Presentaron el libro "Historias de aserraderos y carpinterías"

La obra compila los orígenes de la industria maderera de Mar del Plata. Fue escrito por Eduardo Ferrer, Sebastián Ramírez y Pamela Chaia.

18 de Septiembre de 2022 17:47

Por Redacción 0223

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A salón lleno, se presentó días atrás en el archivo histórico municipal Roberto Barilli "Historias de aserraderos y carpinterías", un libro escrito por los profesores Eduardo Ferrer, Sebastián Ramírez y la investigadora Pamela Chaia que repasa los orígenes de la vida empresarial y laboral de la industria maderera de Mar del Plata.

-¿Cómo surgió la idea de realizar esta investigación?

-Nosotros veníamos de una propuesta que nos demandó cerca de tres años de trabajo, recuperando la historia de clubes sociales y deportivos que habían desaparecido en la ciudad de Mar del Plata y que se transformó en el libro “100 Clubes de Barrio”. Ese registro del pasado nos trajo consigo muchas alegrías y buenas noticias, entre ellas el acercamiento con las autoridades de la Cámara Industrial de la Madera. Ellos buscaban conocer los orígenes de la actividad y del asociacionismo en el rubro.

Nos pareció un desafío sumamente interesante, cuenta el profesor Ferrer, porque se emparentaba con la necesidad que transitamos y que creemos es una deuda de la historia local: conocer y registrar aún más del pasado de la ciudad. Es imprescindible sumar, a los aportes del relato de aquellos que vinieron a visitarnos a través del tiempo, el testimonio de lo propio y la expansión de la ciudad hacia todos los puntos cardinales.

-Entonces, ¿de qué manera encararon el proceso de trabajo?

-En primer lugar, nos reunimos varias veces con los integrantes de Cicma, no sólo para que contarán lo que esperaban de la investigación, sino también para entender las dinámicas de un rubro que es muy particular e interesante. El carpintero tiene en sus producciones mucho de lo que resulta utilitario, pero también una clara propensión a lo artístico destacándose, desde ese lugar a otros oficios.

El segundo paso fue registrar los puntos de partida: fuentes escritas, posibles testimonios orales y un buceo por recursos digitales –hoy un espacio que brinda nuevos aportes-, contrastados con otras informaciones. Argumenta el profesor Ramírez que nuestra “segunda casa” es el Archivo Histórico Barilli y la Hemeroteca, un sitio clave en la recuperación de la historia local. La relectura de los diarios que allí se encuentran y la colaboración permanente de quienes atienden, lo hace cuna de cualquier investigación local.

De ese espacio, pasar al encuentro con los protagonistas; este libro registra más de noventa entrevistas a participantes de la industria maderera local, fuentes de primera mano que esclarecen la evolución de la industria. Finalmente, el proceso de la escritura, de trasladar esos aportes enriquecedores al soporte papel.

-Entendiendo que en este recorrido cronológico deben haber existido distintas fases de evolución ¿cómo se estructuró la obra internamente?

-El libro tiene una primera parte que hace de contexto histórico y presenta a la industria como tal. Más adelante, se estructura en cuatro grandes capítulos que poseen un abanico temporal de unos treinta años, aproximadamente. Son etapas que observamos, sentencia la licenciada Chaia, pueden agruparse de acuerdo a los avances tecnológicos que las herramientas y maquinarias van experimentando. Cada uno de esos capítulos presenta entre diez y veinte historias contadas a partir del relato de un protagonista, en el caso de las más actuales, o a partir de las distintas fuentes registradas.

-Seguramente, hay historias que les resultaron más llamativas ¿cuáles se pueden adelantar?

-Muchísimas, son las historias de nuestras familias, de abuelos, madres y padres que poblaron Mar del Plata desde finales del siglo XIX. Relatos de mucho sacrificio y esfuerzo en una industria donde la conflictividad entre trabajadores y propietarios prácticamente no existió. Es por demás interesante saber que, en lo que hoy es pleno microcentro de Mar del Plata, una rueda gigante de madera montada sobre el arroyo hacía activar las maquinarias de una carpintería.

Una caldera que estalló y quedó enterrada durante años en un terreno de Salta y Bolívar, una carpintería como la empresa Zubillaga, ya centenaria –y la más antigua de las sobrevivientes-. La historia del maderero Camilo Fernández, desaparecido durante siete años, y vuelto a la vida pública sin ninguna pista de lo sucedido. Pero hay más, dice Ferrer, ebanistas y maquetistas, verdaderos artesanos de la industria y la vida local marcada por el ritmo de la sirena de los grandes aserraderos, como Fava y Tiribelli. Pero también hay lugar para la modernidad, los nuevos procesos tecnológicos que hicieron crecer al rubro.

-¿Cuán importante entienden que es el aporte para la historia y la cultura local, de este tipo de investigaciones?

-Hace varios años venimos reflexionando con Ferrer, asegura Sebastián Ramírez, sobre la necesidad de producir relatos históricos que reflejen lo cotidiano de la ciudad. Nos desvela ir caminando por diferentes lugares de Mar del Plata, sin saber que donde hoy vemos una construcción de altura u otro tipo de edificación, hubo antes un lugar de relevancia o, simplemente, un espacio donde existieron otras historias. Por ello, es muy importante el trabajo de reconstrucción fotográfica que realizan los sitios de internet, enriquecidos por la palabra de todos los que fueron protagonistas principales u ocasionales.