Telenofobia: "mejor escribime"
El miedo a hablar por teléfono es una tendencia que no para de crecer. De qué se trata.
Vivimos en la era de la hiperconectividad. Hace años que la comunicación se globalizó, las distancias se acortaron y mantenerse en contacto con las personas es cada vez más sencillo. Los teléfonos inteligentes pasaron a ser parte fundamental de nuestra vida, se convirtieron en nuestra conexión con el mundo y aparecieron para facilitarnos nuestra vida laboral y social. Sin embargo, para algunas personas, esto es una verdadera pesadilla. Su miedo a hablar por teléfono es tan grande que las paraliza. Esta es una tendencia que no para de crecer, tiene nombre y se llama "Telenofobia".
Según un estudio titulado “Generación Muda” realizado por BankMyCell, el 75% de los millennials lo sufre. Las razones principales por la que prefieren mensajearse antes que contestar una llamada es porque sienten que es menos invasivo, más personal, le saca menos tiempo y es más fácil acordarse lo que les dijeron si lo pueden volver a leer en el momento en que lo necesiten. De hecho, el estudio aclara que el 88% de los millennials prefieren tener un plan de datos ilimitado a tener llamadas ilimitadas.
Este miedo a evitar responder llamadas es parte de la fobia social y suele estar relacionado con el rechazo a hablar en público y a no tolerar la espontaneidad por la incertidumbre que esto genera. Que los agarren desprevenidos implica una obligación de inmediatez y se siente una fuerte pérdida de control.
Como toda fobia se pueden presentar algunos síntomas como dolor de estómago, náuseas, taquicardia, hiperventilación, boca seca o ataques de ansiedad. Y los mecanismos de defensa son mantener el celular en silencio, asustarse cuando suena un teléfono, conductas evitativas como, por ejemplo, negarse a pactar llamados y siempre inventar excusas.
La excusa más común usada por los millennials en un 63% es “No me di cuenta que el celular estaba sonando, no lo escuché”. Y la segunda más usada es “Tenía poca señal”, respondida por el 12% de los encuestados en el estudio. Recordá que cuando una fobia está afectando negativamente el funcionamiento diario en el trabajo, la familia o lo social, es recomendable buscar ayuda profesional.
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