Así fue la "ola libertaria" en Mar del Plata: cuánto creció Javier Milei en 28 días

En la primera vuelta, había conseguido poco más de 113 mil votos. Y ahora en el balotaje, en la elección que finalmente lo consagra como presidente desde el 10 de diciembre, cosechó más de 223 mil votos. Sí, en los últimos 28 días, Javier Milei logró crecer a un ritmo exponencial y derrotó también en Mar del Plata, por amplio margen, a Sergio Massa.

La comparativa entre los números del 22 de octubre y de este 19 de noviembre son elocuentes. Las posibilidades de crecimiento que tenía el candidato del oficialismo quedaron anuladas casi en su totalidad con la performance del líder de La Libertad Avanza, cuya figura se agrandó en un 100 por ciento. Massa, en cambio, sumó cerca de 30 mil votos, es decir que creció apenas un 20 por ciento.

Así, buena parte de Mar del Plata quedó pintada de violeta, a tono con la tendencia que se observó a lo largo y ancho del país. De los 30 circuitos electorales en que se divide General Pueyrredon, el actual ministro de Economía sólo se impuso en 10 secciones y el resto fue todo para Milei, según los datos que actualizó el escrutinio provisorio hasta la medianoche.

En la previa, muchos analistas especulaban con la incidencia del voto en blanco pero tampoco gravitó: su peso fue ínfimo, menos de un 2 por ciento del total. La elección, entonces, se decantó por alguna de las dos propuestas y en ese juego se hizo más fuerte la "ola libertaria" frente a las promesas y advertencias que repitió Unión por la Patria durante la campaña: el presidente electo se quedó con el 56% de los sufragios en la ciudad y su rival con el 43%.

Pero detrás de tantos números, hay motivos y, sobre todo, emociones que los explican. Es difícil sintetizar en una sola frase una victoria semejante, en medio de fenómenos tan complejos como impredecibles. Lo que sí está claro es que con su discurso "anticasta" Javier Milei supo capitalizar como nadie el profundo clima de hartazgo social para construir una oferta "novedosa" que ahora lo llevará a conducir los destinos del país. Desde el 10 de diciembre, también tendrá un desafío no menor: el de revalidar cada una de sus propuestas y el de demostrar si es una cara nueva o si es, en verdad, parte de la vieja política de siempre.