Crece la demanda en comedores: cada vez van más adultos mayores y faltan alimentos frescos

Referentes barriales y de organizaciones sociales advirtieron sobre la incertidumbre de la gente por la situación económica. El alto costo de las garrafas y la poca entrega de alimentos frescos, otra de las demandas al estado.

La inflación afecta al costo de los alimentos y genera incertidumbre en las familias más carenciadas de Mar del Plata. Foto ilustrativa: 0223.

24 de Abril de 2023 08:03

El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) reveló que Mar del Plata durante la última mitad del 2022 poseía casi 200.000 pobres y más de 54.000 personas en situación de indigencia. El fin de la temporada estival, que genera una caída en el empleo formal e informal también coincide con la llegada del frío, que comienza a impactar en la vida diaria de esos miles de marplatenses, que ante la necesidad, acuden a los comedores barriales para recibir una vianda.

Referentes de movimientos sociales y barriales de Mar del Plata hablaron con 0223 y coincidieron que a esa coyuntura la resiente la elevada inflación, que no solo pulveriza los ingresos sino que genera incertidumbre ante la proximidad de otro duro invierno.

"En invierno aumenta la demanda tanto en merenderos como en comedores, pero este año se da una particularidad que en estos meses la inflación no deja de crecer. Además que el precio de las garrafas en los barrios no baja de los 2000 a 2500 pesos y la leña está carísima. Nos preocupa que cuando llegue el invierno, donde aumentan las enfermedades respiratorias, sobre todo en los chicos, todo eso genera un combo: si no tenés en tu hogar una buena alimentación ni una buena calefacción y tampoco buenos ingresos y a eso lo acompañas con inflaciones de entre el 6 y el 8% mensuales y en aumento, la cosa es preocupante. Y hay incertidumbre en la gente porque no sabe cómo va a ser el futuro. Este invierno va a ser complicado pero mucho más si la inflación alcanza los 2 dígitos", describió Emilce Rodríguez, referente barrial de "Somos Barrios de Pie".

En esa difícil situación, Rodríguez explicó que muchos trabajadores mantienen sus ingresos a través de changas, la Asignación Universal por Hijo, la tarjeta Alimentar o algún plan social, aunque razonó que "no todos tienen acceso a todos esos beneficios".

La organización prepara cada 15 días un total de 800 canastas alimentarias o viandas para comedores en los barrios Parque Palermo, Santa Rita, Belisario, Roldán y Estación Chapadmalal además de la ayuda que brindan a otros cinco merenderos por fuera de la agrupación. Y cuenta con ayuda del estado provincial a través del Ministerio de Desarrollo Comunitario aunque la mercadería no llega cubrir todas las necesidades nutricionales. "El problema más grande que tenemos son los frescos (pollo, carne) que es lo que le da el valor proteico a los alimentos. Si bien por Provincia nos llega muy buena mercadería como fideos, arroz, puré de tomate, paté, arvejas, lentejas o polenta, llega muy poca leche, azúcar y aceite. Hace mucho tiempo que en los barrios populares el desayuno se suprimió y se almuerza solamente y se cena, sin llegar a las cuatro comidas. Hay una pobreza estructural desde hace muchos años. Y existe mucho pesar sobre las familias y sobre todo sobre los adultos que no saben cómo afrontar este proceso de que todo es incertidumbre", advirtió la dirigente social.

"Hay cada vez más abuelos que vienen a buscar un plato de comida”

Magalí Cornide, referente del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), cuya organización  gestiona  comedores en los barrios Jorge Newbery, Dorrego, Martillo y Cerrito Sur, se mostró preocupada por la situación social de la ciudad. “A fin de mes falta el mango y allí se nota mayor demanda de personas que buscan alimentarse en los merenderos. En este último tiempo vemos que hay más abuelas y abuelos que vienen a buscar un plato de comida”, lamentó. 

La dirigente social sumó a esta problemática el agravante del clima frío, que impacta gravemente en la crisis habitacional de Mar del Plata. “Hay casos en que una familia conformada por padres, abuelos, nietos, viven en un ambiente de una casilla precaria, donde se siente más el frío y la lluvia”, evaluó la dirigente en diálogo con 0223.

Para Cornide, la falta de empleo y la precariedad laboral son la causa del problema que, en el último tiempo por la inflación, afecta incluso a quienes tienen trabajo registrado. “Ni siquiera alguien que tiene trabajo en blanco está llegando a fin de mes”, argumentó.

 

“El Estado nos ayuda pero prácticamente tenemos que comprar todo nosotros”

Mario Peralta, coordinador del Comité Barrial de Emergencia (CBE) de Nuevo Golf, cuestionó la falta de asistencia del estado para mantener a 11 comedores y merenderos, donde un millar de marplatenses acude para tener un plato de comida. Estos espacios en esa zona de la ciudad nacieron en el peor momento de la pandemia del Covid-19 y aún existen por la crisis económica. “El Municipio pasó de hacer una entrega semanal a dos entregas mensuales y recortando todo lo que es alimentos frescos. Al principio enviaban carne de cerdo, pollo, pescado y verduras. Después empezó un recorte y solamente enviaron pollo”, detalló.

Si bien el dirigente barrial valoró que “todo eso ayuda”, admitió que los alimentos de mayor contenido proteico los terminan comprando los vecinos de forma solidaria.

“El Estado tendría que poner de su parte, porque nosotros los ciudadanos comunes nos podemos organizar y tratar de ayudar a la comunidad. El Estado es responsable tanto de la falta de trabajo y de los precios, que están por las nubes. Es imposible comprar muchos alimentos para tanta gente”, lamentó.