajo ya, de que hay una editorial posible para cada persona.

—¿Qué similitud encontrás, si es que hay alguna, entre armar y darle forma a ese libro y escribir un poema?

—Por supuesto que hay una diferencia evidente entre trabajar con letras, que son herramientas que están en el plano de las ideas, en todo caso, y trabajar con materiales concretos. Pero, al fin y al cabo, es escribir por otros medios: construir el libro, construir el fanzine, construir la revista, el cuaderno. Eso es una forma de escribir también, es una forma de decir algo. Yo lo que encontré ahí es que la escritura iba a ser un camino que yo pensé o imaginé hace 15 años como algo que se iba a agotar, que iba a agotar mi entusiasmo, que no iba a cubrir mis expectativas, no necesariamente las económicas, que uno entra a este camino ya sabiendo que van a ser muy difícil de cubrir y que solo se les da a unos pocos, sino también las expectativas de las ganas de decir: "Voy a tener ganas de escribir, terminar, mandar, escribir, terminar, mandar". Esa es la lógica detrás de la escritura. Yo encontré que detrás de la escritura también está la lógica de, como decía Ulises Carrión, pensar las condiciones materiales en que va a existir esa escritura, las condiciones de distribución que va a tener esa escritura y no ser simplemente una víctima que sucumbe a dinámicas impuestas: "Tu escritura va a tener este formato, en esta editorial, en este territorio, con este precio, con este papel". Bueno, a lo mejor, como dice Ulises Carrión, nosotros tenemos que hacernos un poco cargo también de cómo existen las cosas en el mundo y no solamente buscar una excusa para que existan esas cosas materiales, sean libros o sea lo que sea. A mí me interesa esta idea de posibilidad y creo que las posibilidades acá son prácticamente infinitas.

—¿Y cuáles son las posibilidades de un poema? ¿Hacia dónde va la poesía hoy?

—No sé, mirá, yo empecé teniendo de alguna forma una editorial de poesía, y de distribución ligada a la poesía, y hoy la editorial se ha corrido, el catálogo se corrió hacia la caja de herramientas. Hoy Barba de Abejas es una editorial que publica centralmente textos, ensayos y traducciones sobre la publicación, la tipografía, el diseño, pero la literatura sigue estando ahí como una especie de colección menor hoy. Esa plasticidad del catálogo habla también de la posibilidad que tiene una editorial de ir mutando, de ir cambiando y de ir agregando formatos, colecciones, intereses nuevos, ¿no? La verdad es que la poesía es algo que, lógicamente, trasciende el tiempo, que siempre encuentra la manera y el vehículo para abrirse paso. Creo que hay una diversidad de manifestaciones textuales hoy donde la poesía aparece como una posibilidad más. Para mí siempre fue un ejercicio ligado a la lectura silenciosa, entonces, en el libro, la poesía siempre encuentra una posibilidad virtuosa. Pero tiene esta habilidad del estallido de sentidos, ¿no? Y creo que se lleva muy bien con un proyecto donde la materialidad también estalla.

Eric brindando su taller sobre edición artesanal.

—La última pregunta tiene que ver con las tipografías. ¿Cómo se eligen? ¿Hay señales entre el texto y la tipografía que se elige?

—Fuera de los tamaños y de las reglas básicas de los manuales, hay algo medio misterioso en cómo uno logra visualizar un texto en una tipografía de palo seco, con serifas o, bueno, esta tipografía o la otra. No sé, creo que tiene que ver también con eso de la posibilidad. Acá no se van a hacer mil ejemplares, entonces tenemos que decidir y tiene que ser la mejor decisión. Yo puedo hacer cinco ejemplares para llevar a Mar del Plata y, mientras estoy en la feria, vender alguno y revisar, encontrar un error, anotar que eso tiene un error, darme cuenta de que la caja tipográfica flaquea en un punto. Entonces, vuelvo a mi casa y resulta que esos cinco ejemplares que yo vendí o a medias vendí en Mar del Plata son diferentes de los que voy a llevar a la feria de editores. Eso también es importante para mí. Uno no tiene que encontrar la mejor versión ni del texto ni de la traducción ni de la edición ni de la corrección ni de la tipografía, porque es un proceso plástico en el que uno puede ir cambiando y el texto es un poco líquido, como diría Bauman, sin ser digital, tiene todavía la capacidad de moverse y desplazarse entre el manuscrito, el prototipo, el libro definitivo, pero provisorio. Me interesa porque hay un diálogo con esta idea del profesionalismo y del perfeccionismo, pero a mí me interesa mucho más el error. ¿Qué pasa cuando aparece el error? Hay una manifestación ahí. Es mío, pero no es mío. Tengo que dialogar con eso. Entonces, me interesa más eso que, por supuesto, la alternativa más habitual que sería juntar el dinero suficiente, mandarlo imprimir y dedicarme a vender. En definitiva, en el error y en la impronta es donde está quizás lo que nos distingue, ¿no? No importa si eso es fruto del momento y es irrepetible, pero, en un momento, nos dio una identidad y un atisbo de certeza y creo que eso ya es suficiente.

Eric Schierloh estará en Mar del Plata brindando, una vez más, el taller Publicar con los Cuerpos, buscando compartir cómo armar un proyecto editorial. Este, en principio, trasciende la autopublicación porque acá se desarrolla el armar y diseñar un catálogo. Por consiguiente, otras cosas se ponen en juego como, las herramientas, los materiales y las máquinas que vamos a necesitar, así como cuánto cuestan, cuáles se consiguen y cuáles no, cuáles son los pros y los contras de cada tecnología.

Entre los libros de Barba de Abejas uno del propio Eric Schierloh.

Por otro lado, será una buena ocasión para adentrarnos en la historia de la editorial Barba de Abejas, que empezó en 2010, o sea, ya tiene 15 años de recorrido, y cómo ha sido su convivencia con el sistema de librerías: si se consigna o se vende en firme, cómo se vende a tiendas de diseño, cómo se aplica a las ferias o cómo se vende con envío por correo postal.

Cierra el propio Eric: “En fin, una serie de cosas con las que la gente sale con la cabeza bastante detonada, en el buen sentido, porque son muchas cosas y son todas muy interesantes de pensar y, que, además, acompañan los procesos artísticos personales. Quiero decir, uno llega por la escritura, como en mi caso, pero de pronto te encontrás con que hay que diseñar, hay que encuadernar, hay que distribuir. Entonces, lo interesante de todo esto, al fin y al cabo, es que la autopublicación y la edición artesanal son proyectos aglutinantes de prácticas que terminan siendo muy enriquecedoras de esa práctica de origen de la que nosotros venimos”.

 

(*) Eric Schierloh brindará su taller "Publicar con los Cuerpos" el viernes 20 de junio desde las 18 hs en Lina Club Cultural (Chacabuco 3591). Los interesados deben inscribirse en Fervor Libros.